1.1.2. Mecanismos de aprendizaje: la percepción, la decisión, la ejecución y sus mecanismos de regulación

Antes de comenzar a desarrollar este apartado creemos conveniente aclarar los siguientes conceptos básicos:

  • Acción motora o acto motor: unidad funcional básica de los procesos sensoriales, cognitivos y motores, cuyo resultado final y observable es el movimiento. Su esquema de funcionamiento se expresa a través de la denominada cadena sensomotriz de Marteniuk (1976), llamada así, sensomotriz, porque va desde la percepción de las sensaciones hasta la ejecución del movimiento. Esta cadena está formada por tres “eslabones” o mecanismos de funcionamiento: percepción, decisión y ejecución, conformando los dos primeros la estructura cognitiva (relacionada con la táctica individual), y el tercero la estructura motora (relacionado con la técnica).
Mecanismos de la cadena sensomotriz de Marteniuk

Figura 2. Mecanismos de la cadena sensomotriz de Marteniuk.
Imagen de elaboración propia

  • Tarea motriz: genéricamente, lo que el alumno o deportista tiene que hacer para aprender o mejorar una acción motora, facilitado por la labor del profesor o técnico deportivo en la graduación de la dificultad de los tres mecanismos implicados: percepción, decisión y ejecución.
  • Comportamiento motor: conjunto de todos los procesos de regulación y funcionamiento que sirven de base a una acción motora. Es resultado final de una cadena compleja de actividades o procesos de tratamiento de información, donde son muy importantes el sistema nervioso central (SNC) y los procesos cognitivos.

 

Para Marteniuk (1976), la ejecución motriz está basada fundamentalmente en estos tres mecanismos, que actúan secuencialmente, y en otros dos mecanismos de regulación, o circuitos de feedback: el conocimiento de la ejecución y el conocimiento de los resultados, tal y como se muestra en la figura siguiente.

Esquema del modelo de ejecución motriz de Marteniuk (1976, tomado y adaptado de Sánchez Bañuelos, 1986, p. 55)

Figura 3. Esquema del modelo de ejecución motriz de Marteniuk (1976, tomado y adaptado de Sánchez Bañuelos, 1986, p. 55).
Imagen de elaboración propia

Como se puede apreciar, el conocimiento de la ejecución retorna desde el movimiento al mecanismo perceptivo del sujeto (sin esperar a ver su resultado). Es decir, el propio movimiento hace que se originen impulsos en los órganos sensoriales de carácter kinestésico, propioceptivo, que son percibidos por el individuo y le proporcionan una representación propia del mismo. Esto le ayuda a valorar la corrección del movimiento. Por ejemplo, cuando realizamos un tiro libre en baloncesto, antes de ver su resultado, es decir, antes de que el balón entre o toque el aro, o el tablero, ya sabemos, o mejor dicho, ya “sentimos”, si hemos tirado demasiado fuerte, o si por el contrario nos hemos quedado cortos, o si se nos ha desviado del objetivo, etc.

El conocimiento de los resultados va desde el resultado del movimiento a la información del entorno. Es decir, el movimiento tiene un resultado externo que el individuo percibe a través de los sentidos periféricos (vista, oído, etc.). Esta información ayuda a comprobar si el propósito del individuo y el resultado real del mismo coinciden. En base al ejemplo anterior, el deportista recibe información del resultado de su acción, es decir, ve y oye que el balón rebota fuertemente en el tablero y sale despedido a cierta distancia, a través de los órganos sensoriales exteroceptivos, como la vista y el oído, en este caso.

 

Mecanismo de percepción:

Importante

Se trata de codificar de forma coherente una multitud de estímulos de tipo sensorial, y de relacionar esa información con otra ya existente y almacenada en la memoria que le permita al alumno o deportista extraer un significado útil de la misma en un contexto espacio-temporal determinado.

Por ejemplo, un jugador de balonmano en una acción de contraataque en carrera tiene que percibir -entre otros estímulos-, primero, donde está el portero, la distancia al área de portería, si hay algún compañero mejor situado, si hay algún defensor entre él mismo y la portería, etc.

Esta capacidad es variable en cada sujeto, unos son más rápidos y otros más lentos en este proceso de captación y procesamiento de información, siendo muy importantes en este mecanismo factores como la experiencia, la atención selectiva y la anticipación perceptiva, que desarrollaremos más adelante.

 

Mecanismo de toma de decisión:

Importante

Es el mecanismo central de la cadena, muy importante en tareas significativas desde el punto de vista cognitivo. Se trata de decidir de una manera rápida y eficiente qué respuesta motriz es más correcta a lo largo de la realización de cualquier acción motora.

Este mecanismo trata pues de conectar la percepción con la acción motriz conveniente a través de una correcta toma de decisión. En este mecanismo destaca como factor importante la inteligencia o lógica motriz, también denominada táctica individual, que Sosa y Oliver (1996, p. 42) definen como: “aplicación inteligente de la técnica en situaciones concretas, mediante principios de actuación”.

 Por seguir con nuestro ejemplo anterior, el jugador que va en contraataque tiene que decidir la mejor opción de entre todas las posibles en función del contexto espacio-temporal en que se desenvuelve la acción, como puede ser seguir avanzando en bote hacia la portería porque el defensor no va a cerrarle el espacio, o pasar a su compañero si el defensor se acerca a él, o fintar el pase y dar los tres pasos atacando hacia portería, etc., y además, no solo deberá decidir qué acción realizar (botar, pasar, fintar, etc.), sino cómo y cuándo hacerlo.

Aplicación inteligente de la técnica en situaciones concretas, mediante principios de actuación (Oliver y Sosa, 1996, p. 42).

 

Mecanismo de ejecución:

Importante

Está situado en el extremo final de la cadena; relacionado con factores cualitativos del movimiento, como la capacidad de coordinación neuromuscular y del control sensoriomotriz que posea el individuo (relacionado con las capacidades motrices y perceptivo-motrices); y con factores cuantitativos del movimiento, como las capacidades físicas básicas.

Pues bien, en nuestro caso, el jugador ahora debe ejecutar lo decidido. Si por ejemplo interpreta y decide que lo más efectivo es seguir avanzando hacia portería, ejecutará su acción de seguir botando, dar los pasos necesarios, saltar y lanzar lo más lejos posible del portero para intentar conseguir gol.

Pero, ¿y si durante la ejecución de esa acción pierde el control del balón durante el bote?; ¿dónde está su error?, ¿en la ejecución?, ¿en los factores cualitativos del movimiento que implican mucha coordinación neuromuscular?; ¿y si el defensor llega a cerrarle el espacio e inutiliza su acción?, ¿también está el error en su ejecución?, ¿o es que el error viene de una mala percepción espacio-temporal y un mal ajuste del momento y el ritmo de su acción?; o, ¿es que la decisión la toma tarde y le da tiempo al defensor a cerrarle su espacio de progresión?, etc., etc.

Como vemos, todo este proceso de percepción, decisión y ejecución de cualquier acción motriz o tarea motora es bastante complejo, y los técnicos deportivos debemos “sentarnos” a analizar las características de las tareas, la dificultad implicada en cada uno de esos tres mecanismos, y reflexionar sobre si el error es debido fundamentalmente a problemas de percepción, de decisión o de ejecución, y actuar en consecuencia, en base también, cómo no, a las características del deportista, a sus posibilidades de captación, procesamiento de información, toma de decisión y nivel físico-motor de ejecución.