3.1. El Renacimiento

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La palabra Renacimiento hace referencia a "un nuevo nacimiento" tras una etapa de oscuridad medieval. Esto tenemos que verlo desde el punto de vista de los intelectuales italianos del siglo XV y XVI, quienes pensaban que su época era la más brillante desde la civilización grecorromana. Es un fenómeno que nace en Italia a finales del siglo XIV y que se extinguirá cuando termine el XVI. Mientras el Quattrocento (XV) será el siglo de la experimentación, el Cinquecento (XVI) será el de la calidad y madurez.

Italia nunca renunció del todo a su pasado clásico y nunca llegó a imponerse plenamente en ella el espíritu gótico medieval, por lo que el cambio de mentalidad que ocurrió en esta época gracias a los nuevos descubrimientos (América, la imprenta, la pólvora) hizo que se recuperaran los conceptos del Hombre como centro de la creación, hombre racional y libre y que apareciese un nuevo planteamiento artístico enfocado hacia la representación de la realidad física del entorno del hombre.

El artista renacentista no trabaja ya bajo unas directrices impuestas, sino que goza de autonomía ideológica y cultural en el ejercicio de su trabajo. El arte pasa de ser manual a intelectual y la belleza sustituye al expresivismo medieval. El arte no se desprende de su temática religiosa pero su ejecución sí se seculariza y, poco a poco, se va llegando a la idea del arte por el arte, a la vez que los artistas van ganando prestigio social y se convierten en protegidos de las clases dominantes.

El pensamiento humanista y el deseo de plasmar la verdad que rodea al hombre trajo implícita una nueva concepción del espacio y la perspectiva fue considerada como la verdadera forma de representar la realidad espacial, una realidad de la que había que eliminar todo lo que fuera contradictorio. La perspectiva construye racionalmente la representación de la realidad humana, es la plasmación material de la visión a través del intelecto. Esta nueva forma de entender el espacio también provocará nuevas formulaciones de la teoría de la proporción. A partir de la tradición clásica, el intelecto establece relaciones de tamaño entre partes a través de comparaciones en la búsqueda de la belleza. Lo proporcionado es bello y supone el equilibrio entre el hombre y la naturaleza.

No obstante, la dependencia existente entre el artista renacentista y los modelos extraídos de la antigüedad no será demasiada estricta. El pasado no se copia, sino que se utiliza como inspiración. Los renacentistas están más preocupados de plasmar la verdad, la dignidad y la virtud que de reproducir las creaciones clásicas.

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LA LITERATURA DEL RENACIMIENTO

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La literatura como el arte suponen una renovación, que nace en Italia en el siglo XIV, teniendo algunos precedentes en el XIII. Tiene como modelo los autores clásicos y experimenta una gran difusión gracias a la invención de la imprenta en 1450.

La renovación no sólo en cuanto a la forma, sino que cambian también los temas, que ahora además de cristianos, se introducen temas mitológicos, hay un gran interés por la naturaleza, como fuente de inspiración, se recupera la filosofía platónica y la base del pensamiento ya no es la fe sino la razón. Nacen también nuevos géneros como el ensayo en prosa y nueva métrica en poesía destacando especialmente el soneto.