4.2. Individualización del proceso de enseñanza-aprendizaje
La individualización de la enseñanza tiene por objetivo último adaptar la enseñanza a las necesidades y particularidades de cada discente. No se trata, por tanto, de adaptar al adulto al currículo establecido, ni de elaborar currículos específicos, como en su día lo fueron los Programas de Desarrollo Individualizados, sino de adaptar el currículo ordinario a las necesidades y características de cada uno. De esta forma nos aseguramos de responder a las características individuales en el aprendizaje, estilos de aprendizaje, ritmos y capacidades de cada persona.
Siguiendo la idea planteada en el párrafo anterior, si queremos responder a las distintas individualidades y necesidades formativas, debemos enseñar a nuestro alumnado distintas habilidades para el aprendizaje autónomo, integrar conocimientos complejos y realizar una formulación de juicios a partir de la información recibida y, por último, ser capaces de llevar a cabo un análisis crítico y la evaluación y síntesis de ideas nuevas y complejas.
No se puede olvidar en ningún momento que un proceso de enseñanza-aprendizaje individualizado va a exigir una labor cooperativa del equipo de profesorado, que lleva consigo realizar una planificación adecuada de la actividad docente, implantando una organización flexible de los programas. Así mismo, se deben utilizar recursos específicos, entendiendo por tales tanto las propias adaptaciones curriculares (significativas o no) como todos aquellos materiales que sean necesarios (material impreso, informático, audiovisual, etc.).
Importante
La individualización implica asumir que tenemos distintas necesidades (en cuanto a nuestras características, ritmos, estilos y modelos de aprendizaje, etc.) y, por tanto, que las respuestas y estrategias educativas deben ser diversificadas.