Descripción de la tarea

Introducción

Fausto

H.Heine: Der Doktor Faust. Imagen de H.-P.Haack
en Wikimedia Commons bajo dominio público

En esta obra, que recoge una antigua leyenda ya reflejada en diversas obras literarias anteriores, Goethe nos presenta al doctor Fausto, un hombre que ha asimilado prácticamente todo el saber humano sin lograr satisfacer en lo más mínimo sus ansias de conocimientos; sus libros y sus instrumentos no han hecho más que demostrarle la inocuidad de la ciencia, están muy lejos de proporcionarle la felicidad que busca.

Para sacarlo de ese estadode desesperación el diablo, Mefistófeles, se le aparece y le propone un pacto. Este es el momento que recoge el texto.

Desarrollo de la tarea

Lee atentamente el texto y a continuación responde a las cuestiones que sobre él se plantean:

MEFISTÓFELES: Estos son mis pequeños. Escucha cómo incitan, con sabiduría, al placer y a la acción. Haciéndote salir de la soledad, donde los sentidos se atrofian y los humores dejan de fluir, quieren atraerte hacia la amplitud del  mundo.  Deja  ya  de  avivar el rencor que, como un buitre, te va devorando la vida. La peor de las compañías te hace sentir que eres un hombre entre los hombres. Pero no se pretende que te sumas en el vulgo. No soy ninguno de los grandes, pero si quieres caminar junto a mí a través de la vida, con gusto estaré contigo en el acto. Soy tu compañero y, si te parece bien, seré tu servidor, tu criado.
FAUSTO: ¿Y qué habré de cumplir yo a cambio?
MEFISTÓFELES: Tienes todavía un plazo largo para ello.
FAUSTO: No, no. El diablo es egoísta y no hace nada que le sea útil a otro por amor de Dios.  Expón claramente cuáles son tus condiciones; un criado así pone la casa en peligro.
MEFISTÓFELES: Quiero ponerme a tu servicio aquí. Cuando des la señal, ni me detendré ni descansaré, pero cuando volvamos a encontrarnos allí, tú deberás hacer lo mismo conmigo.
FAUSTO: El futuro apenas me inquieta. Si destruyes este mundo y lo conviertes en ruinas, el otro surgirá después. Pero mis alegrías brotan de esta tierra y este sol ilumina mis dolores. Si he de separarme de ellos con antelación, entonces que ocurra lo que sea. No quiero oír nada acerca de si en el más allá se amará o se odiará y de si también en aquellas esferas hay un arriba y un abajo.
MEFISTÓFELES: En ese caso puedes arriesgarte. Únete a mí. Durante estos días verás con placer cuáles son mis artes. Te daré lo que nunca ha visto hombre alguno.
FAUSTO: ¿Qué podrás darme tú, pobre diablo? ¿Alguno de los tuyos ha llegado a comprender alguna vez las altas aspiraciones del espíritu humano? ¿Qué es lo que ofreces? Alimento que no sacia; oro candente que, como el mercurio, se escapa de las manos sin descanso; un juego en el que nunca se gana; una muchacha que, abrazada a mi pecho, ya guiña el ojo y se entiende con el más cercano; el espléndido y divino placer del honor, que se desvanece como un meteoro. Muéstrame frutos que se pudran antes de nacer y árboles que verdeen de nuevo cada día.
MEFISTÓFELES: No me asusta semejante encargo; puedo, muy bien, brindarte esos tesoros. Pero, buen amigo, se acerca el tiempo en el que podremos disfrutar en plena paz de algo bueno.
FAUSTO: Si llega el día en el que pueda tumbarme ociosamente, con toda tranquilidad, me dará igual lo que sea de mí; si entonces logras engañarme con lisonjas haciendo que me agrade a mí mismo, ese será para mí mi último día. En eso consistirá mi apuesta.
MEFISTÓFELES: ¡La acepto!
FAUSTO: Choquemos esos cinco. Si alguna vez digo ante un instante: «¡Deténte, eres  tan  bello!», puedes atarme con cadenas y con gusto me hundiré. Entonces podrán sonar las campanas a difuntos, que seré libre para servirte. El reloj se habrá parado, las agujas habrán caído y el tiempo habrá terminado para mí.
MEFISTÓFELES: Piénsatelo bien; no lo olvidaré.
(...)
FAUSTO: ¿Cómo empezamos?
MEFISTÓFELES: Ahora mismo nos ponemos en marcha. ¿Qué lugar de martirio es este? ¿Qué clase de vida es aburrirse y aburrir a los muchachos? Deja eso para tu vecino, el señor Wanst.  ¿Por qué te empeñas en desgranar la paja? Lo mejor que podrías conocer no puedes enseñárselo a los muchachos. ¡Ahora mismo oigo a uno en el pasillo!
FAUSTO: No me es posible verlo.
MEFISTÓFELES: El pobre muchacho espera desde hace mucho tiempo; no puede marcharse desconsolado. Venga, dame la esclavina y el birrete,  este disfraz me ha de sentar bien.  
(Se  viste.)  
Ahora déjalo todo en manos de mi ingenio. Sólo necesito un cuarto de hora; entretanto, prepárate para nuestro bello viaje.
(Sale FAUSTO.)
(Con las largas ropas de FAUSTO.) Si desprecia la razón y la ciencia, la más potente fuerza de los hombres, y se fortalece con el espíritu del engaño con obras de ilusionismo y magia, ya lo tengo en mis manos incondicionalmente. El destino le dio un alma que avanza sin detenerse y cuyas apresuradas aspiraciones sobrepasan los gozos del mundo. Ya sabré arrastrarlo por la vida salvaje a través de lo irrelevante y lo insignificante; habrá de quedar atrapado por mí, se aferrará a mí, lo dejaré paralizado y avivaré su insaciabilidad haciendo pasar comida y bebida ante sus ansiosos labios. Suplicará alivio en vano y, aunque al diablo no se hubiera entregado, sucumbirá.

J.W. Goethe: Fausto

1.Sitúa la obra y al autor en su contexto histórico y literario. Haz una breve referencia a la trayectoria seguida por el mito de Fausto hasta que Goethe publica su obra.

2. Escribe un resumen del contenido del texto.

3.Entre la primera intervención de Mefistófeles y la que cierra el texto, se aprecia un evidente cambio de tono. Explica a qué es debido.

4.Fausto glosa sus exigencias para pactar con el diablo con las siguientes palabras:

Si llega el día en el que pueda tumbarme ociosamente, con toda tranquilidad, me dará igual lo que sea de mí; si entonces logras engañarme con lisonjas haciendo que me agrade a mí mismo, ese será para mí mi último día (...)Si alguna vez digo ante un instante: «¡Deténte, eres  tan  bello!», puedes atarme con cadenas y con gusto me hundiré. Entonces podrán sonar las campanas a difuntos, que seré libre para servirte. El reloj se habrá parado, las agujas habrán caído y el tiempo habrá terminado para mí.

Explica con tus palabras qué es lo que pretende conseguir Fausto con este pacto.

5.¿Crees que la posibilidad de firmar un pacto con el diablo es un fenómeno del pasado reflejado en la literatura de otros tiempos? No es así. Basta con que pongas en cualquier buscador de Internet "pacto con el diablo" y podrás comprobarlo. Como ejemplo, valga este vídeo:


¿Qué opinas de ello? ¿A qué crees que es debido que existan estos fenómenos?