1.1. Macizo Galaico y Montes de León
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El Macizo Galaico muestra unas formas suaves y poco elevadas a consecuencia de la antigüedad de su formación y la acción de la erosión durante muchos millones de años. |
El Macizo Galaico y los Montes de León.
La zona noroccidental de la península está configurada por los Montes de León, que separan a la Meseta septentrional del Macizo Galaico. Se trata de relieves con materiales muy antiguos en los que predominan los granitos y las pizarras, entre otros. Se formaron en la era Primaria, de ahí que con el paso de cientos de millones de años se hayan visto muy desgastados por las fuerzas erosivas y adopten hoy un paisaje de montañas suaves y de formas poco agrestes. Son los típicos relieves apalachenses, propios de áreas que se formaron en épocas muy antiguas.
Por ello, las máximas altitudes no alcanzan cotas muy elevadas. Así, en los Montes de León destaca el pico del Teleno, con 2.188 metros, mientras que en el Macizo Galaico, sobresale el de Peña Trevinca, que tiene una altitud de 2.124 metros.
En realidad, el macizo galaico leonés conforma una unidad prácticamente homogénea, aunque para diferenciar el paso de la Meseta al núcleo central del mismo, se utilizan los Montes de León como forma de señalar ese límite entre ambos territorios.