1.1 - Organización político - administrativa de la República
Como hemos visto, Roma se había transformado en una potencia mediterránea, pero su organización no era homogénea, pues las ciudades y los pueblos sometidos no tenían una organización política unitaria, sino con diferentes derechos que causaban desequilibrios. Vamos a intentar esquematizar de forma muy simplificada la variedad de condiciones en las que vivían los súbditos de Roma.
En la cumbre de la sociedad romana estaban los ciudadanos libres de Roma; gracias al derecho de ciudadanía podían votar, ser elegidos y, por lo tanto, participar en los órganos de gobierno de la República.
Fuera de Roma, estaban situados en condiciones de derecho similar los habitantes de las colonias de ciudadanos romanos. Eran ciudades que se habían fundado en los lugares recién conquistados y habían sido colonizadas por ciudadanos romanos, para facilitar el control del territorio y así difundir la lengua, las costumbres y la cultura de Roma. Su lejanía, sin embargo, no les permitía aprovecharse completamente de sus derechos.
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Ciudadano romano togado Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Carteia, Guadarranque, Cádiz La primera colonia romana de la península Ibérica |
En un rango inferior se encontraban las ciudades preexistentes que habían sido sometidas por Roma y que se denominaron municipia (municipium -ii, n.). Los habitantes de los municipia eran ciudadanos romanos, pero eran autónomos desde el punto de vista administrativo. A su vez, dentro de los municipia, había que distinguir entre los que tenían derecho de sufragio y los que no. Esta diferencia era muy importante pues, si por un lado ambos tenían la obligación de pagar impuestos y prestar el servicio militar, los que no tenían derecho de voto quedaban excluidos de las decisiones que se tomaban en Roma, ocasionando así una gran desigualdad. En una situación análoga se encontraban las ciudades con derecho latino, pues tenían que ofrecer soldados al ejército de la República pero no tenían representación política en Roma.
Por último, tampoco hay que olvidar la situación de las ciudades federadas, es decir, aliadas de Roma mediante tratados: tenían que ofrecer soldados a la República y podían comerciar con Roma, pero no entre ellas. Como acabamos de ver, otra situación de desequilibrio.
Para resumir, las sensibles diferencias de derechos y deberes entre las ciudades que configuraban el territorio romano provocaron fuertes descontentos que se sumaron al progresivo deterioro de las clases medias a causa de las constantes guerras: una situación explosiva que dará comienzo a las guerras civiles a lo largo del convulso siglo I a.n.e.

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Retroalimentación
Falso
Al tener derecho de ciudadanía tenían el derecho de voto y participar en los órganos de gobierno.Retroalimentación
Verdadero
Las colonias eran auténticas avanzadillas de romanización fuera de Roma.Retroalimentación
Falso
La inferiodidad de derechos fue precisamente la causa de enfrentamientos posteriores.