2. Reproducción sexual

A lo largo de este tema hemos visto que los seres vivos utilizamos dos mecanismos de reproducción:

La reproducción asexual, en la que interviene un único individuo y como las divisiones celulares se producen exclusivamente por mitosis, la descendencia es genéticamente idéntica al progenitor.

La reproducción sexual, en la que intervienen dos progenitores, uno de cada sexo, cada uno de los cuales aporta un gameto (célula haploide, con la mitad de cromosomas que una célula no reproductora), que al fusionarse entre sí darán lugar a un zigoto (diploide) que, por sucesivas mitosis formará un individuo adulto. Este nuevo individuo poseerá una información genética que será una mezcla de la de ambos progenitores.

Por tanto, para que se pueda llevar a cabo la reproducción sexual se tienen que producir:

• Gametos (células reproductoras especializadas)
• La fecundación (fusión de los mismos).

¿Te has preguntado por qué la mayoría de las especies más evolucionadas se reproducen sexualmente, al menos en algún momento de su vida, si la reproducción asexual es más sencilla?

Parece evidente que las ventajas que aporta superan a los inconvenientes.

Entonces, ¿cuáles son esas ventajas?

La variabilidad genética que transmite a la descendencia es de una enorme importancia para la supervivencia de la especie ya que, como vimos en el ejemplo de la mariposa del abedul, si se produce un cambio en las condiciones del medio, son mayores las probabilidades de que algunos individuos sobrevivan.

1. Durante la meiosis:

• la recombinación de genes y
  

• la separación al azar de cromosomas homólogos 

son responsables de la formación de gametos diferentes entre sí.

2. Durante la fecundación:

• la unión entre gametos, que también se produce al azar. En animales sólo uno de los millones de espermatozoides producidos fecundará el óvulo.

Hasta aquí hemos hablado de las ventajas de la reproducción sexual frente a la asexual pero, ¿presenta algún inconveniente?

Sí, ya que la reproducción sexual implica la búsqueda de pareja, cortejo, apareamiento, desarrollo embrionario,... Todos estos procesos dificultan la reproducción y en algunos casos suponen un gran gasto de energía. Además, normalmente el número de descendientes es menor.

Por otro lado, si las condiciones del medio permanecen inalterables, la reproducción asexual es una alternativa eficaz para producir individuos idénticos perfectamente adaptados a ese medio.