2. Temas y estilo
Las obras
Sófocles, el segundo gran autor trágico de Atenas, narró magistralmente la historia de Edipo en Edipo Rey y Edipo en Colono, y también la historia de su hija Antígona, en la tragedia del mismo nombre.
¿Qué historia narran estas dos tragedias? La de Edipo acabamos de recordarla: un príncipe de Tebas, Edipo, que es abandonado poco después de nacer por sus padres, asustados por las predicciones del oráculo: su hijo llegaría a ser el asesino de su propio padre y esposo de su propia madre. El cumplimiento de este terrible vaticinio a pesar de los esfuerzos de todos por evitarlo. Edipo, cuando finalmente enfrenta la realidad de lo ocurrido, se arranca los ojos y marcha al exilio acompañado por su hija Antígona. Terminará sus días en Colono, una aldea próxima a Atenas, lugar en el que había de morir según el Oráculo de Delfos. El destino de Antígona no es menos trágico: ha de morir en su empeño de respetar las leyes de los dioses en contra de las que quiere imponer su tío, el tiránico regente Creonte.
Áyax: Áyax y Ulises compitieron por la armadura de Aquiles, que correspondía al más valiente de los héroes griegos. Ulises ganó, ya que era más hábil con las palabras. La obra de Sófocles cuenta cómo Áyax enloquece y jura matar a sus compañeros; cómo ataca un rebaño de vacas u ovejas, creyendo en su locura que son ellos. A pesar de las súplicas de su esposa, se suicida con la espada que Héctor le había regalado. Teucro dispone su funeral, en el que Ulises no estará presente. Las Traquinias narra la muerte de Heracles, causada involuntariamente por su esposa Deyanira: Electra es la historia de la venganza que se toman Orestes y Electra sobre su madre, Clitemnestra, y el amante de esta, Egisto. Filoctetes, valiente arquero griego, es abandonado gravemente herido en la isla de Lemnos por sus compañeros. Allí sufre durante años hasta que Ulises regresa a buscarlo, ya que los griegos no podrán vencer en Troya sin su arco. Con la ayuda de Neoptólemo, trata de engañarlo para quitarle su famoso arco, pero finalmente es Heracles quien lo convence de regresar con ellos a Troya, donde le espera un glorioso destino.
El estilo Sófocles aprendió mucho de Esquilo, pero pronto creó un estilo personal y un tipo muy suyo de drama trágico. Su unidad no era la trilogía sino la pieza única. Las siete obras que de él conservamos, de unas 120 que escribió, hacen ver que lo que perdió en amplitud lo ganó en profundidad: trató de dar mayor contenido a sus piezas y de armonizar en ellas la belleza formal con la riqueza de fondo.
Sófocles invariablemente consigue la tensión dramática, haciendo que cada fase de la acción se produzca directamente de lo que la ha precedido, pero en el proceso que va desde el comienzo hasta la conclusión hace uso de una ironía especial, que muestra qué diferente es la realidad de las cosas de su apariencia. Esta ironía cala muy hondo y da la razón de gran parte de lo que hay de más perceptivo y sorprendente de la concepción sofoclea de la vida humana. En Antígona comenzamos por creer que Creonte tiene razón al prohibir el sepelio del cadáver del traidor Polinices y Antígona no la tiene al desobedecerle, pero de un modo inexorable vamos comprendiendo que es al revés. En Edipo Rey, Edipo, que da la impresión de ser un sabio con pleno dominio de su pueblo y de sí mismo, descubre que vive en plena ignorancia de su verdadera situación de criatura aborrecida por los dioses y termina por cegarse y abandonar la ciudad como un forajido. La ironía de Sófocles es un instrumento para destacar el contraste entre las ilusiones que mecen a los hombres, en especial a los grandes y poderosos, y la realidad inexorable que más tarde o más temprano los destruye. En este contraste reside el conflicto trágico, y el mundo central del mundo trágico de Sófocles. El carácter de los personajes ya está establecido de antemano en la leyenda. Por eso Sófocles los presenta a grandes rasgos y actúan de una manera totalmente congruente con sus personalidades. Antígona no es sino una muchacha que obra sin vacilar, motivada por las exigencias de un principio fundamental: que se debe enterrar a un hermano, porque así lo exige la ley de los dioses. La adecuación a sus situaciones y destinos es lo que da realismo a los caracteres de Sófocles. Sófocles presenta sus caracteres con total imparcialidad y no se puede decir que los dividiera en buenos o malos. Si sus villanos tienen ciertas cualidades que los redimen, sus criaturas más atrayentes tienen rasgos de debilidad o inhumanos. Antígona se muestra brutal con su hermana cuando se niega a colaborar con ella. Hay que tener en cuenta también la intervención de los dioses: la importancia de sus leyes es lo que se debate en Antígona, el destino es lo que convierte a Edipo en lo que es, por orden de Apolo Orestes mata a su madre. Una de las características fundamentales de la tragedia de Sófocles es la de subrayar el abismo que media entre los juicios humanos y los divinos. De ahí dimana gran parte de su misterio y de su fuerza. Sófocles escribe sus obras con el convencimiento pleno de que las leyes de los dioses no son las mismas que las de los hombres y de que puede ser un yerro para los dioses lo que puede parecer harto justificado para los hombres. Edipo no es culpable desde el punto de vista humano, pero sus hechos lo hacen aborrecible a los dioses. Como seres humanos, sin embargo, hemos de compadecerle y tenerle simpatía. En el mundo de Sófocles, los hombres, que obran conforme a su naturaleza humana, son frenados y corregidos, para bien o para mal, por poderes transcendentes a ellos. Por más que se esfuercen, al final están por completo a su merced. Al igual que Esquilo, Sófocles no siempre remata sus obras con un final desdichado. No obstante, en todas sus piezas la acción conduce a un momento crítico de descubrimiento en el que los protagonistas se ven obligados a ver las cosas tal y como son. Sófocles prepara el camino, mostrando los diferentes estados de ignorancia de sus personajes, hasta llegar, en el debido momento, a ese punto aterrador en el que se reconocen mutuamente tras una larga separación. En Edipo Rey casi la totalidad de la totalidad de la pieza se centra en el descubrimiento por parte de Edipo de su identidad personal y en las horribles consecuencias que esto le depara en su calidad de asesino de su padre y marido de su madre. La ironía; cobra aquí una nueva dimensión, porque Edipo ha proclamado que habría de descubrir la verdad sobre la muerte de Layo. Al final se da cuenta de quién es y de que toda su vida ha sido un engaño. |

Objetivos
Filoctetes es quizá una de las obras más conmovedoras de Sófocles: la historia del valiente arquero a quien sus compañeros abandonan porque no pueden soportar sus gritos de dolor por una herida profunda e incurable, que pasa diez años en absoluta soledad hasta que un adivino revela que su presencia es necesaria para conquistar Troya. Entonces Ulises, acompañado de Neoptolemo, hijo de Aquiles, parte a buscarlo... François-Xavier Fabre: Ulises y Neoptolemo quitando a Filoctetes su arco y las flechas Al principio de la obra, Ulises habla con el joven Neoptolemo, hijo de Aquiles. Acaban de llegar a la isla de Lemnos y le explica lo ocurrido diez años antes, cuando los griegos navegaban hacia Troya. El arquero Filoctetes fue mordido por una serpiente. La herida era tan dolorosa que sus gritos de angustia minaban la moral de todos sus compañeros. Así que Agamenón y Menelao ordenaron a Ulises abandonarlo en la isla, entonces deshabitada. Encuentran la cueva donde ha vivido Filoctetes estos largos años. Él no está allí en ese momento. Ulises explica a Neoptolemo las dificultades de su misión: no es fácil que Filoctetes acceda a acompañarlos, después de haber sido abandonado tanto tiempo, en aquel lugar desierto. Estará especialmente dolido con él, añade, ejecutor material del hecho. Y trata de convencer a Neoptolemo de que sea él quien logre convencer, con engaños, al arquero. Neoptolemo no quiere mentir, pero finalmente acepta el plan de Ulises: ha de contarle a Filoctetes que está ofendido con los griegos por no haberle ofrecido a él las armas de su padre Aquiles, una vez muerto. Por ese motivo habría dejado el campamento griego, para volver a casa. Así se ganaría su confianza. Ulises sale y entra el coro. Neoptolemo y el coro lamentan el triste destino de Filoctetes., el sufrimiento por su herida y por no haber podido luchar en Troya. Llega Filoctetes y Neoptolemo se presenta. Filoctetes sonríe por primera vez en años, feliz de escuchar de nuevo la lengua griega. El joven le cuenta las mentiras dictadas por Ulises, que vuelve a Grecia, y que partirá en cuanto haya vientos favorables. Por supuesto, Filoctetes quiere acompañarlo. Entra en escena otro personaje, el supuesto capitán de un barco mercante. Cuenta que Ulises pretende llevarse a Filoctetes a Troya por la persuasión o por la fuerza, ya que un adivino ha anunciado que no se podrá tomar Troya sin su ayuda. Filoctetes urge a Neoptolemo a partir cuanto antes y se dirigen a la cueva a recoger sus cosas. El coro vuelve a expresar su simpatía por el viejo arquero. En la escena siguiente, Filoctetes sufre un intenso dolor en el pie herido. Como sabe que se quedará dormido en cuanto ceda el ataque, encarga a Neoptolemo vigilar su arco y sus flechas. Al despertar, se encuentra ya en condiciones de embarcar. Entonces Neoptolemo le confiesa el engaño y sus intenciones de llevarlo a Troya. Filoctetes le pide el arco, y Neoptolemo se debate entre el deber y la compasión. Aparece entonces Ulises y reclama el arco. Filoctetes y Ulises discuten, Ulises quiere llevárselo por la fuerza y Filoctetes amenaza con suicidarse. Entonces Ulises decide dejarlo allí y llevarse el arco. El coro anima a Filoctetes a partir hacia Troya, pero Filoctetes solo quiere morir, y reclama una espada. Neoptolemo lamenta su propio papel en el engaño y se enfrenta a Ulises, devolviendo el arco a Filoctetes. Trata de convencerlo diciéndole que los hijos de Asclepio curarían su herida, incluso que lograría fama combatiendo en Troya. No lo consigue. Finalmente, la aparición de Heracles resuelve el conflicto. Filoctetes llegará a Troya, y sus flechas acabarán con la vida de Paris. |