1.1. La estructura urbana y sus condicionantes
No tendrían ningún sentido estudiar el espacio urbano si no comprendemos que las ciudades son por encima de todo, lugar de residencia de miles de millones de personas en todo el mundo. Pero estas personas no vivirían en las ciudades de no ser porque en ellas encuentran mayores posibilidades profesionales y vitales de las que existen en los espacios rurales.
Por tanto, la ciudad se configura como un conjunto en el cual cada una de sus partes posee un diferente uso del suelo. En el caso de las españolas, que son idénticas a las de la mayor parte del mundo occidental, estas partes o áreas son básicamente las siguientes: residenciales, financieras o de negocios, comerciales, industriales y rurubanas en las zonas periféricas.
De esta compleja mezcla surgirán finalmente determinados problemas que analizaremos en los siguientes capítulos. Pero en primer lugar, estudiaremos esta estructura y las funciones a las que da lugar, para como conclusión, sistematizar toda esta información en una serie de modelos o teorías urbanas que intentan explicar por qué son así las ciudades.
Un paseo por cualquier calle de una ciudad nos puede enseñar sin palabras cuáles son sus funciones, sus habitantes, sus modos de vida..
Publicado por DiarioBurgense en You Tube.
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Objetivos
Áreas residenciales, comerciales y financieras o de negocios.
Las ciudades tienen una función fundamental por encima de cualquier otra, que consiste en albergar en ella a un número determinado de personas. Puede parecer una función obvia, pero no siempre fue así. Ya comprobaremos como en determinadas circunstancias, el sentido de la existencia de las mismas no tiene por qué basarse en servir como lugar de vivienda exclusiva o principalmente.
La heterogeneidad de sus habitantes hace que en su interior puedan existir áreas residenciales completamente distintas. Así se puede encontrar una amplísima gama que va desde las lujosas y exclusivas urbanizaciones para las personas con mayor poder adquisitivo, hasta las zonas más humildes destinadas a quienes menos capacidad económica tienen. Así aparecen los polígonos de viviendas, las UVAS o Unidades Vecinales de Absorción, las ciudades dormitorio, de las que antes hablamos, y una gran variedad de formas residenciales para todos los niveles.
El comercio juega un papel fundamental en el hecho urbano. Desde épocas remotas, las ciudades fueron lugares de intercambio de mercancias, y esta función no ha hecho más que aumentar con el tiempo. Por comercio podemos entender un concepto muy amplio. En él se integran desde las pequeñas tiendas de barrio o en el centro de la ciudad y los grandes almacenes, hasta la existencia de puertos, aeropuertos, estaciones de ferrocarril. Estos son los centros desde los que se encargan de transportar, almacenar y distribuir los productos que o bien vende la ciudad, o bien adquieren los habitantes para su consumo.
Pero por encima de todo, las ciudades españolas y europeas son principalmente centros financieros y de negocios. Es en ellas donde se desarrolla la economía y donde se toman las principales decisiones que a todos nos afectan. Los bancos, las sociedades financieras, las compañías de seguros, las grandes empresas, etc. tienen sus sedes en las mismas, y es desde allí donde se controla y se organiza la economía de España o en otros lugares, la economía mundial.
Aunque el trailer está en inglés, las escenas de la película "Wall Street", muestran la importancia que la función financiera tiene en las ciudades y en la estructura resultante en las mismas. |

Pre-conocimiento
Hay otras funciones que van perdiendo importancia progresivamente.
Hasta el siglo XIX, las ciudades españolas mantuvieron un cierto número de funciones totalmente relacionadas con la actividad agrícola. En sus proximidades existían numerosos huertos que abastecían a sus habitantes, y en muchas ocasiones, esta actividad se realizaba incluso dentro de los propios recintos urbanos.
Sin embargo, hoy día, casi nada queda de este recuerdo en los núcleos urbanos. Ciertamente, en las áreas exteriores sigue habiendo como es lógico, campos dedicados al cultivo, zonas hortícolas u otros lugares que se aprovechan de la proximidad de los grandes mercados para abastecerlos de productos. Pero cada vez están menos integrados dentro del propio conjunto urbano.
Existe pese a todo, una parte que es heredera de esta antigua tradición agrícola. Son las zonas rurubanas, es decir aquellas tierras cuya función era la de producir alimentos, pero que a consecuencia del crecimiento urbano han quedado englobadas definitivamente dentro del conjunto de la ciudad. Estas áreas se encuentran a la espera de que la especulación de la vivienda o cualquier otro tipo de intervención, acabe convirtiendo a estas antiguas zonas rurales en espacios plenamente urbanizados.
Algo parecido ha ocurrido con la industria. A partir del siglo XIX, esta se convirtió en el centro de la economía urbana de las grandes ciudades. Pero a lo largo del siglo XX, y sobre todo durante las últimas décadas, las grandes áreas industriales han ido disminuyendo o estancándose en las zonas urbanas españolas.
La propia crisis de la industria, unida a la problemática añadida que esta presenta: contaminación, vertidos, ruidos, humos, malos olores, etc., han ido propiciando que el fenómeno industrial vaya retrocediendo paulatinamente y que, aún siendo hoy día importante, vaya disminuyendo esa influencia y en consecuencia su impronta sobre las áreas urbanas.
Un curioso vídeo en el que mediante canciones, se muestra la diferencia entre el espacio rural y el urbano.
Publicado por Osybel en You Tube.
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AV - Pregunta Verdadero-Falso
Retroalimentación
Verdadero
Con el paso del tiempo, acaban integrándose por completo como espacios plenamente urbanos y no rurales.Retroalimentación
Falso
Fue en el siglo XIX cuando la industrialización llegó a las grandes ciudades españolas.Retroalimentación
Falso
Realmente ha empezado a serlo en los últimos siglos. Antiguamente, su importancia era considerablemente menor.Retroalimentación
Falso
Ni en España, ni el mundo es así. Desde principios de este siglo, la ONU estima que la población que vive en las ciudades supera a la que vive en el campo.