1. La época de los Reyes Católicos (1469-1516)

Fernando de Aragón

3. Imagen de Cropbot,

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Isabel de Castilla

4. Imagen de Sir Gawain,

Licencia CC

"La unión de dos Trastámara"

 

En 1469 contrajeron matrimonio en Valladolid Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, ambos de apellido Trastámara, ya que eran primos. En ese momento, con 18 y 17 años respectivamente, eran herederos de los dos principales reinos de la Península Ibérica, y su enlace pronosticaba un importante giro en la política peninsular por la posibilidad de concentrar un importante poder militar y territorial en sus manos.

El camino hacia el trono de ambos príncipes iba a estar plagado de obstáculos interiores y exteriores. Muchas fuerzas se opusieron a este enlace, que finalmente se consumó por el empeño personal de la joven Isabel, que rompió con la tradicional sumisión femenina y rechazó todos los enlaces matrimoniales que intentó concertarle su hermano, el rey de Castilla Enrique IV, para imponer su voluntad y contraer matrimonio con Fernando de Aragón.

 

 

 

Pre-conocimiento

Los padres de Fernando e Isabel, Juan II de Aragón y Juan II de Castilla, eran primos hermanos. Por lo tanto, existía entre ellos un parentesco que hacía necesaria una dispensa del Papa para que el matrimonio fuera válido. Ambos se casaron en secreto y sin dicha dispensa, ya que lo hacían en contra de la voluntad del hermanastro de Isabel y rey de Castilla Enrique IV. La misa nupcial se celebró el 19 de septiembre de 1469, y aquella misma noche se consumó el matrimonio. Siguiendo la tradición castellana, para que hubiera evidencia de que la princesa había entregado su virginidad al marido fue exhibida ante testigos la sábana del tálamo.
Isabel y Fernando, que han pasado a la historia como los Reyes Católicos en virtud del título concedido por el Papa a Fernando en 1496, son unas figuras históricas de primer orden, y como tales sujetas a interpretaciones a veces controvertidas. Ensalzados por algunos como forjadores de la unidad de España y de su poder hegemónico en Europa durante dos siglos, otros han querido verlos como unos fanáticos religiosos que acabaron con siglos de convivencia de las tres culturas hispanas medievales: cristiana, judía y musulmana. Impulsores del descubrimiento y colonización de América, o culpables del presunto genocidio que los españoles cometieron contra sus pueblos indígenas. Tal vez se ha exagerado mucho en uno y otro sentido, pero lo que nadie puede dudar es que ambos tuvieron una inteligencia política superior a la media de su época, al menos para lograr sus objetivos. Además crearon, como veremos a continuación, un sistema de monarquía plurinacional que, con escasas modificaciones, aunque con un territorio ampliado, se mantuvo vigente durante más de 200 años.

Actividad de Lectura

"Sería difícil encontrar un período en la historia de la península de mayor cohesión política en todos los reinos enraizados en su solar que el de los Reyes Católicos, de mejor proyección allende las fronteras, con el consiguiente prestigio en Europa, de expansión en las nuevas tierras descubiertas, de renovación de la unidad religiosa, de clara estabilidad social y económica y, en definitiva, de efervescencia cultural digna de encomio.

Eran las luces, sobre todo fulgurantes en el exterior, oscurecidas por las sombras internas: un protagonismo ligeramente decantado hacia Castilla, que adquiriría mayor fuerza en un futuro próximo, una colonización americana no exenta ya en sus inicios de explotación económica, un espíritu acrisolado en la represión y en la exclusión de la libertad de conciencia, unos desfases en los sectores productivos y sociales capaces de desequilibrar el sistema y una cultura cuyo excesivo protagonismo en el centro de la meseta (Castilla) bloqueó el acompasado desarrollo plurinacional.

No obstante, con ser muchas e importantes las sombras en la obra de los Reyes Católicos, la perspectiva del conjunto tiende a destacar las luces. Al fin y al cabo, la época anterior a su advenimiento había sido tan insegura y tan frágil que a la retina de cualquier observador posterior no le sería fácil borrar la impresión de solidez y de consolidación que siempre dio aquel reinado".

Texto adaptado. Ernest BELENGUER, El Imperio hispánico. 1479-1665, Barcelona, 1995, pp. 23-24.

 

El autor señala luces y sombras del reinado de los Reyes Católicos. En tu opinión, ¿de qué lado decanta la balanza?