La ética consiste en una reflexión filosófica sobre los diversos aspectos implicados en la acción humana. De este modo, su reflexión se centra en la moralidad y en facetas contempladas desde la misma como son el deber, la vida virtuosa o la felicidad. En su aspecto central, esta rama de la filosofía se preocupa la justificación racional del sistema moral y el fundamento último del bien, así como de su aplicación práctica en un contexto individual o social.
Siendo una rama práctica de la filosofía, este saber se resuelve en una serie de principios prácticos de acción que son orientativos sobre el modo de conducta deseable.
- La reflexión ética forma parte esencial de la filosofía desde sus comienzos, siendo un aspecto determinante en autores como Sócrates, que la pone en el centro de su interés filosófico, Platón, que hereda de su maestro su predilección por las consecuencias éticas del ejercicio filosófico o Aristóteles, quien estudia y sintetiza las distintas doctrinas sobre el bien y la felicidad características del mundo griego.
- En el contexto de la filosofía cristiana medieval se subrayará el fundamento divino del orden moral.
- A partir de la Modernidad, se sucederán distintos planteamientos en torno al fundamento de los principios morales, así como diferencias entre modelos más o menos formalistas, que ponen el acento en la intencionalidad de las acciones (por ejemplo Kant) o materiales, más centrados en las características de los actos y sus consecuencias más o menos beneficiosas o perjudiciales (como el utilitarismo).