3. Los límites de la publicidad

Seguro que te has dado cuenta de la gran influencia social que tiene la publicidad. Habrás comprobado que los anuncios están por todas partes y que utilizan diferentes técnicas para convencernos. Hemos visto que los mensajes publicitarios pueden aparecer en multitud de soportes, desde los medios de comunicación hasta los espacios más cercanos de nuestra vida cotidiana. También hemos conocido algunas de las técnicas que utilizan los publicistas, uniendo diferentes códigos y asociando las marcas a los valores que todos soñamos.

Pero, ¿todo vale? ¿Le debemos poder límites a la publicidad?

Lee ahora el siguiente texto y expresa tu opinión.

Actividad de Lectura

 

Two P.O.'d Peas in Two P-O-Ds!
 Imagen de Harpersbizarre en Flickr. Licencia CC

Una nueva tendencia está surgiendo. La prometedora estrella del baloncesto, Mark Walker, es capaz de encestar el balón en la canasta 18 veces seguidas. En su página web, patrocinada por Reebok, mira a la cámara y dice: "Soy el futuro del baloncesto. Soy Reebok". Hasta aquí todo parece normal, pero falta un dato: Mark Walker tiene tres años.

Las grandes empresas siempre se han fijado en jóvenes talentosos, pero ahora parece que el talento no es necesario. Horton Chesleigh es incluso más joven que Mark Walker y ya está asociado con una marca. Sus padres, Sean y Deanna, acordaron llamarlo con el nombre de un personaje de un anuncio publicitario de Ruffles, a cambio de una cifra de 50000 dólares que la empresa invertirá en la educación del joven Horton.

Parece que los anuncios humanos son cada vez más populares. Algunos niños cobran por llevar tatuados durante años los logotipos de distintas empresas. ¿Qué será lo próximo?

Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que los niños pueden convertirse en una forma de negocio? ¿Conoces otros tipos de publicidad que te parezcan poco éticos?

Lee algunas reflexiones pinchando en el botón inferior:

Según la Ley General de Publicidad, son ilícitos los siguientes tipos de publicidad:

 

Publicidad ilegal
Producción propia. Licencia CC

 

Como ves, no estamos desprotegidos ante el potencial de la publicidad. Sin embargo, es frecuente que los anuncios busquen impacto a costa de rozar la ilegalidad, aunque no puedan ser considerados ilícitos. También ha ocurrido que se planifiquen campañas abiertamente ilegales, aun cuando sean finalmente prohibidas o retiradas. Probablemente conozcas algunos casos. La polémica se convierte en un medio de propaganda.

Así pues, la respuesta definitiva está en el público. Tenemos que tomar conciencia sobre los límites de la publicidad.

Imagen de cakecosas en Flickr bajo licencia Creative Commons 

En general, la publicidad tiene que evitar cualquier atentado contra la dignidad humana, a causa de tratamientos vejatorios o discriminatorios. El papel de las mujeres en la publicidad es un caballo de batalla permanente, ya que durante décadas se ha utilizado la figura femenina como un mero objeto sexualizado, tuviera o no relación con el producto: un simple atractivo para el comprador varón. Aunque hoy en día se tiende a evitar este tipo de publicidad, la mujer aparece todavía ligada a multitud de anuncios como un mero gancho sexual. Sirva de ejemplo la imagen de la derecha. El sexismo se refiere también al reparto de roles estereotipados entre hombres y mujeres.

De la misma manera, la publicidad no debe utilizar nunca otros aspectos discriminatorios. Deben evitarse los contenidos racistas, homófobos o tránsfobos.

Otras prácticas publicitarias prohibidas son la publicidad engañosa, que nos miente descaradamente sobre las virtudes del producto, o la publicidad desleal, que menosprecia o denigra a otras empresas o personas.

También es ilícita la publicidad subliminal, es decir, aquella que intenta sugerirnos algo diferente a lo que se anuncia mediante imágenes ocultas. Normalmente se trata de referencias sexuales disfrazadas en una imagen aparentemente normal, de forma que los espectadores no seamos conscientes de forma racional de la excitación provocada. Puedes ver un ejemplo en la imagen de la derecha.

Hay determinados productos cuya publicidad no es ilegal, aunque sí que tienen que cumplir determinadas normativas. El ejemplo más claro es el de las marcas de bebidas alcohólicas y tabaco, que tienen restringidos los medios de comunicación en los que pueden aparecer.

Para saber más

¿Cómo actuar ante los abusos de la publicidad?

Mantenerse alerta frente a esos 3.000 impactos publicitarios al día en un medio urbano puede parecer fatigoso y, en fin, un esfuerzo titánico. Un imposible. ¿Estamos indefensos contra el poder del márketing?

Por supuesto que no. Pero la defensa se organiza de forma colectiva, a través de las asociaciones de consumidores y, en general, la educación para un consumo racional y sostenible.

Para ayudar a la ciudadanía colaboran todos los movimientos sociales: el feminismo, el ecologismo, las organizaciones de derechos humanos. Si detectamos un anuncio que utiliza el sexismo con el fin de atraer a un público masculino, podemos contactar con la red feminista o con el Instituto de las Mujeres, que cuenta con un Observatorio de la Imagen de las Mujeres.

Haz click en la imagen si quieres saber cómo se presenta una queja:

Observatorio de la Imagen de las Mujeres

Observatorio de la imagen de las mujeres 
Producción propia. Licencia CC

Fijémonos ahora en asociaciones como FACUA y la OCU. Además de encargarse de la defensa de la ciudadanía contra cualquier maltrato en sus relaciones comerciales, también se encargan de informarnos sobre los malos usos de la publicidad:

  • la "publicidad engañosa", a través de estrategias agresivas de márketing que prometen mucho más de lo que cumplen.
  • la "publicidad ilícita", cuando una persona con muchos seguidores en los medios sociales (es decir, un/a influencer) utiliza sus redes para informar falsamente sobre las supuestas cualidades de un producto, a cambio de un patrocinio. La diferencia con la anterior es que la ley de 1996, obsoleta en muchos sentidos, anticipó el fenómeno influencer en relación con los productos sanitarios: "está prohibido que las "personas famosas o conocidas por el público" anuncien productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria".

Sí, también esas son formas (mejor dicho, no deberían serlo) de publicidad.