2.1. El clima Mediterráneo marítimo o periférico
El clima Mediterráneo marítimo o periférico, se localiza en las zonas del litoral.
En este apartado vamos a comenzar centrándonos en el clima Mediterráneo más típico, por decirlo de algún modo, el que directamente influye sobre la zona del litoral, de ahí también que algunos autores lo conozcan con el sobrenombre de clima Mediterráneo periférico.
En este caso nos encontramos con una serie de características que probablemente sean familiares para la mayor parte de las personas que leen este texto, ya que es, por ejemplo, el clima que afecta a la mayor parte de Andalucía.
Se caracteriza por tener unos inviernos suaves, en los que la época fría es prácticamente inexistente. El verano, por el contrario, es tremendamente caluroso, quizás el más caluroso de toda Europa. Además goza de una característica que aunque para nosotros es habitual y hasta lógica en apariencia, es algo verdaderamente extraño en el resto del mundo, y es que ese verano tan cálido es además extremadamente seco, hasta el punto que pueden pasar varios meses de la canícula en los que no llega a caer ni una sola gota de agua.
Sin embargo, al ser zonas próximas al litoral, la oscilación térmica no suele ser muy fuerte. Si bien es cierto que el mar Mediterráneo es, a escala mundial, un mar interior con una superficie relativamente reducida y que, por tanto, carece de suficiente influjo como para poder suavizar considerablemente las temperaturas de las costas que baña. En este caso, se comporta de forma bastante diferentes de aquellas regiones que están bañadas por el Atlántico y que analizamos en el apartado anterior.
Las lluvias no son elevadas, aunque tampoco tan bajas en cantidad como suelen opinar los habitantes de estas mismas regiones. en realidad cabe calificar la precipitación de media-baja, ya que suele caer una media que oscila entre 400 y 600 litros al año por metro cuadrado.
El problema es que estas lluvias se distribuyen de una forma muy irregular. Así, en las estaciones equinocciales, sobre todo en otoño y debido en muchas ocasiones a la presencia de la Gota Fría, pueden caer unos aguaceros de carácter torrencial que causan terribles inundaciones. Pero por el contrario, hay años en que la precipitación es muy baja, y entonces aparece la temida sequía, de ahí que el recuerdo popular sea el de un clima en el que llueve poco, cuando realmente no es así, aunque tampoco se pueda decir, de ningún modo, que haya excedente de agua.
El clima Mediterráneo en su variante periférica se extiende por una larga franja que bordea las costas mediterráneas peninsulares y que va desde la provincia de Gerona, en el límite con Francia, hasta la de Huelva, en su límite con Portugal. También se pueden incluir dentro de este dominio tanto el archipiélago balear, como es lógico, ya que se ubica en pleno mar Mediterráneo, como la región extremeña. Esto último ya no resulta tan lógico dentro de esta denominación, pues el mar Mediterráneo queda relativamente lejos de la misma. Sin embargo, sus características climáticas particulares, hacen que se la considere englobada dentro del dominio que aquí mencionamos.
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Importante
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Climograma de Barcelona Imagen de Jordi en Wikipedia. Licencia CC |
En un climograma mediterráneo costero como puede ser el caso de Barcelona observamos debido a su posición costera una oscilación térmica baja (en torno a los 15º) con unas temperaturas cálidas en verano y suaves en invierno. Las precipitaciones totales alcanzan los 612 mm destacando los meses de otoño por la presencia de tormentas y fenómenos asociados a la gota fría mediterránea. Solamente se observa como mes árido el mes de julio.
El clima Mediterráneo no solo es propio de las regiones que tienen costas a dicho mar, sino que también se localiza en otras zonas del planeta que tienen condiciones climáticas similares a las de nuestras latitudes. Puedes observarlo en este mapa.
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Áreas con clima Mediterráneo en el mundo. Puedes comprobar cómo dicho clima no solo se da en las regiones propiamente Mediterráneas, sino también en otras latitudes.
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Objetivos
La sequía veraniega.
Sin duda alguna, la característica más representativa del clima Mediterráneo es su larga y acusada sequía veraniega. En efecto, es el único clima que existe en el mundo (con otra única excepción) que tiene esa extraña particularidad, aunque para los que estamos acostumbrados a vivir bajo su influencia nos parezca un fenómeno lógico. Pero no es así. Lo normal es que cuando más calor hace, sea cuando más llueve. Eso es lo que sucede en casi todos los climas del mundo excepto en el nuestro, y el que esto suceda es producto de una extraña circunstancia.
Al sur de la península Ibérica se halla la gran masa del desierto del Sahara. Unos nueve millones de kilómetros cuadrados se encuentran bajo unas condiciones de aridez y de calor que no tienen parangón en todo el contexto del planeta.
El desierto del Sahara es la consecuencia de la permanencia de altas presiones con carácter estable en la zona del trópico de Cáncer. Estos anticiclones impiden la entrada de masas nubosas, y por ese motivo en el desierto no llueve casi nunca. Al no existir la nubosidad, el calor es constante durante todo el día (aunque las noches pueden llegar a ser muy frescas) y eso tiene como consecuencia el que en él se alcancen temperaturas muy elevadas.
La dinámica atmosférica de la Tierra hace que durante el verano las altas presiones tropicales se desplacen hacia el norte. Es en ese momento cuando engloban dentro de su radio de acción a la Península Ibérica y de esa forma impiden que las borrascas atlánticas puedan penetrar en la misma. De ahí que nuestro verano sea extraordinariamente seco y cálido.
Ese hecho que para quienes en él vivimos puede resultar molesto durante los días más calurosos del verano, tiene sin embargo como consecuencia el que nuestra tierra sea privilegiada para el turismo del norte de Europa que busca en verano calor y playas con Sol.
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Las costas españolas se benefician de una extraordinaria combinación de Sol y calor en verano gracias a la influencia del anticiclón del norte de África.
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Pre-conocimiento
Las máximas temperaturas de Europa.
El sur de la península Ibérica es sin duda la zona más calurosa del continente europeo. Esta afirmación se constata cuando se analizan los registros máximos de temperaturas que se han alcanzado a lo largo de la Historia. La combinación de una latitud muy meridional, con una altitud muy baja, prácticamente al nivel del mar, y con la proximidad meridional de la gran masa continental árida y tórrida del desierto del Sahara, provoca que sea en el sur de España donde se alcancen las temperaturas más elevadas de todo el continente.
Ya en el tema anterior te aportamos algunos datos al respecto que ahora es conveniente recordar. Los 47,3º del municipio de Montoro (Córdoba) a las 16,20 horas e 13 de julio de 2017o el registro poco probable y sin duda exagerado, de 51.1º en Sevilla en 1876, así lo corroboran.
Pero al margen de las máximas tan elevadas que no tienen parangón en ningún otro lugar europeo, cabe también señalar el que tanto Sevilla como Córdoba tienen unas temperaturas medias veraniegas de 27.4º, que tampoco son superadas en ningún otro lugar de Europa.
Las elevadas temperaturas del interior del valle del Guadalquivir se deben precisamente a ese hecho de alejamiento del mar, lo que trae como consecuencia que el posible efecto suavizador que ejercen las aguas sobre el litoral desaparezca en estas zonas de interior alejadas del océano Atlántico y del mar Mediterráneo especialmente cuando tienen lugar vientos del sureste (Levante).
Estas temperaturas tan elevadas distan sin embargo todavía bastante de las máximas mundiales, que son las que se dan en pleno desierto del Sahara (concretamente en la localidad libia de al Aziziyah) con valores en torno a los 58º como máxima a la sombra. En esas circunstancias, la vida humana resulta prácticamente imposible.
En julio de 2017 el municipio de Montoro, en Córdoba bate el récord histórico de calor en España Imagen de cadenaser.com |
