1.2. Evolución del valor y el concepto del arte en la historia

El concepto de Arte, como casi todo en la vida, es cambiante. Ha variado y seguirá haciéndolo, porque todo lo relativo a su teoría - funcionalidad, valor estético, técnico, filosófico... - cambia según el momento histórico y el contexto en que se desenvuelve.

A lo largo de este apartado vamos a ver cómo este valor y este concepto ha evolucionado. Pero antes, observa este vídeo que te sirve como un perfecto resumen:

La evolución del concepto de arte según José Jiménez.
Vídeo de Juan Francisco Páez alojado en Youtbe

Comprueba lo aprendido

Observa el vídeo con atención e indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.

Pregunta 1

La definición de arte o de obra de arte tienen respuestas claras y universales

Pregunta 2

La Tecné y la Mousiké servirían para definir el concepto de arte en la Grecia Clásica

Pregunta 3

Para Aristóteles, las artes son miméticas, es decir, imitan a la naturaleza

Pregunta 4

La división entre arte y artesanía es básicamente medieval

Pregunta 5

El concepto de creación artística por el puro hecho de hacer arte surge en el siglo XVIII

Portada del libro de Ch. Batteaux. Las Bellas artes
Ch. Batteax. Las Bellas Artes.
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Como has visto en el vídeo, el concepto del arte ha evolucionado en la historia.

Ojo, antes de empezar con esto un recuerdo que puede parecer una obviedad pero que muchas veces no lo es: cuando hablamos de arte y de sus definiciones, conceptos y demás, lo hacemos desde una perspectiva occidental. Lo cierto es que las creaciones del extremo oriente, las precolombinas, las africanas, o las de cualquier otro modelo que se alejen de lo occidental no son atendidas en este tipo de definiciones. Al final acabamos yendo hacia lo más cercano tanto geográfica como intelectualmente, y en este sentido, es lo occidental lo que prima.

Volvemos. Decíamos que el concepto de arte ha evolucionado. Así, durante siglos, el arte en realidad era un sinónimo de destreza. Había unas reglas, unas técnicas y su buen empleo llevaban a una creación de arte. En la Antigüedad, el arte no incluía solo a las bellas artes, sino también a los oficios manuales. De hecho, estos, como manuales, eran considerados vulgares por cuanto exigían un trabajo físico. Frente a ellos, estaban las artes liberales, que eran puramente intelectuales: gramática, retórica, lógica, aritmética, geometría, astronomía y música.

La llegada del Renacimiento implica un cambio en el paradigma de la concepción del arte. Determinante será aquí la porfía de algunos artistas que reivindican su separación de los artesanos. Della Francesca, Leonardo da Vinci, Vasari o el propio Miguel Ángel lideraron esta reivindicación, que culmina quizá con Giovanni Capriano, que en 1555 habla ya de "artes nobles" para hablar de poesía, pintura y escultura. Ya en el siglo XVIII, Bateaux usó el término Bellas Artes en la que incorporó la arquitectura, la poesía, la pintura, la escutlura, la elocuencia, la danza y la música, algo que fue universalmente aceptado.

La contemporaneidad llevó a la necesidad de aumentar el rango para hablar de artes. De este modo, se incluyeron a las 7 artes nuevas expresiones tales como la fotografía, el cine, el diseño y algunas otras artes mecánicas y aplicadas.

Reflexiona

Busca las 7 Bellas Artes de Batteaxu y defínelas con tus propias palabras (algunas te van a servir para el apartado 3 de este tema).

Entendemos hoy día el arte no solo como una cuestión de percepción estética o disfrute de lo bello o lo expresivo. Es también un elemento más del mercado, del capitalismo imperante en el que la obra de arte, como tal, es un producto con el que comerciar de un modo u otro. No es ya solo la creación para la venta en salas o galerías, ni las históricas ventas por millones de obras de autores que han pasado a la historia. Es, también, el comercio indirecto: la venta de entradas de las exposiciones, los catálogos y, cómo no, esas tiendas con la que concluyen las visitas a los museos en las que comprar imanes para los frigoríficos, tazas para el café o camisetas con alguna serigrafía representando a un artista destacado que se expone en el museo.

El arte es, hoy día, algo que se define, entre otras cosas, por su valor económico, por la riqueza que genera. No, no es su única función ni su única razón de ser, pero es cierto que se ha incorporado a la perfección al mundo de capitalismo y consumismo de masas en el que vivimos.

Fíbula visigoda con forma de águila. Bronce y esmalte
Fíbula visigoda con forma de águila.
Imagen en Wikimedia Commons. Licencia CC

Pero ¿siempre ha sido así? Evidentemente no, sobre todo porque el capitalismo como teoría económica no triunfa hasta el siglo XVIII - XIX.

Ya Platón hablaba de que el valor del arte radicaba en su capacidad para representar lo bello y no en tanto a una actividad productora. Aristóteles, conectaba la actividad artística con el momento de inspiración  y con la realidad de la experiencia humana.

En la Edad Media, el valor del arte tiene una conexión básica con la religión y, en cierto modo, con lo pedagógico. La necesidad de vincular la creación artística a la exposición y expresión de las Sagradas Escrituras, determinan un valor que aún no está necesariamente relacionado con lo económico.

A partir del Renacimiento, sobre todo a partir del siglo XVI y especialmente con la llegada del Barroco, el valor del arte va a comenzar a desligarse del valor material y, junto a un incipiente desarrollo del coleccionismo, surge una valorización que va más allá de lo que cuesta su creación. Si en la Edad Media, gran parte del valor de la obra de arte residía en el valor material de sus componentes (joyas, metales preciosos...) a partir del Renacimiento y, como decíamos, sobre todo del Barroco, comienza a surgir una idea de "valor de mercado", que todavía está muy vinculado al prestigio social. Es el momento en el que los grandes aristócratas contratan a los mejores artistas para decorar sus estancias o en el que comienza a comerciarse con determinadas obras de arte. Todo, por un sentido básicamente hedonista y de prestigio social.

En este momento también comienza a incorporarse a la idea del valor del arte el de "la manera personal". Mientras los gremios medievales (y las Academias posteriores hasta que se liberaron) se basaban en un sistema pedagógico tradicional basado en la copia del maestro, a partir del XVII y especialmente del XVIII, la diversificación de la demanda exige algo más que copiar, pide iniciativa personal, creatividad... de modo que  se puedan atender a las variedades del nuevo "gusto". Los mecenas son determinantes en este sentido desde el siglo XV. Sus "inversiones" en arte (normalmente no tanto la compra de obras, que también, sino el apadrinamiento de diversos artistas) se hacen para su disfrute personal y su prestigio. Es, en realidad, un puro valor de uso.

Retrato del Papa Julio II. Rafael. Este papa fue uno de los grandes mecenas del Renacimiento
Uno de los grandes mecenas del Renacimiento: el Papa Julio II. Rafael
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

La llegada del capitalismo ocurre de la mano del ascenso de una burguesía rica y con formación y gusto estético (no siempre, claro). A partir de este momento, la calidad en el arte va a ser sustituida por el "valor". Ojo, esto no implica que las obras creadas a partir del XIX no tengan calidad técnica, sino que lo que se comienza a priorizar son otras cuestiones, primando, sobre todo, el del valor. Surgen aquí los marchantes y galerías de arte, que no son otra cosa que el medio que el capitalismo tiene para incorporar a la creación artística al proceso económico. Las galerías sustituyen al mecenas y, con ello, el valor de uso se sustituye por el valor de cambio. La galería no deja de ser un negocio en el que lo que prima es la plusvalía y la riqueza que pueda generar un artista o una serie de obras. El arte se ha convertido en una mercancía más y, con ello, el artista, a pesar de su "libertad creativa", se ha convertido en un trabajador asalariado que recibe una parte del valor de su trabajo.

En la actualidad, si uno hace una búsqueda sobre cuál es el valor del arte y cuáles son las cuestiones que lo determinan, aparecen palabras e ideas tales como: reputación, autenticidad, inversión, demanda, rareza, historia, conservación, lugar de venta, material y dimensiones. Si te fijas, algunas de ellas remiten directamente a ese valor del arte como un objeto mercantil, con el que comerciar. Sí, la libertad creativa sigue existiendo, faltaría más, pero hay una realidad de consumo que no podemos obviar.

De hecho, gran parte de la estética desde finales del XIX es, en realidad, una reacción frente a esto. Desde aquellos impresionistas que se apartan (o más bien son apartados) de los círculos oficiosos, hasta estos artistas contemporáneos que usan lenguajes ajenos a ideario común, tratar de revolverse ante esa dictadura del mercado y plantean lenguajes y estéticas no habituales, priorizando así la creación y quizá el "valor de uso", al del valor de cambio. Eso sí, muchos de estos artistas han acabado fagocitados por el mercado y aquellos pintores de vanguardia que reivindicaban su libertad por encima de todo ven (bueno, no ellos, que ya están muertos), como el precio de sus creaciones son casi obscenos.

Reflexiona

Explica con tus propias palabras cómo se produce la transición desde un valor de arte de uso hacia otro de mercado.

Importante

El concepto de arte ha evolucionado desde ser un sinónimo de técnica o destreza hasta un concepto más actual ligado a la creación relacionada con un trabajo intelectual, técnico y de creatividad.

El valor del arte también ha evolucionado con el tiempo. Si hasta la edad moderna lo que primaba era el arte como valor de uso (para su disfrute con un sentido puramente hedonista o para vanagloria o conmemoración), a partir del desarrollo y triunfo del capitalismo y de la sociedad burguesa, el arte se convierte en un valor de cambio, con un concepto claramente mercantil.

A pesar de este carácter, muchos artistas han intentado alejarse de esta situación, yendo hacia modelos de radical originalidad e incluso transgresión.

Curiosidad

Como has visto en los párrafos anteriores, el arte se ha convertido en un campo absolutamente mercantilizado. Se mantienen creadores libres que prefieren moverse en espacios ajenos a este mundo, pero lo general, la percepción global del arte en la actualidad es ese, un objeto más con el que comerciar.

Incluso, como decíamos antes, muchos de los autores que partían desde premisas de libertad creativa y lejanía de los preceptos capitalistas se han convertido hoy día en artistas de culto, cuyas obras se pagan a precios desorbitados. Casi podríamos decir obscenos. A continuación te presentamos dos piezas que han sido vendidas en los últimos años por unos 300 millones de dólares, más de 260 millones de euros. No está mal.

Interchange. Willem de Kooning. 1955 Naea Fa Ipoipo. Paul guaguin 1892
Interchange. Willem de Kooning. 1955
Imagen en Wikimedia Commos. Licencia CC
Naea Fa Ipoipo. Paul guaguin 1892
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público