Aunque hay mucha literatura sobre la argumentación, aquí te resumimos algunas normas básicas. Son válidas para cualquier idioma, por lo que las puedes aplicar al español:
1- Para una buena argumentación, hace falta una preparación previa. Ya sea de forma oral o escrita es importante tener las ideas claras, es decir, a partir de un punto de partida sobre un tema, preparar una serie de argumentos que defiendan tu postura.
2- Esos argumentos han de ser creíbles, es decir, deben ser objetivos y claros. Si se tienen que exponer datos, estos han de ser veraces y comprobables.
3- Dichos argumentos también tiene que ser relevantes. Puede haber argumentos no justifican nada, por no ser significativos.
4- No se debe dar un solo argumento. Es conveniente utilizar suficientes como para dar fuerza a tu posición. Es bueno, en relación con el primer punto, que antes de escribir o de exponer oralmente hagas una lluvia de ideas que te facilite elegir los argumentos necesarios y relevantes para una buena defensa.
5- Si tienes un oponente en la argumentación, por ejemplo en un debate, no se debe atacar al otro interlocutor.
6- Finalmente, se ha de tener flexibilidad para poder aceptar otras ideas diferentes a las tuyas.