4.2 El movimiento obrero

 

La lenta imposición del librecambismo y el capitalismo dentro de la sociedad industrial fue haciendo insostenibles las condiciones de trabajo de los obreros, por lo que es lógico que los trabajadores acabaran rechazando al sistema económico imperante. Cronológicamente, las principales formas que tuvo la masa obrera de expresar este rechazo fueron las siguientes:

El supuesto Ned Lud Imagen en Wikipedia de Rama bajo CC

Ludismo

Fue la primera reacción obrera a los abusos de la burguesía. Fue un movimiento surgido en algunas zonas de la Inglaterra de principios del XIX que estaba en contra de la incorporación de las máquinas al trabajo, ya que consideraba que esto destruía muchos empleos y empeoraba las condiciones laborales del trabajador. Se llama así por el nombre de Ned Lud, un líder ficticio que crearon los obreros para que las autoridades no pudieran descabezar su rebelión. En principio, sus acciones no consistían más que en sabotajes hacia las máquinas industriales y algunas revueltas desorganizadas pero con el tiempo el movimiento se extendería también al campo y el odio a la máquina sería sustituido por el odio al propietario. El ludismo acabaría fracasando por su poca organización, por la fuerte represión a la que fue sometido (18 luditas fueron ejecutados en 1813), y por la dificultad que suponía ir en contra del progreso.

 

Cartismo

Fue un movimiento de masas anticapitalista que se dio en la Gran Bretaña de entre 1838 y 1858. Su principal objetivo era conseguir representación parlamentaria. En 1838 envía al Parlamento Británico la Carta del Pueblo, un documento firmado por un millón de personas en el que solicitaba el sufragio universal masculino y una serie de medidas que mejoraran las condiciones de vida de los obreros. El movimiento además contaba con una violenta que provocaron varias revueltas que fueron duramente sofocadas por las autoridades gubernamentales. Ante la poca atención prestada desde el parlamento, en 1842 los cartistas volvieron a presentar su documento, aunque esta vez bajo la firma de tres millones de británicos. No obstante, fue descubierto que muchas de estas firmas eran falsas y esto supuso un gran descrédito para el movimiento, así como el rechazo de la carta por parte de la Cámara de los Comunes. Sin embargo, algunas de sus reivindicaciones sí fueron tenidas en cuenta por los parlamentarios y gracias a la iniciativa se consiguieron logros como la Ley de Minas o la reducción la jornada laboral a diez horas.

Reunión cartista en Kennington en 1848 Imagen en Wikipedia de William Kilburn bajo CC

Trade Unions y Laborismo

Las posibles uniones de trabajadores fueron rápidamente prohibidas en Gran Bretaña mediante las Combination Laws. Esta situación provocó una gran conflictividad y en 1819 una concentración obrera en Manchester fue reprimida brutalmente por la policía causando 11 muertos y 400 heridos (masacre de Peterloo). Este suceso, junto a otros similares, fueron creando la conciencia necesaria en la sociedad para que en 1824 se aboliera la prohibición al asociacionismo obrero. Tras la legalización, el sindicalismo británico progresaría rapidísimamente organizándose fundamentalmente en cooperativas y en sindicatos de oficios (trade unions). Cada trade union estaba formado por los obreros de una ciudad que trabajaban en la misma rama. A partir de 1830 ya dejaron de estar limitados por oficio, lo que abría el camino hacia un sindicalismo estatal. En 1834 Robert Owen consiguió reunir varios unions en la Great Trade Union, aunque alcanzó una difusión tal, que fue rápidamente ilegalizado por el gobierno.

Muy ligado a los trade unions estaría la aparición del Partido Laborista inglés, el cual se formó a principios del siglo XX gracias al esfuerzo de los funcionarios de los unions y algunos intelectuales de clase media. Al contrario que en España y el resto de Europa, en Inglaterra el partido político nacional obrero por excelencia surgiría de un sindicato, y no al revés. El laborismo nació para defender a los sindicatos como instituciones respetables y que fueran aceptados dentro de la sociedad, ya que en 1901 se había aprobado una ley (taff vale) que hacía responsable de las pérdidas de los empresarios en una huelga a los sindicatos. Ante este ataque, los trade unions decidieron luchar por alcanzar representación parlamentaria y así poder defender allí sus intereses, cosa que conseguirá por primera vez en 1906, año en que el Partido Laborista lograría enviar a 29 representantes al Parlamento Británico.

La Masacre de Peterloo en Manchester pintada por Carlile Imagen en Wikipedia de Jza48 bajo CC

Movimiento socialista internacional

Las llamadas "Internacionales" fueron una serie de organizaciones que se crearon para intentar servir de enlace entre los trabajadores de las distintas naciones en pos de una revolución proletaria universal.

• Primera Internacional (1864-1876). La Asociación Internacional de los Trabajadores fue concebida para crear un lazo de unión entre los sindicalistas británicos y los franceses, pero en la práctica se convirtió más en un encuentro de individualidades que en una verdadera confederación de organismos obreros ya existentes. Estaba compuesta por un Consejo General, que tenía su sede en Londres, y por los Congresos que se celebraban anualmente. Para elaborar sus estatutos se eligió as Marx, mientras que Bakunin se incorporaría a ella en el año 1868, por lo que la AIT se polarizaría en dos corrientes irreconciliables, la anarquista y la marxista. Su disolución se produjo en 1876 tras el fracaso de la Comuna de París. Francia fue el país donde más arraigó esta Internacional, así que desde la asociación se veía la Comuna como la gran oportunidad para que triunfara la revolución obrera (cosa que realmente no era tal), así que su caída provocó un gran desencanto entre los internacionalistas.

 

• Transición. Entre 1875 y 1890 se produjo un período de transición caracterizado por los enfrentamientos entre los partidarios de la acción política y los anarquistas, así como por la transformación de los movimientos obreros nacionales en partidos orientados a la participación política y electoral (PSOE, SPD...). La escisión total se produciría en Zurich en 1893, cuando es aprobada una resolución por la que solo serían permitidos en los congresos quienes admitieran la necesidad de la acción política.

 

• Segunda Internacional. Fue formada en 1889 por los partidos que deseaban una organización internacional que coordinara una actuación común en la lucha por los intereses del trabajador. Su principal problema fue que los partidos nacionales siempre quisieron actuar con demasiada autonomía, lo que provocaba falta de unidad. Sus debates se centraron principalmente en la participación de los socialistas en los gobiernos, el uso de la huelga general, el acercamiento al campesinado o en la posición que se debía adoptar ante el expansionismo colonial. De sus ruinas surgiría más adelante la Tercera Internacional, pero esa será más adecuado que la estudiemos cuando más adelante veamos el comunismo.

Con este vídeo podrás conocer con más detalle los acontecimientos de la Primera Internacional