4.2. Adverbiales impropias: finales, causales y condicionales
Imagen derivada de un original en Flickr de Franz Diwischek bajo CC |
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Se refieren al propósito, objetivo o intención con que se enuncia la acción principal. Por ejemplo: He venido para que me ayudes a hacer los deberes. Pueden construirse de la siguiente forma:
- Mediante locuciones conjuntivas: para que, a que, a fin de que, con el objeto de que, con vistas a que... En estos casos, el verbo de la subordinada va siempre conjugado en subjuntivo: Han comprado un piano para que ensayen los alumnos del conservatorio.
- Con el verbo en infinitivo precedido de las preposiciones "a" y "para" (o introducido por las locuciones conjuntivas antes señaladas, pero sin la forma "que"). Esta fórmula se usa cuando el sujeto de la proposición principal es el mismo que el de la subordinada: He venido ya para ayudarte / a fin de ayudarte a hacer las compras (en este caso, la persona que realiza la acción de ambos verbos es la primera del singular).
Las subordinadas adverbiales finales que están precedidas por las preposiciones "a" o "para" pueden considerarse también como subordinadas sustantivas, ya que admiten su sustitución mediante un pronombre:

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Estas proposiciones adverbiales expresan el motivo, la causa o la razón por los que acontece lo expresado en la proposición principal: Ha llegado tarde porque se le ha averiado el coche. La expresión de la subordinada causal puede hacerse de distintas formas:
- Mediante el uso de conjunciones o locuciones conjuntivas: porque, pues, que, puesto que, como, como quiera que, en vista de que, ya que, gracias a que: No ha aprobado porque no ha estudiado nada. Como no hemos tenido tiempo, no pudimos ir. Termina ya, que tenemos que irnos. Podemos irnos, puesto que ya he terminado.
- Con el empleo del verbo de la subordinada en infinitivo introducido por "al", "de" o "por": "Al ver la luz apagada, nos fuimos".
- También poseen valor causal algunas construcciones preposicionales. Por ejemplo: De inteligente que es, no estudia nunca. No obstante, en estos casos no hay realmente oraciones sintácticamente causales, sino un sintagma preposicional en el que aparece una subordinada adjetiva ("que es").

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Presentan una condición, o una hipótesis, de cuyo cumplimiento depende que pueda realizarse la acción expresada por la proposición principal: Si hay suficientes jugadores podremos disputar el partido. La proposición subordinada recibe el nombre de prótasis y la proposición principal el de apódosis. Las condicionales pueden ser de tres tipos:
- Condicionales reales: el cumplimiento de la condición implica directamente el cumplimiento de la acción principal. El hablante expresa tal relación objetivamente con el verbo principal en indicativo: Si no le echas de comer al pájaro, se va a morir de hambre el pobrecito.
- Condicionales potenciales: el cumplimiento de la condición es posible, pero el hablante lo expresa con un matiz de duda, temor, ruego... El verbo de la subordinada aparece en subjuntivo (pretérito imperfecto) y el de la principal en condicional: Si necesitara ayuda, recurriría a él.
- Condicionales irreales: el cumplimiento de la condición es ya imposible, por estar referido a un tiempo pasado. El verbo de la subordinada aparece en subjuntivo (pretérito pluscuamperfecto), y el de la principal en pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo o condicional compuesto: Si tu padre hubiera estado aquí, hubiera (o habría) disfrutado muchísimo.
Respecto a su forma, las condicionales pueden expresarse:
- Precedidas por determinadas conjunciones o locuciones conjuntivas: si, como, cuando, en el caso de que, a condición de que, a menos que, en el supuesto de que, siempre que, con tal de que, sólo con que, con que... Si quieres, te vienes con nosotros. Como no te lo propongas, no lo conseguirás. Será lo correcto, cuando ellos lo hacen así. Te compraremos la moto, a condición de que apruebes todo.
- Mediante un verbo en forma no personal: un infinitivo precedido de las preposiciones "de" o "con" ("De haberlo sabido, no lo hubiera hecho"), o un gerundio ("Detectando bien las causas, podremos acabar con esas dificultades").
Conviene tener en cuenta que, en algunos casos, las construcciones introducidas por la conjunción "si" señalan sólo una contraposición entre las proposiciones que forman la frase: se trata, por tanto, de una relación de coordinación adversativa, aunque presenten la misma estructura que las condicionales.

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Las proposiciones subordinadas concesivas expresan una dificultad u objeción, que no impide que se cumpla lo expresado en la proposición principal: Aunque no tengo hambre, cenaré algo. Se da una relación de contraste, expresado por la relación concesiva que se establece entre lo que presupone la subordinada (no tengo hambre) y lo que realmente se afirma o niega en la principal ("cenaré algo"). Las proposiciones concesivas pueden expresarse:
- Mediante el uso de conjunciones o locuciones conjuntivas: aunque (cuando no equivale a "pero"), aun cuando, si bien, aun si, mal que, por más que, a pesar de que... Aunque viniera hoy, no contaríamos con él. Es muy seguro en su juego, si bien a veces se equivoca. Aun cuando no vaya Paco, yo iré al cine.
- Con el verbo en forma no personal:
- infinitivo precedido de "con" o "para": Con gritar no vas a conseguir nada.
- gerundio precedido de "incluso", "aun", "hasta", "ni": Incluso con la ayuda del árbitro no ganasteis el partido.
- participio precedido de "aun" o "ni": Aun animado por sus amigos, él prefiere no intentarlo.
- El gerundio y el participio seguidos de la fórmula "y todo", también adquieren significado concesivo: Estudiando y todo, no fui capaz de aprobar. Lesionado y todo, ganó la final.
- Con fórmulas sintácticas que presentan un verbo repetido y un nexo relativo interpuesto: diga lo que diga, haga lo que haga, sea como sea, pese a quien pese... Diga lo que diga Javier, ya no me creo nada.
Las construcciones subordinadas con la locución "a pesar de que" también pueden ser analizadas como proposiciones sustantivas, ya que admiten la sustitución por el pronombre "eso".


Importante
En ocasiones, al realizar un análisis sintáctico, es posible que nos resulte especialmente difícil distinguir una proposición adverbial impropia. Esto puede deberse a que se haya elidido la conjunción, e incluso el verbo, de la oración subordinada. Es el caso del siguiente ejemplo:

Para realizar un análisis completo, es imprescidible que restauremos los elementos que creemos omitidos:


Actividad de rellenar huecos
Imagen modificada sobre un original en Flickr de Cookieater2009 bajo CC |

Importante
