2.3. El Hiperrealismo: características y técnicas

A finales de los años 60 del siglo XX aparecen en Estados Unidos algunos artistas que representan la realidad con todo detalle, incluso llegan a utilizar la fotografía como base de su trabajo.  El  movimiento, que conocemos como Hiperrealismo,  llegó a ser admitido  en la Documenta de Kassel del año 1972. La acepción contemporánea de “hiperrealidad” viene del posmodernismo (Deleuze, Baudrillard) y supone la dificultad para distinguir entre realidad y fantasía, en un mundo en el que el simulacro se ha hecho indistinguible de lo real. Estas ideas se relacionan con algunas que vieron la luz a raíz de la crisis del Mayo del ’68: la sociedad del espectáculo y que, en buena medida, están emparentadas con los trabajos de W. Benjamin sobre el arte, a los que ya hemos hecho referencia. En muchos casos se supera y suplanta esa realidad, de manera que se incrementa la noción de realidad, algo que acabará dando lugar al concepto de hiperrealidad (que se abre hueco en las sociedades muy tecnificadas. De hecho hoy se habla con frecuencia de «realidad ampliada»). Este estilo no está cerrado,  pues contamos ahora con la tercera generación de artistas incluidos en esta corriente, donde destaca el escultor Ron Müeck.

Lógicamente el nombre del movimiento nos deja entrever la característica principal del mismo, esto es, una recreación de la vida, de los momentos cotidianos, exaltados en muchos casos hasta la banalidad, y convertidos en los verdaderos protagonistas de las obras. Como decíamos, para llevar esto a cabo tiene un papel principal la fotografía, pues en muchos casos se utiliza como una proyección  que después trasladan al lienzo con precisión y exactitud. Ojo, porque no es una competición con la fotografía, más bien una reflexión sobre el poder de las imágenes, su objetividad y autenticidad.

Los temas principales tienen que ver con lo cotidiano: escaparates, restaurantes de comida rápida, coches y motos que se plasman con el más mínimo detalle y en grandes formatos. Todo esto tiene, además, relación con el problema que ya hemos visto al hablar de la nueva figuración: la ruptura entre un público que no comprende la producción artística y los autores. Se trata entonces también de reorganizar  experiencia estética en torno a objetos que sean reconocibles.

Vídeo de Líneas Cruzadas. Alojado en Youtube.