1.2. Mies Van der Rohe y Le Corbusier
La Bauhaus, en Alemania, supuso una revolución, pues fue quizás el primer movimiento que intentó unificar el arte con la técnica; es decir, se busca la belleza también en la producción industrial. Walter Gropius hizo del lema la forma sigue a la función—que quizás se debe al arquitecto estadounidense Louis Sullivan—el principio básico de la Bauhaus. Ya hemos dicho, que tiene su antecedente en la Deutscher Werkbund.
Gropius, quizás preocupado por el ascenso nazi, dejó la Bauhaus, que desde 1930 hasta el año de su clausura en 1933 fue dirigida por Mies van der Rohe, que para esa época ya era un arquitecto reconocido (había colaborado con la Werkbund y hecho, entre otras obras, el Pabellón de Alemania en la Exposición de Barcelona de 1929—pabellón para el que diseñó su reconocido sillón—o la famosa Villa Tugendhat, en la República Checa). Había conocido a Mondrian hacia 1922 (el pintor desempeñaría un papel cuanto menos curioso en la transformación que experimentó la Bauhaus) y también puede apreciarse la influencia de este artista en la forma que van de Rohe tuvo de entender el espacio y la arquitectura. En 1937 decidió dejar Alemania, debido a las presiones nazis, y se trasladó a Estados Unidos (donde fundará el Instituto de Tecnología—experiencia que duró casi veinte años, desde 1939 a 1956—, en el que asume los principios básicos y prolonga en cierta medida la Bauhaus), país en el que residió el resto de su existencia. Así, pues, los principios que encontramos en Adolf Loos, Walter Gropius, Mondrian y la Bauhaus ejercen una influencia decisiva en la obra de van der Rohe, que es considerado uno de los representantes más destacados del funcionalismo.
![]() |
Farmsworth House. Mies van der Rohe. Imagen de Jack Boucher en Wikipedia. Licencia, Public Domain |
Sin duda, los materiales fueron uno de los intereses centrales en la arquitectura de Mies van de Rohe fueron los materiales: acero, vidrio, ladrillo, pero también la piedra y el mármol contribuirán a que los edificios de este arquitecto sean tan personales como identificables. Los muros cortina (de vidrio) serán característicos de sus grandes edificios, rascacielos; pero también son características las formas—cubos, rectángulos—y la apertura al espacio; podría decirse que las obras arquitectónicas de van der Rohe esculpen el espacio que las rodea, lo hacen visible. Esto puede apreciarse, por ejemplo, en una de sus obras más reconocidas, el edificio Seagram, en Nueva York, cuya forma cúbica nos recuerda a un monolito que señala un espacio diferente; sin duda, como el edificio para IBM de Chicago, es también un símbolo del poder de las grandes corporaciones y su diseño responde a la evolución que el capitalismo sufrió a partir del final de la Segunda Guerra Mundial.
Otro de los nombres más ligados al funcionalismo es el del arquitecto suizo-francés Le Corbusier (1887-1965). Su influencia, o quizás sería mejor decir su impacto, en el mundo de la arquitectura contemporánea ha sido inmenso y, en buena medida, la mayor parte de los movimientos arquitectónicos posteriores son en alguna medida pro-lecorbusieranos o anti-lecorbusieranos; es decir, este arquitecto—como la Bauhaus—marca una línea divisoria en la historia de la arquitectura. Sin duda, el nombre del movimiento racionalista (que a veces no se distingue, como ya advertimos, del funcionalista) está indisolublemente unido al nombre de Le Corbusier. El manifiesto programático del nuevo movimiento urbanístico será la Carta de Atenas (1933), pero antes el arquitecto suizo había dejado claros los principios de la nueva arquitectura (que recogía el así llamado nuevo espíritu). Se fundamentaba, especialmente, en el uso del hormigón (nuevo material), que permitía liberar el espacio y modelarlo. Los principios son los siguientes:
- El uso de pilares de hormigón armado (pilotes) que serán la sustentación del edificio; esta tipo de sustentación permite que la planta baja sea aprovechable como terreno de paseo tanto para las personas como para los vehículos.
- La terraza jardín, que debe usar cubiertas planas para aprovechar la terraza como zona de esparcimiento y jardín.
- La planta libre, pues el hormigón permite distribuir el espacio interior de las plantas como se desee, ya que no hay muros de carga.
- Puesto que no hay muros de carga (el muro es sólo cerramiento), pueden aparecer las ventanas longitudinales.
- Todo lo anterior se expresa en la fachada libre, porque la fachada no ejerce ya una función estructural y puede disponerse de ella libremente.
Estos principios pueden observarse aplicados—al menos parcialmente—en la contribución que Le Corbusier hizo a la Weissenhofsiendlung hacia 1929 o también en el Palacio de las Naciones de Ginebra, aunque el edificio clásico que recoge los principios es sin duda la Villa Saboya (puede verse también la villa La Roche como un ejemplo de estos principios).
![]() |
Haus Citrohan, Le Corbusier. Imagen de CC BY 3.0 en Wikipedia. Licencia, |
De todos modos es la referida Carta de Atenas el manifiesto por excelencia del urbanismo del siglo XX, que pone de manifiesto los que debían ser los principios de la ciudad del futuro. En un resumen podría decirse que la propuesta se basa en cuatro necesidades: habitabilidad, ocio, comunicación y trabajo. La ciudad debe ser habitable, es decir, debe cuidarse no solo la zona en la que se levantan las viviendas (insolación, aire, etc., es decir, razones higiénicas), sino que deben contar con espacios verdes y estar alejadas de las zonas con circulación densa. Esto implica también condiciones sobre la densidad de población, pues una densidad alta convierte a la ciudad en inhabitable. Sin embargo, la ciudad es también lugar de trabajo y ocio. Por último, la ciudad es también un lugar de comunicación. Por eso, la planificación urbanística debe tener en cuenta estas cuatro necesidades (habitabilidad, ocio, trabajo y circulación).
En conexión con estas ideas podemos acercarnos a una de las aportaciones más discutidas de Le Corbusier: la vivienda como máquina para habitar. Simplemente el nombre nos pone sobre aviso del contexto, pues las máquinas (y Le Corbusier parecía sentir fascinación por ellas, por su eficacia) invaden la vida contemporánea, y no sólo en el ámbito económico; además, parece evidente que con ese nombre el acento se ha puesto en la función de la vivienda. Parece lógico pensar que no se tienen en mente las viviendas burguesas (como Villa Saboya), sino que más bien se está pensando en las grandes concentraciones de trabajadores de las ciudades (unidades de producción y consumo). Las viviendas deben ser dignas y funcionales, prácticas y funcionar como espacios en los que los individuos puedan vivir cómodamente. La belleza es aquí, sencillamente, el juego que el arquitecto ha de establecer entre la luz y el volumen. Construidas en serie, las viviendas serán colectivas: unidades de habitación, que deben contar con todos los servicios necesarios. Predominarán las líneas rectas… y así se deberían proyectar los barrios. Por lo tanto, aquí la arquitectura es a la vez urbanismo. Las casas Citrohän responden a estos principios, que Le Corbusier llevará a la práctica en numerosas ocasiones. El modelo característico es la Unidad de Habitación en Marsella. Esta manera de construir puede verse incluso en el Convento de Santa María de La Tourette.
Sin embargo, no es posible reducir a Le Corbusier a unas ideas, pues sus edificios son verdaderas obras de arte, que a veces nos impactan por la belleza nueva que anuncia. Quizás el ejemplo más claro sea la Capilla Notre Dame du Haut en el que el juego entre luz, volúmenes y formas se expresa en un lenguaje arquitectónico nuevo acorde con la sensibilidad espiritual de los hombres del siglo XX.

Importante
- Mies van der Rohe dirigió la Bauhaus, que intentó unificar el arte con la técnica, desde 1933.
- El arquitecto colaboró con la Deustscher Werkbund e hizo Pabellón de Alemania en la Exposición de Barcelona de 1929 y la Villa Tugendhat.
- Conoció a Mondrian, quien le influyó mucho en su forma de entender el espació.
- Dejó Alemania en 1937 por las presiones nazis y se trasladó a Estados Unidos.
- Allí se acerca a su interés por los materiales: acero, vidrio, ladrillo, piedra y mármol y forma sus rasgos fundamentales: cubos, rectángulos, muros cortina, apertura del espacio...
- Dos de sus edificios más conocidos son el edificio Seagram y el IBM de Chicago.

Curiosidad
Aquí tenéis un comentario de uno de los edificios más conocidos de Le Corbusier, Notre Dame du Haut.
Notre Dame du Haut. Vídeo de Ernestina González Causse alojado en Youtube. |

Pregunta Verdadero-Falso
Di si las siguientes afirmaciones son verdaderas (V) o falsas (F)
Retroalimentación
Falso
El primer intento de unificar el arte con la técnica fue la Bauahus.
Retroalimentación
Verdadero
Mies van der Rohe está muy influido por Mondrian.
Retroalimentación
Falso
El movimiento racionalista está unido a Le Corbusier.
Retroalimentación
Verdadero
La vivienda como máquina para habitar es una de las aportaciones más controvertidas de Le Corbusier.