1.3. Retratos
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Retrato de los Duques de Osuna. Imagen en Wikipedia. Dominio público |
La incipiente conexión con la corte madrileña le va a permitir hacer sus primeros e importantes retratos, en los que Goya, de nuevo, demuestra su maestría.
Su labor como retratista se mantiene durante años y en todos mantiene unas características similares, con un imponente tratamiento del color y una enorme capacidad para mostrar la psicología del personaje. De esta primera época destacan los retratos de Jovellanos, o el de los duques de Osuna con sus hijos.
En 1793 Goya contrae una enfermedad, parece ser que saturnismo (típica entre los pintores debido al plomo que contenía el óleo), cuya consecuencia más importante será la importante sordera con la que tuvo que convivir el resto de su vida. Dicen que esta enfermedad le agrió el carácter y su pintura se vio influido por ello. Si así fue, una pena para Don Francisco, pero una alegría para los amantes de su arte, ya que su pintura alcanzó una calidad y una expresividad francamente importantes.
Goya continúa con su labor como retratista, habiéndose convertido en el preferido de la corte para este trabajo. Entre 1793 y 1805 realiza algunos de los mejores retratos de la historia del arte español: La familia de Carlos IV, las dos majas (desnuda y vestida), los retratos de la Duquesa de Alba o de la Condesa de Chinchón, o el retrato de Godoy… En cada uno de ellos Goya muestra su maestría a la hora de abordar la psique de cada personaje, a la hora de componer las obras de forma inteligente, a la hora de manejar el color, la luz, las sombras…
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Retrato de la condesa de Chinchón. Imagen en Wikipedia. Dominio público |
La duquesa de Alba
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Obra: Retrato de la Duquesa de Alba |
La duquesa de Alba. Goya. Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Las voces de la corte hablaban de una especial relación entre Goya y la rica duquesa. No sabemos si aquello era o no cierto, lo que sí es verdad es que el pintor aragonés puso todo su cariño en este bello retrato en la que la duquesa aparece retratada con un rostro melancólico y dulce.
El contraste entre el límpido blanco del vestido con la oscuridad del fondo otorga al cuadro un aspecto francamente interesante.
La familia de Carlos IV
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Obra: La familia de Carlos IV |
La familia de Carlos IV. Goya. 1801. Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Todo un tratado de política en poco más de tres metros de lienzo. Goya pinta esta obra en el año 1800 poco antes de que se inicien los movimientos políticos que generarían la Guerra de Independencia. Es la reina María Luisa la que centraliza la composición, apareciendo como matriarca de una importante saga y una familia unida y fuerte. El rey, lejos de mostrar un rostro potente e inaccesible, hace gala de su bondad y su serenidad.
En el cuadro aparecen representados, como decíamos, toda la saga de Carlos IV y María Luisa, incluidos, como no podía ser menos, el Príncipe de Asturias y futuro rey Fernando y su hermano Carlos María Isidro.
El propio Goya aparece representado en un segundo plano pintando el cuadro en un claro homenaje del pintor a Velázquez con sus Meninas. Es cierto que ni la atmósfera, ni el fondo de la habitación guardan relación con la obra del pintor sevillano, pero no cabe duda que la influencia es importante.
La maja desnuda
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Obra: La maja desnuda |
La maja desnuda. Goya. 1800 Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Dicen que pudo ser el retrato de la Duquesa de Alba. No lo sabemos, aunque sí queda clara la sensualidad que Goya proyecta en esta bella y real mujer que ha sido retratada. No hay misticismo, ni mitología que valga. La obra es un puro retrato con una enorme connotación sensual en la que Goya pone todo su interés. Todo lo que lleva el cuadro incluido ayuda a esa sensación de sensualidad: la postura de la mujer, su sugerente mirada, la seda que recubre el diván…
Se realiza una versión similar vestida

Importante
La entrada de Goya en la corte madrieña le va a permitir abrir un nuevo flanco en su actividad pictórica: los retratos, en los que demuestra su maestría tanto en el manejo de los juegos de luces y sombras como en la capacidad para obtener los rasgos psicológicos de sus retratados.
La enfermedad que le provoca la sordera pudo suponer un acicate para su creatividad y sus avances tanto estéticos como técnicos.

Pregunta de Elección Múltiple

Curiosidad
Los retratos de las familias reales son un clásico dentro de la historia de la pintura, especialmente en la edad moderna. En la historia de nuestro país hay tres grandes retratos que que están en el imaginario colectivo. El primero, claro, Las Meninas, esa maravillosa obra de Velázquez en la que retrataba a la familia de Felipe IV de forma directa (la Infanta Margarita acompañada por las meninas y otros personajes de la Corte) e indirecta (los propios reyes Felipe IV y Mariana de Austria o el propio Velázquez que aparece autorretratado pintando el cuadro en una escena invertida en la que los protagonistas son en realidad espectadores). El segundo, la Familia de Felipe V del pintor francés Van Loo en la que la escena aparece protagonizada por la reina Isabel de Farnesio en un claro interés por mostrar la importancia y el poder que atesoraba (su codo apoyado en el cojín sobre el que se sostiene la corona es muy simbólico) y, por supuesto, la Familia de Carlos IV, en la que Goya pinta a la familia real para la que él trabaja y de la que hemos hablado con anterioridad.
Cada obra con las características propias de su tiempo, del estilo en el que se enmarca y, sobre todo, con la personalidad de cada autor y de los protagonistas, algo en lo que estos genios de la pintura eran especialmente brillantes.
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Las Meninas. Velázquez. 1656 Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Michel Van Loo. La familia de Felipe V. 1743 Imagen en Wikipedia. Dominio público |
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La familia de Carlos IV. Goya. 1801. Imagen en Wikipedia. Dominio público |