1.1. La fábula
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Esopo |
ANTECEDENTES
La fábula siempre ha sido considerada un género literario menor, pero su nacimiento se adivina ya en la Mesopotamia del segundo milenio a.n.e., en tablas de arcilla que nos muestran astutos zorros, perros desgraciados y presuntuosos elefantes.
En la antigua Grecia, ya Homero nos muestra el germen de este género y Hesiodo, en el siglo VII a.n.e., nos deja en sus Trabajos y días la primera muestra en la fábula del gavilán y el ruiseñor.
Del legendario Esopo nos dice Platón que Sócrates conocía de memoria sus apólogos y que, en el momento de su muerte, el maestro se dedicaba a ponerlos en verso.
ESTRUCTURA
La fábula presenta normalmente tres partes bien definidas:
- Promitio, introducción al relato, se explica el porqué de ese relato.
- Relato, desarrollo de la acción con un exemplum concreto.
- Epimitio, enseñanza de validez universal extraída del relato.
Así podemos comprobarlo en el libro I,5 de Fedro:
Vacca et Capella, Ovis et Leo
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La vaca. la cabra, la oveja y el león |
TITULUS |
Numquam est fidelis cum potente societas. Testatur haec fabella propositum meum. |
Nunca es fiable la alianza con un poderoso Demuestra esta fábula mi propósito. |
PROMITIUM |
Vacca et capella et patiens ovis iniuriae |
Una vaca, una cabra y una oveja acostumbradas a soportar las injusticias, fueron aliadas de un león en los bosques. Habiendo capturado éstos a un ciervo de enorme cuerpo, así habló el león, hechas las partes: ’Yo elijo la primera por mi nombre pues me llamo rey; la segunda, ya que soy socio, me la atribuiréis a mí; luego, puesto que soy el más fuerte, me corresponde la tercera; será castigado con una pena, si alguien tocara la cuarta’. |
EXEMPLUM |
Sic totam praedam sola improbitas abstulit. |
Así toda la presa se la llevó la maldad sola. |
EPIMITIUM |
Pero normalmente no aparece tan clara esta disposición tripartita, ni el mismo orden de los elementos. Algunas sólo ofrecen el relato sin más.
FEDRO
C. IULIUS C. F. PHAEDER ET IULIA C. F. CAPRE…PATRI OP…D.S. (CIL VI 20181)
Esta inscripción del Corpus Inscriptionum Latinarum nos cuenta que un tal Cayo Julio Fedro, hijo de Cayo, y una tal Julia, hija de Cayo, dedican a su padre esta lápida funeraria. Si se trata realmente de los hijos de Fedro, sería consecuente el nomen Iulius con el dato trasmitido en un manuscrito donde se nos informa que Fedro había sido libertus Augusti.
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Las nueve Musas danzando con Apolo Imagen en Wikimedia. Dominio público |
El propio Fedro, en la introducción al libro tercero de sus fábulas esópicas, nos cuenta que su madre lo dio a luz en el monte Piero, un lugar consagrado a las Musas:
Ego, quem Pierio mater enixa est iugo, in quo Tonanti sancta Mnemosyne Ioui, fecunda nouies, artium peperit chorum,... |
xxx | Yo, a quien mi madre dio a luz en el monte Piero en el que la sagrada Mnemósine, nueve veces fecunda, parió para Júpiter Tonante el coro de las artes,... |
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Augusto Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Se siente orgulloso de su origen tracio. La fábula XV del libro tercero podría sugerir que fue un niño expuesto y adoptado. Lo que sí está claro es que su formación es eminentemente latina: llegó a Roma a temprana edad, posiblemente entre los esclavos que trajo Calpurnio Pisón tras la represión en Tracia y Macedonia en los años 13-11 a.n.e.
Fue manumitido por Augusto seguramente por los servicios realizados como esclavo, tal vez paedagogus, litterator o escriba. Las fábulas de Fedro critican la esclavitud y son fuente de envidias y rencores.
Así, gracias al prólogo del libro III, sabemos que Fedro fue condenado por ser amigo de Sejano, el poderoso jefe de las guardia pretorianas bajo Tiberio. Su condena fue paliada por un auriga tracio y favorito de Calígula, Éutico, al cual dedicó las fábulas. La condena pudo ser el exilio y no sabemos si Éutico le dio a Fedro el premio solicitado a cambio de la dedicatoria del citado libro III, pero el autor nos confiesa en el libro IV que vuelve a escribir con renovada ilusión, aunque había prometido en el anterior no volver a hacerlo. Quizás el perdón le llegó con Claudio. Al final del libro V el poeta nos revela su ancianidad en la fábula del viejo perro cazador reprendido por su amo; su muerte debió producirse alrededor del año 55 n.e.
LAS FABULAS DE FEDRO
Fedro escribió ciento veinticinco fábulas repartidas en cinco libros y un apéndice con otras treinta y dos fábulas. Cada libro dispone de un prólogo y en tres de ellos, el segundo, el tercero y el cuarto, también aparecen sendos epílogos.
Se puede establecer una clasificación de las fábulas de Fedro:
- Reflexiones del autor: en este grupo estarían los prólogos y epílogos, además de algunos apéndices.
- Apólogos animalescos: son 71 fábulas, de ellas 47 agonales (es decir, con un enfrentamiento entre dos animales). Los otros 24 son apólogos ‘de situación’, que demuestran virtudes o defectos humanos, o ‘de embajada’, en los que los animales se dirigen a los dioses para pedir o quejarse de algo.
- Anécdotas: relacionadas con personajes históricos, pero la mayoría anónimas. De las 19 fábulas de este tipo, 10 están protagonizadas por Esopo, dos por Sócrates, una por Pompeyo, otra por Augusto y otra más por Tiberio.
- Otros tipos: Alegorías, chistes, cuentos, mitos, etiologías, historia natural, parábolas, enigmas, oráculos.
FUENTES
Fedro en el prólogo a su libro I, confiesa que su propósito es versificar el modelo griego en prosa de Esopo:
Aesopus auctor quam materiam repperit, hanc ego polivi versibus senariis. Duplex libelli dos est: quod risum movet et quod prudenti vitam consilio monet. Calumniari si quis autem voluerit, quod arbores loquantur, non tantum ferae, fictis iocari nos meminerit fabulis. |
xxx | La materia que encontró el autor Esopo, ésta la pulí yo con mis versos senarios. La dote del librillo es doble, porque a risa mueve y porque amonesta la vida con prudente consejo. Si alguien, en cambio, quisiera calumniarme porque los árboles hablen, no sólo las fieras, recuerde que bromeamos con fingidas fábulas. |
Sin embargo, son tantas las fábulas de su propia creación y tantas y tan profundas las recreaciones con respecto al modelo griego que es considerado el fabulista más original de la Antigüedad. De las 125 fábulas de Fedro, sólo 29 son deudoras de Esopo. De otras 32 fábulas tenemos referencias en otros autores. Las restantes 64 son originales suyas, con una gran variedad tipológica.
IDEOLOGÍA
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El lobo y el perro: la libertad versus el bienestar Imagen en Wikimedia. Dominio público |
La ideología del género fabulístico proviene de Grecia (en concreto, de la filosofía cínica). Fedro, por su parte, aportó nuevas ideas o cambió las recibidas por la tradición. Para Fedro, Esopo es su ideal de hombre y aúna en su persona experiencia, conocimiento de la naturaleza, rechazo de la vanidad, desprecio de las riquezas, desconfianza de las apariencias. El hombre virtuoso, según Fedro, es un sabio cínico, pero con un gran apego al mundo real y cierto talante humanitario. Fedro se muestra como un moralista convencido de la bondad natural del hombre, lucha contra la desigualdad social y defiende la familia. La misoginia que demuestra Fedro en sus fábulas tiene sus raíces, quizás, en la despreocupación de algunas mujeres de su época por sus deberes familiares.
Finalmente, Fedro tiene fe en la voluntad divina: aun cuando el malvado triunfe, queda la intervención de los dioses para paliar la injusticia. Fedro se preocupa por escoger unas fábulas con intención ético-didáctica, adapta los argumentos a su ideario para conseguir una coherencia moral. Fedro, por esa intención ético-didáctica, renuncia un tanto a la vis comica de otros autores.
En definitiva, Fedro es, entre los escritores romanos, el único portavoz de la clase humilde. El componente autobiográfico de su obra proporciona un cierto tono lírico que lo incardina en su época. El carácter crítico de su obra lo acerca también a la sátira por la influencia cínica en ambos géneros.
ESTILO
La vida de Fedro, como antes hemos visto, no fue fácil. Los tristes avatares que tuvo que soportar pueden explicar su estilo literario vigoroso y directo, que menosprecia los adornos y se dirige certero a lo esencial. Sin embargo, aquí y allá aflora su vena lírica.
Quizás sean los prólogos y los epílogos los momentos en que Fedro muestra mayor inspiración, cuando es más él mismo, libre de las estrictas normas del género de la fábula. En el epílogo del libro II nos dice:
Fatale exilium corde durato feram, donec Fortunam criminis pudeat sui. |
xxx | Soportaré con corazón endurecido el fatal exilio, hasta que la Fortuna se arrepienta de su crimen. |
Aparecen aquí los dos términos que atormentan injustamente la vida del hombre: el destino (fatum) y la fortuna. Pero queda la esperanza de que ésta última (una diosa) se arrepienta de su error.
Sea como sea, los rasgos más evidentes de nuestro autor son los siguientes:
- Plasticidad y fuerza descriptiva.
- Capacidad de utilizar epítetos de gran precisión léxica.
- Fluidez de los diálogos.
- Brevitas: Fedro hace hincapié, en varias ocasiones a lo largo de su obra, en la importancia de la brevedad en las fábulas.
- Comicidad: aunque ‘mover a la risa’ es uno de los objetivos de la fábula, Fedro pronto nos dice que sus ‘juegos’ no son meras naderías, sino que se puede extraer de ellas una buena utilidad. Por ello el factor cómico es secundario, porque le interesa más la realidad social. No se puede decir que Fedro prescinda de la comicidad, sino que la adapta a su compromiso ético y social. Quizás Fedro sea realmente un escritor satírico que utiliza el género fabulístico.
- Versificación: Fedro elige el yambo (sílaba breve + sílaba larga, ˘ ‾ ), que es el metro satírico por antonomasia. En eso sigue la tradición anterior. Pero el hecho de que se incline por el senario yámbico (más latino) y no por el trímetro (más griego), se debe seguramente a la proximidad de este verso a la poesía popular y a la defensa de su educación nacional latina frente al helenismo.
FORTUNA
Fedro no ha sido valorado por sus contemporáneos ni por nosotros como se debe, pues fue la voz de los humildes. Tiene en su contra la competencia de Esopo, considerado como el creador del género, y la de otros fabulistas posteriores que obtuvieron el reconocimiento en sus naciones, como La Fontaine en la Francia del siglo XVII, o Iriarte y Samaniego, rivales en la España del XVIII.
Sólo Marcial y Aviano citan a nuestro autor. Pero los versos de Marcial le hacen un flaco favor: en Epigramas, III, 20, habla de los ‘juegos del desvergonzado Fedro'. El propio Fedro se refiere a sus relatos con estos mismos términos, así que quizás Marcial no quería criticarlo. En cuanto a Aviano, resulta curioso que de sus palabras se deduzca que él mismo, el único fabulista latino que se refiere a Fedro, no demuestra que sintiera ninguna influencia de su parte.
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Tomás de Iriarte Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Jean de la Fontaine Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Gotthold Lessing Imagen en Wikimedia. Dominio público |
En realidad, el nombre de Fedro no vuelve a resurgir hasta finales del siglo XVI en Francia. Ya en el XVII, su influencia en La Fontaine es grande, pero no todos la reconocen. En el siglo XVIII es criticado por Lessing por desvirtuar la fábula griega y nuestro Samaniego, aunque confiesa admirarlo, niega que lo haya imitado (algo poco creíble).
Quizás ha llegado el momento de reconocer el valor del fabulista latino y la mejor manera de hacerlo es leyendo sus fábulas.

Actividad de Espacios en Blanco
Lee la siguiente fábula de Fedro y completa los espacios en blanco del comentario:
Ex Sutore Medicus
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De zapatero a médico |
Malus cum sutor inopia deperditus medicinam ignoto facere coepisset loco et venditaret falso antidotum nomine, verbosis adquisivit sibi famam strophis. Hic cum iaceret morbo confectus gravi rex urbis, eius experiendi gratia scyphum poposcit: fusa dein simulans aqua illius se miscere antidoto toxicum, combibere iussit ipsum, posito praemio. Timore mortis ille tum confessus est, non artis ulla medicum se prudentia, verum stupore vulgi, factum nobilem. Rex advocata contione haec edidit: 'Quantae putatis esse vos dementiae, qui capita vestra non dubitatis credere, cui calceandos nemo commisit pedes?' Hoc pertinere vere ad illos dixerim, quorum stultitia quaestus impudentiae est.
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Un mal zapatero de un ignoto lugar, arruinado en la miseria, habiendo empezado a fabricar un fármaco y vendiéndolo como antídoto bajo un falso nombre, adquirió fama con elocuentes anuncios. Aquí, estando en cama el rey de la ciudad, abatido por una grave enfermedad, le pidió una copa para probar su eficacia: después fingiendo mezclar un veneno, en un vaso realmente de agua, con el antídoto de aquél, le ordenó que él mismo lo bebiera, prometiéndole un premio. Por temor a la muerte, aquél confesó al punto que no había llegado a ser médico por ningún conocimiento del arte, sino por la estupidez de la gente. El rey, convocada la asamblea, determinó lo siguiente: ‘¿Cúan grande pensáis que es vuestra demencia, vosotros que no dudáis en confiar vuestras cabezas a quien nadie encomendó sus pies para calzarlos?’ Esto diría, en verdad, que se refiere a aquéllos cuya estulticia es ganancia de los desvergonzados.
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Fedro comienza directamente con el planteamiento inicial y la descripción del protagonista.Retroalimentación
Verdadero
Efectivamente, hay un protagonista y un antagonista y una acción casi escénica.Retroalimentación
Falso
El protagonista es el zapatero engañoso y el antagonista el rey sabio .Retroalimentación
Verdadero
Los dos últimos versos avisan a los que se dejan engañar fácilmente.
Actividad de Espacios en Blanco
Completa el texto latino y la traducción de esta famosa fábula de Fedro: