En este caso, la pérdida de memoria se produce por lesiones causadas por accidentes que provocan trastornos en la misma, hablamos de lo que comúnmente se conoce como amnesia.

Hay dos tipos de amnesia: la retrógrada, que es la incapacidad de acceder a recuerdos del pasado, y la anterógrada, que es la incapacidad de crear recuerdos nuevos.

Los principales trastornos cerebrales que producen la amnesia son:

• Afasia. Significa “falta de voz” y se produce un paulatino olvido del lenguaje hasta que este queda reducido a un balbuceo. Se produce cuando se dañan los lóbulos posteriores.
• Agnosia. Significa “sin conocimiento” y se produce cuando la persona afectada no es capaz de reconocer ciertos objetos o sonidos (ya la comentamos en el tema anterior).
• Apraxia. Significa “inercia” y se produce cuando hay un olvido de los gestos. Se produce cuando a la persona afectada se le pide que haga ciertos movimientos familiares como levantarse y cerrar una puerta. Esta persona entiende lo que se le pide, se lo puede indicar a una tercera y saber si esta lo hace o no pero ella es incapaz de hacerlo aunque su condición física se lo permita.
  
  

Existe otro tipo de causas para que nuestra memoria falle como son enfermedades degenerativas como el Alzheimer, la forma más común de demencia y supone, además de una pérdida progresiva de memoria, la de otras habilidades intelectivas y sociales. Llega a afectar a 1 de cada 10 personas con 65 años y a la mitad de personas mayores de 85 años.