3.3. La especulación del suelo y sus consecuencias: la segregación social.
El hecho de vivir en una zona u otra de la ciudad depende en buena medida del precio del valor del suelo. En efecto, no es lo mismo vivir en el centro urbano, donde debido a su centralidad el precio del metro cuadrado es muy caro, que hacerlo en la periferia, en zonas alejadas al centro, donde el valor del metro cuadrado de terreno es considerablemente mucho más barato.
Esto conlleva numerosas consecuencias de carácter social. Por ejemplo, el nivel económico de las personas que viven en un lugar tiende a unificarse en función del precio que tenga el suelo. En aquellos barrios donde el suelo es caro viven personas con alta renta. Por el contrario, aquellas zonas en las que el suelo sea menos caro, estarán habitadas con vecinos con rentas mucho más bajas. Es lo que sociológicamente se denomina en urbanismo la segregación espacial.
Y esto además conlleva un problema añadido para muchas ciudades y pueblos. Se trata del déficit de la vivienda. En muchos lugares es relativamente fácil encontrar viviendas aunque sea a precios muy elevados (en determinadas ciudades ni siquiera eso es posible, ya que en ocasiones la oferta de viviendas es muy reducida). Pero en casi ningún sitio es fácil encontrar viviendas a bajo precio.
Esto conlleva que muchas personas con escasas rentas se tengan que ir a vivir a zonas deprimidas, a arrabales o ghettos en los que las condiciones de vida son muy malas y en los que se hacinan muchos habitantes en unos espacios reducidos.
Un reportaje sobre el asentamiento de la Cañada Real en Madrid. Un triste ejemplo de las zonas marginales o ghettos en las grandes ciudades. Publicado en You Tube por Cuatro. |

Objetivos
El déficit de equipamientos.
Nadie pone en duda que las ciudades sean, por lo general, los mayores centros de riqueza que existen. Pero a pesar de esta aparente riqueza, su rápido crecimiento y su elevada cantidad de población en una superficie que frecuentemente es bastante reducida, tiene como consecuencia que en determinadas partes de esas ciudades, no existan siempre los equipamientos necesarios para satisfacer las necesidades de la población que en ellas vive.
Así, en muchas ocasiones se echan en falta zonas verdes por parte de los vecinos, en otras es el equipamiento deportivo el que suele escasear para las necesidades que se generan. Las mayoría de las veces, tal y como señalábamos anteriormente, son las vías de comunicación y sobre todo los aparcamientos, los que más necesarios son.
Por el contrario, en las últimas décadas se ha producido en España un fenómeno inverso al que tradicionalmente se había dado hasta hace poco tiempo en nuestro país. Tras el éxodo rural, los pueblos han perdido población, pero sin embargo, en las dos o tres últimas décadas, las políticas de equilibrio territorial y económico han tenido una clara tendencia a dotar a las zonas rurales de una mejora considerable de sus equipamientos.
En conclusión, muchos núcleos rurales poseen hoy día, proporcional y comparativamente hablando, mejor calidad en los servicios y equipamientos que muchas zonas urbanas de las grandes ciudades. Aunque, indiscutiblemente, los servicios más importantes se localizan, como es natural, en estas últimas.
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Los pueblos o las ciudades de tipo medio suelen disponer en ocasiones de mejores infraestructuras que las grandes ciudades, donde la escasez de espacio impide construir estas dotaciones con tanta facilidad.
Publicado en Flickr por Portaldelsures bajo licencia CC
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Pre-conocimiento
La pérdida del patrimonio monumental.
La especulación del suelo urbano, unida a la riqueza patrimonial y arqueológica que poseen numerosas ciudades que tienen una cierta antigüedad, son elementos difíciles de compaginar.
Aunque en los últimos tiempos se está cada vez generando más una actitud para la preservación del patrimonio monumental y arqueológico, los intereses de tipo económico juegan, cada vez que surge algún tipo de polémica en este sentido, en contra de la conservación del mismo.
En España, desgraciadamente, tenemos muchos ejemplos de esta situación que todavía, y a pesar de lo que se ha avanzado, no parece tener solución en determinadas ocasiones.
Ha sido por estos motivos por los que se han perdido grandes conjuntos monumentales, como por ejemplo sucedió en Valladolid, donde se derribó lamentablemente buena parte de su patrimonio en aras de una pretendida modernidad, que lo que ocultaba en el fondo era la mera especulación urbana.
A consecuencia de una mala conservación del patrimonio se destgruyó por ejemplo la Quinta del Sordo en Madrid, donde se encontraban las famosas pinturas negras de Goya. Algo parecido o incluso peor ha sucedido en las ciudades andaluzas, que han perdido para siempre buena parte de su excepcional patrimonio arqueológico por una política equivocada o inexistente de protección del mismo.
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Las destrucción de los restos del palacio del emperador romano Maximiano en Córdoba para construir la nueva estación de ferrocarriles, es uno de los ejemplos más tristes sober la nefasta conservación del patrimonio monumental que en ocasiones se aplica desde los Ayuntamientos. Imagen extraída de Google Earth |
