4. Novelas sobre la historia

La novela histórica es un subgénero narrativo que surgió con el Romanticismo, movimiento en el que los autores buscaban evadirse de la realidad y el mundo en el que vivían, transportándose en la imaginación hacia mundos y épocas que imaginaban menos materialistas y más plenos de emoción y de aventura. Bien porque el espíritu romántico tiene siempre un público amplio y un refugio en las mentes de los soñadores, bien porque los seres humanos son aficionados a conocer sus glorias y sus desdichas pasadas y prefieren hacerlo mejor en las páginas de una novela que en un más frío tratado de historia, este tipo de literatura no ha hecho más que aumentar en lectores.

La novela histórica es realidad y ficción al mismo tiempo: es realidad porque tiene que respetar los hechos que se han comprobado ciertos y, por tanto, ha de estar tan documentada como un texto científico. Un lector culto descalificará de inmediato a aquella novela que incurra en un error de este tipo. Es ficción porque puede y debe especular e inventar los hechos no conocidos: la novela histórica llena con imaginación las zonas que la memoria ha dejado vacías, misteriosas, esas sobre las que podemos especular y hacernos preguntas que no tienen respuesta.

Como es lógico, comentamos las novelas que consideramos mejores de aquellas que tienen su escenario en Grecia y en Roma. Hay algunas que no son estrictamente históricas, puesto que se basan más bien en la leyenda, en personajes que no sabemos muy bien si existieron: Robert Graves escribió una novela maravillosa que se adentra en la historia de los primeros pueblos que poblaron las orillas del Mediterráneo, El vellocino de Oro, que cuenta de manera genial el extraordinario periplo de los Argonautas. A estas lejanas épocas se remonta también El rey debe morir, de Mary Renault, que enlaza con la leyenda de Teseo. Christa Wolf, en Casandra y en Medea, nos coloca en la piel de estas dos heroínas mitológicas.

Ya plenamente históricas son, sobre Roma y la expansión de su imperio, Aníbal, de Gisbert Haefs, y El Druida, de Morgan Llywelyn , que trata de la conquista de las Galias. Tres clásicos son Ben Hur, de Lewis Wallace, Los últimos días de Pompeya, de Bulwer Lytton y Quo vadis?, de Henryk Sienkiewicz.

Todas ellas son magníficos ejemplares del género. Pero, si tuviéramos que seleccionar las que más os pueden ayudar a conocer, disfrutando como de una aventura,  la historia de Grecia y Roma, escogeríamos las siguientes:


portada de la novela Pericles el ateniense que representa un supuesto retrato de Pericles con un casco corintio

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Pericles el Ateniense,  Rex Warner: La Edad de Oro de Atenas.

Rex Warner pone en boca de Anaxágoras un acertado relato sobre un personaje tan atractivo como Pericles, y además una completa descripción de cómo Atenas, reconstruida tras las Guerras Médicas, forjó un imperio que habría de medir sus fuerzas con la poderosa Esparta. El Siglo de Oro de la ciudad que produjo más talentos en unos años de los que habrían de cuajar en la mayoría de las naciones en toda su historia.

Rex Warner, escritor y traductor inglés, fue conocido tanto por su trabajo como profesor de historia antigua como por sus novelas, logrando un gran éxito con las que dedicó al género de la novela histórica. Sus títulos más conocidos fueron El joven César (1958), César Imperial (1960), Pericles el Ateniense (1963) o Los conversos (1967).

Desde 1945 hasta 1947 residió en Atenas, como director del Museo Británico de dicha ciudad. Durante esos dos años se dedicó a la traducción de clásicos griegos. Tradujo también los poemas de Giorgios Seferis.

Juegos funerarios

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Juegos funerarios, Mary Renault: Insidias y traición tras la muerte del líder.

Trata de las luchas entre los candidatos a suceder a Alejandro Magno tras su prematura muerte, en el año 323 a.n.e. Alejandro Magno no tenía descendencia, aunque su esposa, Roxana, estaba embarazada. Los diádocos, los antiguos generales de Alejandro Magno y sus hijos (también llamados epígonos) comenzaron a disputarse su imperio, que a la postre se habrían de repartir.  Igualmente apasionantes son las intrigas y las luchas en el seno de la familia de Alejandro.

Se trata de la última parte de una trilogía que la autora dedica a la breve pero intensa biografía del gran general macedonio: infancia y adolescencia —Fuego del paraíso—, la mirada de su amante —El muchacho persa— y la tragedia de su muerte prematura —Juegos funerarios—.

Mary Renault nació en Londres en 1905. Estudió Lengua y Literatura en Oxford. J. R. R. Tolkien fue uno de sus profesores. Con Julie Mullard, su compañera sentimental, se marcha a vivir a Sudáfrica (1946), recorriendo África y, mas tarde, Grecia. En 1956 Mary Renault empezó con sus brillantes reconstrucciones históricas de la Grecia antigua: El último vino (1956), El rey debe morir (1958), El toro del mar (1962), entre otras, y su mencionada trilogía sobre Alejandro Magno (1969-1981).

Los idus de Marzo

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Los Idus de Marzo, Thornton Wilder: una manera diferente de contar la historia.

En 1948, Thornton Wilder publica Los Idus de Marzo, sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Julio César. La novela tiene una estructura peculiar, dividida en cuatro libros que tratan diferentes aspectos del tirano a través de multitud de cartas y documentos, supuestamente escritos por los propios protagonistas.

A través de las cartas escritas por cada uno de ellos, el autor profundiza en el carácter de sus personajes, retratando de manera magistral a los principales protagonistas de la vida romana de la época.

Nacido en Wisconsin en 1897, publicó su primera novela, La Cábala, en 1926. Con El Puente de San Luis Rey ganó el premio Pulitzer de Narrativa en 1928. De 1930 a 1937 imparte clases en la Universidad de Chicago. De nuevo, en 1938 vuelve a ganar el Pulitzer de teatro por su obra dramática Nuestra Ciudad y otra vez en 1943 con la obra La Piel de nuestros dientes. Fue también profesor en la Universidad de Hawaii y en Harvard. Siempre se consideró a sí mismo profesor primero y escritor después. Continuó escribiendo toda su vida, y recibió numerosos premios y reconocimientos.

Yo, Claudio

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Yo, Claudio, Robert Graves: la época más apasionante de la historia de Roma.

La novela está narrada en primera persona por el propio Claudio, que evoca su infancia y juventud. Claudio fue mantenido alejado de la vida pública por su familia, los julio-claudios, hasta su inesperada coronación a la edad de 49 años. Esto se debía a diversas incapacidades, incluyendo tartamudeo, cojera y varios tics nerviosos, que le hacían aparecer como un deficiente mental.  Robert Graves usa estas peculiaridades para hacerlo un personaje simpático e inofensivo que, gracias a su presunta inofensividad logra sobrevivir en una familia de locos y de asesinos.

Robert Graves nació en Londres, en 1895. En 1934 publicó su obra más célebre Yo, Claudio, en la que a partir de fuentes clásicas construye un complejo y completo relato de la vida del emperador romano Claudio, historia que prosiguió más tarde con Claudio el dios y su esposa Mesalina, novela no tan brillante. También fue autor de la novela histórica El conde Belisario (1938), en la que relata la vida del general bizantino Belisario. Muy interesantes obras suyas son también Los mitos griegos y La diosa blanca.

Juliano el Apóstata

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Juliano el Apóstata, Gore Vidal: una historia fascinante y casi desconocida.

Gore Vidal, autor norteamericano nacido en 1925, escribió novelas de mucho éxito, una de las cuales, en 1964, fue la documentada novela Juliano el Apóstata, que relata en epístolas la vida del emperador.

Su primo Constancio II lo nombró César de occidente en 355, menos de un año después de la ejecución de su hermano, que también ostentó la dignidad de César. Constancio le encargó rechazar la invasión germánica de la Galia, tarea que realizó con gran efectividad. En 361 usurpó la dignidad de Augusto, que vino a legitimar la repentina muerte de su primo. Renegó entonces públicamente del cristianismo, declarándose pagano y neoplatónico, motivo por el cual fue tratado de apóstata. Juliano llevó a cabo una activa política religiosa, tratando de reavivar la declinante religión pagana según sus propias ideas, y de impedir la expansión del Cristianismo, pero fracasó estrepitosamente.

Otra muy interesante obra de Gore Vidal, Creación, escrita en 1981, no es una historia tanto del mundo griego sino del mundo persa, aunque recorre y describe ambos mundos. Narra la vida de Ciro Espitama, hijo de una bruja griega (Tracia) y padre persa que no llega a conocer.

Memorias de Adriano

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Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar: una reflexión sobre la vida.

La novela tiene la forma de una larga epístola dividida en capítulos y va dirigida a su sucesor, Marco Aurelio. En ella, el emperador medita y reflexiona acerca de sus años de reinado, de sus triunfos militares, del amor, de la amistad, de la poesía, de la música, del arte, de los viajes, de la paz, de la pasión por su joven amante Antínoo y del dolor causado por su muerte. Es un libro intenso y profundo, que no pierde en ningún momento su tensión dramática.


Marguerite Yourcenar recuerda la conocida frase de Gustave Flaubert: "cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón a Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre". Como ella misma confesaba: "gran parte de mi vida transcurriría en el intento de definir, después de retratar, a ese hombre solo y al mismo tiempo vinculado con todo".

Marguerite Yourcenar nació en Bruselas en 1903. Su padre le enseñó latín a los 10 y griego clásico a los 12. En 1939, para escapar de los problemas bélicos, se traslada a Estados Unidos, donde dará clases de Literatura comparada en la ciudad de Nueva York. Su obra es abundante y variada, pero de sus novelas históricas, las más destacables son Memorias de Adriano y Opus Nigrum, ambientada en la Edad Media.

Este tema ha sido elaborado por Meli San Martín y Javier Almodóvar para la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía