1.2 Tipos de respiraciones

1. El proceso de la respiración y su importancia

Imagen de una niña soplando a una flor.
Imagen de elaboración propia generada con
Dall-E 3
. Exhalar aire.
(CC0)

¿Por la nariz o por la boca? Seguramente que, a la hora de respirar o pensar en tu respiración, te has hecho esta pregunta.

Existe una diversidad de opiniones acerca de si es más conveniente inspirar por la nariz o por la boca. Es evidente que una inspiración nasal ayuda a calentar y filtrar el aire que se respira, por eso es recomendable la inspiración nasal cuando no se produce sonido.

En cambio, cuando se habla o se canta, una inspiración bucal permitirá una entrada de aire más rápida y relajada y además permitirá ubicar la laringe en la posición adecuada para fonar de una manera saludable.

Para conocer nuestra respiración debemos entender los dos procesos mencionados anteriormente: 

- La inhalación o inspiración es el proceso por el cual entra aire desde el exterior hacia el interior de los pulmones.

- La exhalación o espiración consiste en la salida del aire de los pulmones, es por tanto el fenómeno opuesto a la inhalación.

Este proceso de respiración continua de manera cíclica, proporcionando a las células un suministro constante de oxígeno y eliminando el dióxido de carbono. Es fundamental para el funcionamiento adecuado de los organismos.

La respiración es un proceso vital y de gran importancia para nuestro organismo. Aquí se destacan algunas de las razones clave que hacen que la respiración sea crucial:

Obtención de oxígeno: La respiración permite la captación de oxígeno del medio ambiente. El oxígeno es vital para la producción de energía a nivel celular.

- Eliminación de dióxido de carbono: La respiración también facilita la eliminación del dióxido de carbono, un producto de desecho del metabolismo celular. El intercambio gaseoso en los pulmones permite expulsar este gas, evitando que se acumule en niveles tóxicos en el organismo.

- Apoyo al sistema circulatorio: El oxígeno captado durante la respiración se une a la hemoglobina en los glóbulos rojos, facilitando su transporte a través del sistema circulatorio hacia los tejidos. Este proceso es esencial para garantizar un suministro constante de oxígeno a todas las células del cuerpo.

- Adaptación al estrés y al ejercicio: La capacidad pulmonar y cardiovascular mejorada a través de la práctica de la respiración profunda y el ejercicio aeróbico ayuda a afrontar situaciones estresantes y a mantener un estado físico saludable.

- Regulación del sistema nervioso autónomo: La respiración también juega un papel en la regulación del sistema nervioso autónomo, influyendo en la respuesta del cuerpo al estrés y ayudando a mantener un equilibrio entre los sistemas nerviosos simpático y parasimpático.

Para llevar a cabo un buen control de la respiración realizaremos una serie de ejercicios. A continuación veremos cada uno de ellos detenidamente para que puedas trabajarlos sin ningún problema. 

2. Siente la respiración

Antes de comenzar a cantar o incluso de usar tu voz como en exposiciones, reuniones, actividades en las que sea protagonista tu instrumento, debes ser consciente de tu respiración y conocerla para tener control sobre ella y beneficie el proceso de fonación.

Imagen de un robot frente a un espejo.
Imagen de Noupload en Pixabay. Robot frente a espejo. (Licencia de Pixabay.com)

Si antes de comenzar a cantar, de realizar los ejercicios de técnica vocal, realizas ejercicios respiratorios, seguramente, tu calidad vocal mejorará. Es por ello que antes de ponerte a hacer escalas o cualquier tipo de ejercicio vocal debes relajar tu musculatura activando el sistema respiratorio. 

1. Colócate delante de un espejo. De pie, percibe la postura. Recuerda que las rodillas han de estar flexibles (evita la hiperextensión), el tórax abierto (evita los hombros caídos) y la cabeza flexible sobre el cuello (evita que presione la columna). Coloca las manos en las diferentes partes del tronco que se movilizan en los tres tipos de inspiración:


- Inspiración Clavicular: el aire no moviliza ni la parte inferior de la caja torácica, ni la cavidad abdominal y se queda a la altura de las clavículas. Generalmente, si se tiene este patrón respiratorio se ha de modificar porque para controlar el ascenso del diafragma de manera progresiva se debe movilizar todo el tórax.

Coloca tus manos en las clavículas. 


- Inspiración Costal: el aire que entra en los pulmones moviliza la parte inferior de la caja torácica y se percibe un ensanchamiento de la misma a la altura de las costillas flotantes.

Coloca tus manos en las costillas.


- Inspiración diafragmática: el aire moviliza la zona abdominal como consecuencia de un descenso del diafragma que provoca desplazamiento de las vísceras y se puede notar como todo el perímetro abdominal se expande.

Coloca tus manos en el abdomen.

3. Controlo mi respiración

Hombre tumbado en posición semi-supina.
Imagen de elaboración propia generada con Dall-E 3. Posición semi-supina. (CC0)


Colócate tumbado con las rodillas dobladas sobre una esterilla en el suelo, no puede ser en la cama ni en un sofá, presta atención a la correcta alineación cabeza-cuello, si es necesario coloca libros bajo la cabeza para que el mentón quede entrado hacia el esternón.

Concéntrate en tu respiración y en tu espalda y comienza con el proceso de inspiración y espiración sintiendo cómo el cuerpo se relaja cada vez más y pesa más. Percibe qué parte del cuerpo se mueve cuando haces este tipo de respiración para ser consciente de tu patrón habitual. Debes saber que si tu patrón de inspiración es clavicular debes trabajar para modificarlo.

4. Calentamiento- Ejercicios respiración

Hombre haciendo un ejercicio de relajación.
Imagen de Mostera Production en Pexels. Ejercicios de relajación. (Licencia de Pexels.com)

A la hora de cantar es muy importante controlar la respiración y ser conscientes del recorrido del aire. No suele ser fácil y por ello debes prestar especial atención a los movimientos de los órganos implicados en el proceso para conocer si realizas una correcta respiración. Para comenzar, trabajarás con una práctica muy sencilla que te ayudará a aumentar tu capacidad pulmonar, a ventilar de forma adecuada y te ayudará a concentrarte en el trabajo que estás realizando. 

A continuación vas a realizar 2 ejercicios que puedes practicar dos o tres veces por semana: 

Ejercicio 1 – Comenzaremos por en ejercicio respiratorio sencillo. Inspira profundamente por la nariz. Una vez tus pulmones estén llenos de aire, iremos soltando el aire haciendo el sonido «ssss», una ese tan larga como sea posible.

Ejercicio 2 – En este ejercicio inhalamos aire y vamos expulsándolo poco a poco, en pequeños intervalos haciendo el sonido «ts», hasta que hayamos expulsado todo el aire.

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