2.2. El clima Mediterráneo de interior
El clima Mediterráneo de interior presenta una clara tendencia continentalizada.
La Península Ibérica tiene una forma maciza y se asemeja, a grandes rasgos, a una especie de cuadrado. Si a eso le unimos la elevada altitud que tiene la gran Meseta Central, entenderemos mejor el porqué hablamos de un continente en miniatura al referirnos a la misma.
Esta tendencia a la continentalidad se ve aún más reforzada por el hecho de que la disposición del relieve peninsular adopta por regla general una ubicación periférica. De ese modo, el aislamiento de las tierras del interior de la península se hace todavía más acusado.
Así, no es de extrañar que en las zonas meseteñas el clima Mediterráneo adopte claramente una variante que se caracteriza por unas temperaturas bastante frías en invierno, y por unos veranos secos y soleados, y por tanto también muy calurosos. Consecuentemente, y al contrario de lo que ocurría en la cornisa Cantábrica, la amplitud térmica anual es muy elevada, y eso hace que aunque la temperatura media parezca que es relativamente suave, en realidad, lo característico de estas zonas es el paso de un invierno muy frío a un verano muy cálido.
Las precipitaciones son, por el contrario, bastante similares a las del dominio Mediterráneo periférico. Con una larga sequía estival y dos máximos pluviométricos que coinciden con las estaciones equinocciales. Los inviernos se caracterizan porque en ellos se dan frecuentemente precipitaciones en forma de nieve.
Las precipitaciones suelen ser algo más bajas que en las zonas del litoral, pues oscilan entre 400 y 500 mm., aunque varían mucho entre las zonas más llanas de ambas mesetas, y las ubicadas en las sierras y cordilleras, donde la precipitación es bastante más elevada y en numerosas ocasiones lo es en forma de nieve. Esto se debe a que debido a la lejanía de las grandes masas de agua, cuando las nubes cargadas de humedad penetran hacia el interior, han perdido ya buena parte de esa humedad que traían desde el mar y en consecuencia descargan mucha menos agua sobre estos territorios. Es el hecho conocido como efecto Föhn.
El clima Mediterráneo de interior se da principalmente en las dos comunidades castellanas y también en Aragón, aunque aquí más matizado a consecuencia de que la altitud de la depresión del Ebro es muy inferior a la de los valles del Duero, Tajo y Guadiana. En general, este clima se da tanto con la Meseta septentrional como la meridional.
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La aridez del clima castellano queda perfectamente reflejada en estas secuencias de la película "La caza", de Carlos Saura. |

Importante
Climograma de Albacete Imagen de Hinzel en Wikipedia. Licencia CC |
Albacete nos proporciona un buen ejemplo del clima mediterráneo continentalizado. La ausencia de humedad se manifiesta en una oscilación térmica elevada (por encima de los 20º), lo que da lugar a inviernos muy fríos con frecuentes heladas en el interior tan perniciosas para la agricultura, junto a veranos tórridos con precipitaciones escasas. Son los meses de julio y agosto los meses áridos y las estaciones de primavera y otoño (comportamiento típico del clima mediterráneo) en las que mayor volumen de precipitaciones tienen lugar.
En invierno la influencia del anticiclón de invierno impide la posible llegada de frentes y entrada de masas de Atlántico que por otra parte dada su situación al este peninsular llegan muy debilitadas. En verano es el Anticiclón de las Azores el que genera una situación de estabilidad atmosférica con días despejados. Albacete además se localiza sobre un ligero altiplano a 686 m. sobre el nivel del mar y al abrigo de las estribaciones de la cordillera Subbética por el oeste.

Objetivos
La continentalidad de la Meseta
Como vimos en el tema anterior, el mar tiene una gran influencia sobre las temperaturas. Ese hecho explica el porqué las regiones costeras suelen tener unas temperaturas bastante suaves, mientras que las del interior suelen ser más extremas, es decir, más frías en invierno y más calurosas en verano.
Conforme nos alejamos de la costa la amplitud térmica aumenta, de ahí que las regiones del interior de la Península tengan una temperatura muy fría en invierno, y nieve con frecuencia, mientras que el verano puede ser extremadamente caluroso y por lo general muy seco.
Hablamos de clima mediterráneo de interior o continentalizado por similitud al clima que existe en el interior de Europa y sobre todo del continente euroasiático. En algunas regiones deSiberia, en Rusia, se alcanzan temperaturas de hasta 70 grados bajo cero, mientras que en verano se pueden sobrepasar los 30 por encima de cero.
Semejantes extremos son imposibles de alcanzar en la Meseta Central, dado que los puntos más al interior no suelen distar más de 500 kilómetros en línea recta de alguno de las dos masas de agua que bañan a España. Sin embargo, y aunque a mucha menos escala, el interior peninsular se comporta de algún modo como las zonas del interior del continente descritas anteriormente.

Reflexión
El refranero castellano tiene con frecuencia algunas sentencias que están relacionadas con el clima que se da en el interior de España. Lee las tres que a continuación te presentamos y realiza un breve comentario sobre las mismas explicando cuál es su significado y relacionándolo con los contenidos que hemos trabajado en esta unidad.
- Nueve meses de invierno y tres de infierno.
- En abril, aguas mil.
- En agosto, fresco al rostro.
- Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo.
Aquí tienes un ejemplo gráfico de la variabilidad del clima del interior peninsular. En el pueblo de Castrillo de la Vega, han realizado este reportaje con imágenes que muestran los acusados cambios meteorológicos que se experimentan en las regiones castellanas, fuertemente continentalizadas desde un punto de vista climático.
Campos de Castilla en Castrillo de la Vega: las estaciones. |