2.1. El proceso del Concilio

Grabado que muestra una sesión del Concilio Imagen en Wikimedia. Dominio público

El Concilio de Trento fue una reunión ecuménica, es decir, de los principales cargos de la Iglesia, que tuvo una vital repercusión para toda la Cristiandad y en especial, para Europa que por aquel entonces se encontraba fuertemente dividida entre Protestantes y Católicos. El Concilio fue la respuesta católica a la Reforma Protestante que conformó la llamada Contrarreforma, una serie de medidas que afectaban a todos los ámbitos religiosos, desde la formación de los sacerdotes al establecimiento de los dogmas de fe. También tuvieron una gran repercusión en todos los ámbitos, especialmente en el arte y la sociedad y que estuvieron vigentes prácticamente hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se celebró el otro gran Concilio de la Iglesia, el Concilio Vaticano II.

No solo se hizo necesario la celebración de un concilio de tales dimensiones por el cisma religioso que supuso el protestantismo, sino muy especialmente por los problemas, escándalos, abusos y degradación a la que había llegado la propia Iglesia en el siglo XVI y que ya conoces: intrigas palaciegas, abuso de poder, conspiraciones religiosas, tráfico de indulgencias, y así hasta un largo etcétera. Al comienzo del concilio existían dos posturas bien distintas: un sector más tolerante y más propicio a buscar un entendimiento con los protestantes y uno más radical e intransigente. Finalmente este último, y como suele pasar, terminó por ganar y básicamente oponerse y enfrentarse a todas las decisiones tomadas por los reformistas.

El Concilio se celebró en la ciudad italiana de Trento entre los años 1545 y 1563 aunque no de forma continua, pues hubo varias interrupciones, y se divide en tres fases:

• El papa Paulo III inaugura el Concilio, de 1545 a 1547, con una amplia mayoría de clérigos españoles e italianos. Asistieron miembros de las corrientes reformistas y protestantes pero no tenían derecho a voto, pues se les había excomulgado previamente. En esta fase se abordan los principales  problemas doctrinales planteados por los protestantes y las cuestiones disciplinarias más sangrantes, como que los obispos debían residir en sus diócesis.

• De 1551 a 1552 presidido por Julio III,  con una mayor presencia de clérigos alemanes, en cuyos territorios había nacido el Protestantismo, y fuertemente controlado por el emperador Carlos V. Su sede se traslada a Bolonia y se aborda el trema de los sacramentos.

• Pío IV finaliza el concilio entre los años 1562 y 1563, sin representación de ninguna iglesia reformista, en donde se publican los dogmas y las medidas a aplicar. Tras intensos debates y con la masiva participación en las decisiones fundamentales de la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, se formulan las doctrinas, las enseñanzas de la fe y se reforma la liturgia, con multitud de novedades que inauguran el nuevo periodo artístico que triunfará durante casi dos siglos: el Barroco. 

Vulgata de San Jerónimo Imagen en Wikipedia de Dominio público

Algunos de los decretos que se debían aplicar en todo el mundo católico incluyendo los nuevos territorios conquistados de América y algunos de los dogmas de fe que había que seguir fueron:

• La creación de seminarios diocesanos que velaran por la correcta formación de los sacerdotes y asegurara una correcta actitud moral. Se les prohíbe acumular riquezas excesivas, se fija el celibato obligatorio, se obliga a los clérigos a impartir misa los domingos y días festivos y se registran todos los nacimientos, bodas y fallecimientos. 
• Publicación del texto oficial de la Biblia, siguiendo básicamente la Vulgata de San Jerónimo, y la Iglesia se reserva el derecho de la interpretación de las Sagradas Escrituras. La Vulgata de san Jerónimo es la traducción que de las Biblias hebreas y griegas realizó el santo a finales del siglo IV. 
• Control de la acumulación de cargos eclesiásticos y de las indulgencias para evitar abusos.
• Veneración a la Virgen y los Santos. Se difunde la idea de la salvación tanto por la fe como por la práctica de buenas obras.
• Se restaura la Inquisición y se crea el Índice, la férrea censura de la Iglesia contra toda publicación que fuera en contra de la fe católica. 

Finalmente el Concilio de Trento no se cuestionó ninguna de las exigencias ni propuestas de la Reforma, sino que al contrario, reafirmó a la propia Iglesia Católica, provocando la división profunda y permanente entre los Protestantes y los Católicos que aún existe hoy en día. Fue un pequeño lavado de cara de la Iglesia y la reafirmación contundente del catolicismo frente a las nuevas corrientes religiosas. 

La importancia y trascendencia del Concilio de Trento fue enorme, tanto para los católicos como para el resto de iglesias protestantes y marcó claramente las pautas dogmáticas a seguir y las relaciones políticas de los diferentes estados durante las siguientes centurias. En lo referente a la doctrina oficial de la Iglesia Católica, se intentó eliminar las lacras que habían lastrado a la jerarquía eclesiástica y dañado su imagen, estableciendo una serie de principios disciplinarios de decoro y obediencia de los obispos al Papa, que se mantuvo como máxima autoridad consolidándose su poder. A partir del Concilio la Iglesia es santa, católica, romana y apostólica, y solo ella puede interpretar las Escrituras y predicar la fe. El Concilio, en lugar de servir de puente de entendimiento entre católicos y protestantes como quería Carlos V sirvió para todo lo contrario, pues supuso el fin definitivo de cualquier acercamiento entre ambas posturas y la ruptura definitiva entre protestantes y católicos.