3.3. Sistema intraurbano. Funciones urbanas. Red urbana
En España se considera ciudad a todo núcleo de población con más de diez mil habitantes. Los primeros poblados de cierta importancia aparecieron durante la Edad de los Metales, pero no fue hasta la llegada de los fenicios cuando se fundó la primera ciudad, Gadir. En época romana el urbanismo se extendió como una forma de control del territorio. Tras la crisis altomedieval, los musulmanes recuperaron la idea de las grandes ciudades, lo que se plasmó sobre todo en Córdoba, la capital del califato, que hace mil años quizás llegó a alcanzar cerca de medio millón de habitantes.
A partir del siglo XVI, las ciudades españolas experimentan un nuevo auge gracias al impacto del descubrimiento de América. Sevilla en particular, destaca enormemente gracias al monopolio del comercio con las Indias. En este período, los conquistadores españoles en América fundan numerosas ciudades de plano ortogonal. Durante el XVII, por el contrario, se vive una fuerte crisis que despuebla a las ciudades del interior, salvo a Madrid, que se convierte en la capital del reino. En el XVIII se recuperan, aunque lentamente. En esta época destaca la fundación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena. En el XIX, al hilo de la industrialización, se produce de nuevo un gran crecimiento que las transforma sustancialmente derribando las murallas y apareciendo los ensanches para la burguesía.
Durante el siglo XX, las ciudades españolas experimentaron un crecimiento espectacular, en particular en el período que va desde 1950 hasta 1980, aproximadamente. Ya en la década de los años veinte tuvieron un desarrollo importante, pero este se detuvo como consecuencia de los problemas de la década de los años treinta, sobre todo por la Guerra Civil. En la de los cuarenta, los años del hambre fueron también un período de escaso crecimiento del fenómeno urbano. Pero durante los sesenta, este experimentó un gran auge gracias a la inmigración provocada por el éxodo rural. Hoy día la tendencia parece estar invirtiéndose, ya que vivir en el centro de las ciudades es mucho más caro que en la periferia, y los medios de transporte y las comunicaciones son mucho mejores.
![]() La Carolina en Jaén, ejemplo de las Nuevas Poblaciones fundadas |
Sistema intraurbano: estructura y morfología.
Un plano urbano es una representación a escala de una ciudad. Está compuesto por tres elementos: el espacio edificado, el viario o calles, y las zonas libres, por lo general plazas y jardines. Existen tres tipos principales de planos: irregulares o espontáneos, ortogonales o cuadriculados, y radioconcéntricos o circulares. Estos dos últimos corresponden a ciudades que generalmente han sido previamente planificadas. El emplazamiento y la ubicación de la urbe son determinantes en muchas ocasiones del tipo de plano resultante. La Historia urbana también tiene una gran importancia. Los teóricos españoles han realizado determinadas aportaciones al urbanismo universal. Entre estas destacan al plan de ensanche de Barcelona por Cerdá o la Ciudad Lineal en Madrid de Arturo Soria.
Existen dos grandes tipos de planos, los espontáneos o irregulares y los diseñados o regulares. Entre estos últimos cabe a su vez hacer una subdivisión entre los radioconcéntricos o circulares y los ortogonales o cuadriculados. Cada uno de ellos puede a su vez tener numerosas variedades, de la misma forma que todos ellos presentan una serie de ventajas e inconvenientes en cuanto a las repercusiones que tienen sobre los vecinos que en ellas habitan.
En la actualidad, podemos observar planos irregulares y desordenados en la mayor parte de los cascos históricos de nuestras ciudades.
Un plano ortogonal es aquel en el que predominan las líneas rectas en el trazado de las calles, que se cortan perpendicularmente formando cuadrículas, con una gran sensación de orden. En la actualidad, se considera que el plano ortogonal dificulta la circulación en la ciudad, porque provoca un elevado número de cruces de calles y ralentiza el tráfico por la necesidad de colocar numerosos semáforos. En general, para el diseño de las nuevas zonas de expansión urbana se prefiere otro tipo de planos. Un plano hipodámico es otra forma de llamar al plano ortogonal en recuerdo a su creador el griego Hipódamo de Mileto.
El plano radiocéntrico está organizado en torno a un punto central destacado de la ciudad, normalmente una plaza, desde donde parten las calles principales en forma de radios. Otras calles importantes se disponen en forma de circunferencias en torno al espacio central, lo que facilita las comunicaciones entre todos los barrios periféricos y entre cada uno de éstos y el centro de la ciudad.
Tanto el plano como la fotografía aérea son dos buenas herramientas para percibir la morfología de una ciudad y distinguir sus distintas zonas. El principal elemento de la morfología urbana es el trazado de las calles, que puede estudiarse mediante el plano urbano y la fotografía aérea. Los edificios importantes y los monumentos de la ciudad perduran siglos, aunque a veces su entorno y las viviendas colindantes hayan sido modificados con el paso del tiempo.
Desde un punto de vista evolutivo, el crecimiento de las grandes ciudades puede dividirse en tres momentos, que a la vez han dado lugar a la aparición de tres tipos de morfologías distintas. Estas corresponden al Centro Histórico, también denominado Casco Antiguo, que es la parte de la ciudad anterior a la Revolución Industrial. En segundo lugar la zona del Ensanche, también llamada orla pericentral, que corresponde a la ciudad decimonónica de la industrialización. Finalmente la expansión periférica o área de crecimiento exterior, que surge ya en el siglo XX con unas características distintas a la ciudad de la industrialización.
![]() Plano de Pamplona en 1845 |
Funciones urbanas y calidad de vida en las ciudades.
Las ciudades cumplen una serie de funciones que se pueden resumir en: residencial, comercial, financiera, política e industrial. Existen ciudades que se han especializado en una función determinada como sucede con El Ferrol (militar), Torremolinos (turística), Salamanca (universitaria) o Algeciras (comunicaciones).
Podemos definir las funciones de la ciudad como las diferentes actividades que se desarrollan en ella, y que afectan no solo a la propia ciudad, sino también a la región que la rodea. Las funciones que predominan en cada zona de la ciudad influyen mucho en la morfología urbana. Aunque la actividad industrial ha perdido importancia en el paisaje urbano de las ciudades actuales, su papel económico como fuente de ingresos y de puestos de trabajo sigue siendo importante en la actualidad. La actividad administrativa es la que está relacionada con las instituciones de gobierno de un territorio, y su mayor o menor importancia en cada ciudad depende de su rango. Al igual que sucedía con el comercio especializado, los edificios públicos donde se desarrollan las funciones administrativas suelen situarse en el centro de la ciudad. La función comercial se basa en el abastecimiento y suministro a la población que reside en la ciudad y en su región.
En la ciudad se puede vivir en diferentes zonas con diferentes niveles de vida. En algunas de las grandes ciudades del mundo actual, cambiar de barrio puede ser como pasar de un país desarrollado a otro subdesarrollado sin necesidad de pasaporte.
Función urbana militar: castillo de San Felipe en la localidad coruñesa del Ferrol |
La red urbana y sistemas de ciudades. Jerarquías y ejes de desarrollo urbano.
Las ciudades no pueden estudiarse aisladamente, ya que son elementos básicos en la organización territorial de una región o un Estado. En España hay pocas ciudades de tamaño grande, la mayoría apenas supera los 250.000 habitantes.
La red urbana española presenta importantes irregularidades: en algunas zonas hay grandes aglomeraciones urbanas mientras que en otras zonas las únicas ciudades importantes son pequeñas capitales de provincia. La red urbana española es un buen ejemplo de red radiocéntrica, con Madrid como centro. De un modo general, las mayores ciudades se sitúan en la periferia y cerca de la costa, excepto Madrid y Zaragoza.
Las aglomeraciones urbanas reciben diferentes nombres en función de las características que presentan cada una de ellas. Así podemos hablar de áreas metropolitanas, megalópolis, macrocefalia urbana, continuos urbanos, conurbaciones o regiones urbanas, según el tamaño y su impronta sobre el medio físico en el que se ubican. La ciudad ha sido y es el punto fundamental desde el que se organiza el territorio, aunque este hecho ha ido ganando cada vez más importancia durante los últimos siglos.
Actualmente, las ciudades han alcanzado tal importancia que no son solo centros financieros o de residencia para millones de personas, sino que también son los puntos desde los que se articula y se ordena el territorio. Para llevar a cabo esta misión aparecen numerosos mecanismos que favorecen la gestión del mismo desde un ámbito estatal, regional, supramunicipal o municipal. Los planes más habituales para conseguirlo son el Plan Nacional de Urbanismo, los Planes Directores Territoriales de Coordinación o los Planes Generales de Ordenación Urbana.
Para evitar los grandes contrastes en el interior del territorio español, los gobiernos han seguido una serie de políticas destinadas a hacer posible que las diferencias interregionales no sean tan grandes como lo han sido hasta hace pocas décadas. A estas políticas se les denomina regionales, porque intentan paliar esas diferencias mediante el apoyo a las Comunidades, las antiguas regiones, que más ayuda económica necesitan, para mejorar la situación en la que se encuentran ahora mismo.
En función de su población, las ciudades pueden jerarquizarse en diferentes tamaños. De esta forma es posible distinguir entre metrópolis nacionales, regionales, subregionales, ciudades medias y ciudades pequeñas. A lo largo del tiempo, esta ordenación de las ciudades por su población ha cambiado considerablemente. De esta forma, mientras en la actualidad las mayores se encuentran en la periferia y en la zona norte, en siglos anteriores eran las del interior y las del sur las que más población concentraban.
![]() Zaragoza es una de las dos únicas grandes ciudades españolas situadas en el interior de la península |