4. El sistema nervioso
El sistema nervioso está formado por un conjunto de estructuras centrales y periféricas interconectadas que constituyen una unidad indivisible; a través de los nervios periféricos, se extiende por todo el organismo e influye de manera directa sobre los demás sistemas (Escobar y Pimienta, 2006). Sus estructuras más distales son los receptores, que responden a estímulos externos e internos y los convierten en señales eléctricas que a través de los nervios periféricos son transmitidas a las estructuras centrales, para su procesamiento e interpretación. Por otro lado, entre las principales funciones del sistema nervioso está la de controlar el movimiento gracias a los nervios periféricos motores, los cuales se originan centralmente y llegan hasta los músculos.
La parte central del sistema nervioso se concentra dentro del cráneo y de la columna vertebral, mientras que los nervios periféricos se disponen por fuera de este estuche. La parte central constituye, por tanto, el sistema nervioso central (SNC), mientras que el sector periférico se denomina sistema nervioso periférico (SNP). A su vez, el SNC está formado por el encéfalo y la médula espinal, mientras que el SNP está constituido por el conjunto de nervios que nacen del cráneo o de la médula.
4.1. La neurona
Un cuerpo o soma, donde se localizan el núcleo y los corpúsculos. Las neuronas son las células encargadas de la transmisión de la información en forma de impulsos nerviosos, es decir, son las unidades estructurales del sistema nervioso. Cada neurona está compuesta por (figura 6):
- Unas prolongaciones llamadas dendritas, compuestas por fibras gruesas, cortas y muy ramificadas.
- Una fibra única, el axón, larga y ramificada, en su extremo terminal.
Tanto los axones como las dendritas son las fibras nerviosas que forman los nervios antes mencionados.
Figura 6. Neurona y las diferentes partes que la conforman.
Imagen de elaboración propia
4.2. Sinapsis y transmisión del impulso nervioso
La unión entre neuronas o entre estas y algún órgano efector, como puede ser un músculo, recibe el nombre de sinapsis (figura 7). Gracias a este fenómeno se produce la transmisión del impulso nervioso. Una vez que este llega al axón se segregan una serie de sustancias, llamadas neurotransmisores, al espacio sináptico, de manera que estos se encargan de transmitir la información a la célula (neurona, músculo…) (Wilmore y Costill, 2007).

Figura 7. Proceso de transmisión del impulso nervioso mediante la sinapsis.
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