3.1. La indumentaria rococó

Al inicio del siglo XVIII la moda aun mantiene elementos barrocos, como los vestidos que se apoyan en enormes guardainfantes que hacen que la mujer tenga unas grandes dimensiones sobre todo hacia los laterales exagerando el volumen de las caderas y creando una silueta apaisada. Son los denominados vestidos flotantes o volantes, rematados con corpiños profusamente decorados y con grandes pliegues.

Hacia la mitad del siglo surge un atuendo característico de las mujeres de la alta sociedad que puso de moda Madame Pompadour: se trata del vestido a la francesa, símbolo de la moda del Antiguo Régimen. Este vestido a la francesa se colocaba encima de la ropa interior de la época, sobre unas enaguas, un rígido corsé que estrechaba la cintura y un guardainfantes pero de menor tamaño y más ligero a base de alambres sujetados con cintas de tela. El vestido constaba de tres prendas: una falda, una sobre falda con volantes y lazos, y una chaqueta adornada en el pecho con un peto o petillo que recibía la mayor decoración, generalmente con motivos florales realizada con brocados y lazos, y que servía para elevar el busto. Todo el conjunto estaba realizado con telas de seda y satén de Lyon y rematado con adornos de brocados y encajes realizados en Chantilly o Bruselas.

María Luisa de Parma llevando un vestido a la francesa

María Antonieta llevando un vestido a la inglesa y mangas pagoda

María Luisa de Parma
llevando un vestido a la francesa
Imagen en Wikipedia . Dominio público

María Antonieta
llevando un vestido a la polanesa y mangas pagoda
Imagen en Wikipedia . Dominio público

De la misma época es el vestido denominado Watteau por ser el que prefería el pintor que llevaran sus modelos cuando les iba a pintar un retrato. Este vestido Watteau lleva una gran capa o volante anudado en la parte de atrás y la chaqueta termina en unas mangas largas llamadas mangas pagoda por imitar los tejados de diferentes alturas de las casas tradicionales de China y Japón. 

Curiosidad

En la sofisticada corte de Versalles existía una norma muy estricta referente a los vestidos de las damas: no se podía repetir el mismo vestido en ningún acto público, debiendo de estrenar siempre atuendo en cada acto social. En caso de no poder permitirse uno nuevo, había que realizar modificaciones en los complementos para que pareciera que la prenda era nueva. Ya ves que el negocio de la moda nación en la corte francesa a mediados del siglo XVIII. 

Durante las tres últimas décadas del siglo XVIII los vestidos se hacen más simples, se reducen las dimensiones del guardainfante o tontillo y la moda se vuelve un poco más informal. Se prefieren los tejidos más vaporosos de algodón y muselina, y se abandonan los brocados y encajes para vestir telas sin estampados de colores lisos. Son los vestidos a la polonesa, más cortos que permitíen enseñar los zapatos y con volantes recogidos en la espalda, y los vestidos a la inglesa, inspirados en la moda masculina, con chaquetas de amplias solapas y mangas largas anchas. Son los vestidos que vemos en los retratos de Gainsborough. 

La duquesa de Devonshire luciendo un vestido a la inglesa, 1787

Gainsborough, El joven azul, 1770

La duquesa de Devonshire
luciendo un vestido a la inglesa, 1787
Imagen en Wikipedia . Dominio público

Gainsborough, El joven azul, 1770
Imagen en Wikipedia . Dominio público

En cuanto a la moda masculina, se eliminan los excesos decorativos del barroco y se mantiene el traje de chaqueta de inspiración militar muy elegante y refinado. Este traje está compuesto de unos calzones que llegan hasta un poco más abajo de la rodilla, una camisa de manga larga sobre la que se viste una sobre camisa o camisola que adornaba la camisa con una sencilla chorrera o guirindola, lisa o con encajes. Finalmente los hombres vestían la chaqueta o casaca, a juego con los calzones, provista de mangas que se van acortando hasta conformar el chaleco que conocemos hoy en día. Remataba el conjunto un pañuelo a modo de corbata llamado corbatín.

Se abandonan las enormes pelucas barrocas para preferirse una pelucas de menores dimensiones y de color blanco, sobre las que se usaban sombreros pequeños de tres picos llamados tricornios. Los zapatos más comunes eran las chinelas, con un ligero tacón, punta redondeada y algún elemento decorativo en el empeine. 

Importante

La moda rococó fue la indumentaria característica del Antiguo Régimen. Los trajes femeninos se denominaban trajes a la francesa, constando de falda, sobrefalda y chaqueta adornada con peto, confeccionados con telas de seda y raso y adornados con encajes y brocados. Hacia 1770 surgen nuevos vestidos más cómodos, informales y vaporosos, como los trajes a la polonesa y los trajes a la inglesa. La indumentaria masculina sigue inspirada en los trajes militares con calzón, camisola sobre camisa y chaqueta o casaca. Las pelucas son más pequeñas que en la etapa anterior de color blanco, y el sombrero es de tres picos. 

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El atuendo característico de la mujer en el siglo fue el vestido a la que puso de moda madame hacia 1750. Constaba de una falda y falda con volantes anudados a la espalda y rematado con una que en la parte se abría para enseñar el peto o , que iba profusamente decorado. El traje estaba confeccionado con telas de y satén realizadas en y rematado con y brocados de y Bruselas. 

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