1.1.1. Teorías del aprendizaje motor
Nos centraremos aquí en las teorías tradicionales del aprendizaje motor, como son las teorías de Adams, de Schmidt y de Keele. No obstante, en la actualidad están teniendo auge otras líneas teóricas, donde destaca la perspectiva de los sistemas dinámicos. Según Suárez Solan y Hernández Mendo (2007), esta perspectiva de los sistemas dinámicos aplicada al aprendizaje motor surge a principios de los años 80, en torno a los trabajos de Haken y Kelso. Aunque sus aportaciones han dado lugar a valoraciones de todo tipo, parece claro el hecho de que han supuesto una original manera de enfocar el tema, reactivando el debate acerca de las cuestiones básicas sobre cómo se adquieren y desarrollan las habilidades motrices. La visión de los sistemas dinámicos está claramente inspirada en los modelos matemáticos planteados por la que se conoce como teoría del caos. Dada su extensión y complejidad, no será tratada aquí.
Ficheros adjuntos
No obstante, para ampliar información se recomienda la lectura del artículo de Suárez Solan, P., & Hernández Mendo, J. (2007).
La teoría de Adams o del circuito cerrado
A esta teoría (Adams, 1971), se le llama del circuito cerrado porque propone un modelo cerrado de producción-evaluación-ajuste que se repite hasta alcanzar el aprendizaje deseado.
En esta teoría son importantes los conceptos de:
- Huella de memoria, como la imagen mental o imagen modelo de lo que se pretende hacer. Se trata de un programa motor breve que selecciona e inicia la respuesta.
- Huella perceptiva o información sobre la ejecución del acto motor. Se trata de la representación de las sensaciones que acompañan a una respuesta correcta, relacionadas con el desplazamiento de nuestros miembros, su velocidad, posición o nivel de tensión muscular. El período de entrenamiento necesario para formar esta huella se denomina estadio verbal-motor. En él es muy importante el conocimiento de los resultados o feedback externo (este puede ser propio del deportista -gracias a sus receptores sensoriales exteroceptivos que le facilitan información del entorno, como la vista-, o suplementario del técnico deportivo, o cualquier otra persona), y está seguido por un segundo período, llamado estadio motor. En este, la huella perceptiva ya está bien establecida, y el aprendiz puede evaluar su propia ejecución y refinarla a través del conocimiento de su ejecución o retroalimentación sensorial, propia del deportista.
Según Adams, el individuo, de acuerdo con la huella perceptiva y comparándola con la imagen modelo, va realizando una serie de ajustes (mecanismo de control), para adaptar la ejecución del acto motor a la imagen modelo.
Se denomina de circuito cerrado por producirse la adaptación del mecanismo de control momento a momento, constantemente. Por ello esta teoría está más relacionada con las tareas motrices continuas o fluidas de Singer (1986), como sería por ejemplo la conducción de balón en bote haciendo slalom entre conos, donde al tener cierta duración, es posible ir realizando ajustes motores sobre la marcha (altura del bote, flexión de rodillas, cabeza erguida, etc.).
Importante
Por tanto, la teoría de Adams está basada en la existencia de un mecanismo que refina la ejecución, nutrido en el estadio primario por la información o conocimiento de los resultados y la huella perceptiva, y que prescinde de lo primero en el segundo estadio, donde prima el conocimiento de la ejecución o retroalimentación sensorial.
De las investigaciones realizadas en torno a esta teoría se obtienen las siguientes conclusiones (Suárez Solan & Hernández Mendo, 2007):
- Debe existir relación directa entre cantidad y calidad de la retroalimentación sensorial y perfección en la ejecución de la respuesta.
- La ejecución será más precisa cuanta más retroalimentación haya en cada ensayo (de aquí la importancia del conocimiento de los resultados que le dé el técnico deportivo).
- Cuantos más ensayos con retroalimentación hay, mayor es la estabilidad en la ejecución cuando se retira, y mejor se estima la precisión de la respuesta (importancia tanto del feedback externo suplementario del técnico deportivo como de hacer muchas repeticiones de la habilidad o tarea a aprender).
- Para la corrección de la respuesta es necesario procesar información en el intervalo entre ensayos (importancia de procesos de reflexión conscientes entre las sucesivas repeticiones para aprender o mejorar una nueva habilidad motora).
La teoría de Schmidt o teoría del esquema
Siguiendo con la línea argumental de Suárez Solan y Hernández Mendo (2007), la teoría de Schmidt (Schmidt, 1975) parte de una ampliación de la de Adams, a la que señala una serie de insuficiencias, como son que no explica la adquisición de nuevas conductas, y que se requiere de una huella motora específica para cada movimiento. En su lugar, Schmidt propone la existencia de programas motores generales o generalizados que guían la conducta motriz.
La explicación es que la adquisición de habilidades motrices se rige por estructuras abstractas que se fijan en la memoria y se activan al realizar un movimiento. Se trata de un programa que gobierna una clase de movimientos y que posee un patrón motor común, con una misma estructura espacial y temporal.
“El programa motor general fijaría el patrón motor general sin definir las particularidades concretas para su empleo en cada contexto concreto; de este modo existiría un programa motor general para la clase de movimientos “golpear”, que se especificaría en cada situación en que los niños o niñas golpeasen” (Ruiz Pérez, 1995, pp. 54-55).
Importante
Schmidt define los programas motores generalizados como “comandos preestructurados que se concretan en movimientos específicos”. Cada uno de los programas se puede ejecutar de innumerables maneras mediante la regulación de algunos posibles parámetros, como la fuerza, la velocidad, la amplitud del movimiento, su temporalización, etc.
Con este concepto se salva el problema de la huella específica para cada movimiento, ya que las distintas ejecuciones de cada programa hacen que se pueda aplicar a una inmensa diversidad de tareas. Los programas surgirían de la reconstrucción de acciones azarosas: ejecutando distintas acciones el sujeto analizaría los puntos en común de los procesos llevados a cabo. Al detectar estos se daría un proceso de internalización de pautas de actuación que daría lugar al programa.
En cuanto a la aparición de acciones nuevas, Schmidt propone que se toman de los “esquemas motores” de otras acciones parecidas. Al tratarse de una respuesta nueva sus parámetros de actuación no se habían establecido nunca antes. Estos se determinarán con el esquema de recuerdo o esquema evocador, que elabora una regla a partir de las especificaciones de respuesta y los resultados almacenados durante ejecuciones anteriores de respuestas similares. Se generará también un esquema de reconocimiento o esquema evaluador de la acción, que anticipa un conjunto de respuestas sensoriales a partir de las respuestas similares realizadas anteriormente.
Importante
El esquema motor parte de unas “condiciones iniciales” referidas a las informaciones recibidas de los diferentes receptores antes de realizar la respuesta, tales como la información propioceptiva sobre la posición de las extremidades y del cuerpo en el espacio, así como la información visual y auditiva sobre el estado del medio. Después de cada movimiento estas informaciones son almacenadas (Schmidt, 1975, p. 235)

Figura 1. Las tres fases del recorrido de la información según Schmidt.
Imagen de elaboración propia
Por otra parte, para el refinamiento de la ejecución Schmidt plantea la existencia de un mecanismo denominado sistema de etiquetado del error, que realizaría el proceso en tres pasos. En primer lugar se obtendrían las señales de error, que consistirían en la discrepancia resultante de la comparación entre los resultados esperados y los resultados obtenidos. En segundo lugar, la información anterior se compara con los resultados anteriores y con las especificaciones de respuesta de la tarea. Finalmente, la información sería etiquetada para revertir en el esquema y producir los cambios necesarios por medio de un reforzamiento subjetivo. El constante funcionamiento de este proceso desembocaría en una ejecución cada vez más precisa.
Importante
Como resumen de todo lo expuesto, el esquema de respuesta motriz no es el programa motor general, sino que es un elemento necesario para que este, el programa motor general, pueda terminar convertido en una respuesta adaptable para la consecución de un objetivo.
En este sentido, como ya citamos anteriormente, para Schmidt, influido por los escritos de Adams, la memoria almacena dos tipos de esquemas (Ruiz Pérez, 1995, pp. 57-58):
- Esquema productor de la acción o esquema evocador, responsable de relacionar las informaciones presentes con las respuestas pasadas y que se actualiza y fortalece con una práctica abundante y variable.
- Esquema evaluador de la acción o esquema de reconocimiento, cuya responsabilidad es evaluar el movimiento realizado confrontándolo entre las condiciones iniciales, la experiencia almacenada y los resultados obtenidos en actuaciones anteriores. Esquema que también se enriquece y favorece con una práctica variable y abundante.
El aprendizaje motor se produce a través de la práctica variada, ya que esta es la que permite la elaboración de esquemas más robustos y a la vez adaptables.
Importante
La teoría del esquema de Schmidt reúne aspectos esenciales de la del circuito cerrado de Adams, y soluciona algunos problemas no resueltos por esta, fundamentalmente el problema de almacenamiento de la información (gracias a los esquemas motores) y la explicación de cómo se pueden hacer movimientos nuevos (gracias a la variación de las especificaciones de la respuesta).
La teoría de Keele o del programa motor
Importante
Según la teoría de Keele, el deportista parte de un programa motor inicial que, tras ejecutarlo en su totalidad, comprueba si le ha salido bien o mal (conocimiento de los resultados), y a la vista de ellos, vuelve a crear otro programa motor modificado o programa adaptativo, volviéndose a repetir el proceso, dando la posibilidad de realizar varios programas adaptativos.
Esta teoría de Keele (1968), está más relacionada con las tareas motrices discretas o discontinuas de Singer (1986), que son las explosivas o de muy corta duración, como por ejemplo un tiro libre en baloncesto, donde al tratarse de una acción explosiva o de corta duración, el deportista no puede corregir su gesto de tiro (porque este ya se ha producido) hasta el siguiente tiro.