4.3. El romanticismo alemán e inglés

Friedrich. Acantilados blancos en Rügen
Friedrich. Acantilados blancos en Rügen.
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ALEMANIA. CASPAR DAVID FRIEDRICH

El romanticismo alemán va a tener mucho que ver con la necesidad de subrayar su identidad, primero frente a  las invasiones napoleónicas y más tarde con los deseos de unificación que, sobre todo Prusia, tiene. De ahí que las grandes obras del momento traten el tema de la unidad cultural, lingüística e histórica de los pueblos germanos.

Y su tiene un artista que la define a la perfección. Se trata de Caspar David Freidrich, un auténtico genio de la pintura que dedicó toda su obra a expresar su obra en base al paisaje, al que convierte en auténtico personaje de cada obra que hace.

 En la sala que vas a ver a continuación podrás disfrutar de la obra de este genial artista.

Definir a Friedrich como pintor paisajista puede resultar suficiente siempre que se haga una valoración superficial de su obra. En realidad, el pintor nacido de Greisfwald (al norte de Alemania) es mucho más que eso. Es el ejemplo por excelencia de la pintura alemana del XIX, es un genio capaz de mostrar pasión y expresividad, pero también actitud contemplativa y reflexiva. Su pintura evoca movimiento, pero también calma.

El gran protagonista de sus obras no es tanto el paisaje como la naturaleza, a la que convierte en diosa, en suma hacedora y en capaz de determinar los designios últimos del ser humano, al que suele presentar pequeño ante la inmensidad de la naturaleza y de su potencia. En cualquier caso, el hombre (o la mujer), siempre aparece de espaldas, mostrando el escaso interés que al alemán le inspira un ser tan pequeño en comparación con la madre naturaleza.  

Friedrich. Autorretrato
Friedrich. Autorretrato.
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Freidrich. Abadía en el robledal

Obra: La abadía en el robledal

Tipo: Pintura

Estilo:  romanticismo

Localización: Palacio de Charlottenburg, Berlin

Autor:  Friedrich

Fecha: 1809 - 1810

 

Friedrich muestra una escena brumosa y fría en la que una pequeña comitiva se dirige hacia las ruinas de una abadía, supuestamente, a celebrar unos oficios. Lo importante en la obra es el poder de la naturaleza, del paisaje y del momento elegido. Todo le confiere una luz a la obra francamente llamativo. 
Freidrich. Abadía en el robledal.
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La naturaleza puede con todo. Ella manda. De ahí que ni siquiera una potente y pesada obra de arquitectura como es una abadía, pueda soportar el paso del tiempo y todo lo que ello conlleva.

Un amanecer triste y nebuloso, con una luz que consigue colarse entre el frío de la mañana para iluminar parte de la obra, en la que los restos de la abadía y los árboles sin hojas, sufren los rigores del invierno. Mientras, unos minúsculos seres humanos avanzan despacio y sin ruido por la nieve hacia la abadía para los oficios matutinos.

La fuerza de la naturaleza frente a la debilidad del ser humano, la expresividad emanada de la luz, de los restos de la abadía y de los árboles sin hojas, frente a la contemplación de las personas que avanzan. Pasión y tranquilidad, todo cabe en esta obra maravillosa.

Como ves, el romanticismo no siempre necesita algo virulento, de movimientos y potentes contrastes. El romanticismo también puede ser pausado y recogido.

Friedrich. El naufragio del Esperanza.

Obra: El naufragio del Esperanza

Tipo: Pintura

Estilo:  romanticismo

Localización:  Kunsthale, Hamburgo

Autor:  Friedrich

Fecha: 1823 - 1824

Pintura

De nuevo la naturaleza como gran protagonista frente a la debilidad del ser humano.

Unos grandes témpanos sobre un mar de hielo protagonizan una escena en la que el ser humano aparece engullido por la naturaleza (el barco Esperanza, que se hunde)
Friedrich. El naufragio del Esperanza. 
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Friedrich sitúa de nuevo a la Naturaleza como gran protagonista de su obra. En este caso, la crudeza del invierno sumada a la fuerza del mar que, como no, vencen al ser humano, en este caso representado por el naufragio del barco Esperanza, que zozobra engullido y destrozado por el hielo invencible.

El barco apena se intuye ya que de su casco solo se aprecia parte de la popa, aunque uno sospecha que no es mucho lo que queda para que se hundimiento sea definitivo.

El cuadro tiene una composición piramidal más o menos clásica gracias al gran témpano de hielo contra el que el débil barco ha chocado.  El auténtico protagonista es el hielo, el frío y el mar congelado, en definitiva, la Naturaleza que siempre vence.

Los tonos de blanco y azules muestran una maestría y un conocimiento de la escala cromática y de las posibilidades de la iluminación fuera de toda duda. 

Para saber más

 Si quieres seguir disfrutando de la pintura de Caspar Friedrich, aquí te dejamos este vídeo de apenas 4 minutos. Merece la pena: 

Caspar David Friedrich.
Vídeo de lilamagritte alojado en Youtube
Blake. Los hijos de Los
Blake. Los hijos de Los.
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INGLATERRA. WILLIAM BLAKE

Es complicado establecer una marca concreta en cuanto al romanticismo inglés, ya que éste no es tan evidente como el francés o el alemán.

Lo cierto es que para hablar del romanticismo inglés, nos acercaremos a una figura francamente llamativa y original: William Blake.

Es cierto que algunos autores incluyen dentro de este momento a William Turner, pero nosotros preferimos incluirlo dentro de los precedentes del impresionismo. Si te acercas a la sala dedicado al impresionismo, podrás disfrutar de su maravillosa obra. Aquí, nos centraremos en el original romanticismo de Blake.

Dice Wikipedia que el prestigioso periódico The Guardian, escribió una vez que William Blake es, con diferencia, el mayor artista que Gran Bretaña ha producido. Bueno, no seremos nosotros los que lo neguemos. En cualquier caso, si no es el mayor, sin duda sí es el más original y quizá, el más completo. Su obra poética ha influido a miles de escritores posteriores y su pintura se sale absolutamente de los cánones que se seguían a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX.

Encuadrar al artista londinense en el romanticismo es, quizá, una decisión más cronológica que otra cosa. Si observamos su obra, casi nos acerca más al surrealismo (que aún tardará más de 100 años en aparecer) que a cualquier otro estilo. Su necesidad de mostrar un mundo fantástico y extraño, queda por encima del deseo de mostrar relación estética con las características de otros romanticismos.

A continuación podrás ver una de sus obras más llamativas.

Retrato de William Blake.
Retrato de William Blake.
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Blake. El anciano de los días

Obra: El anciano de los Días

Tipo: Pintura

Estilo:  romanticismo

Localización: British Museum, Londres

Autor:  William Blake

Fecha: 1794

La obra representa a un dios creador, en una postura forzada, mientas, de su mano, sale un haz de luz de esencia puramente mágica. Los tonos rojizos, amarillos y negros, evocan un mundo celestial duro, nada de la gracilidad de los azules barrocos.
William Blake. El anciano de los días.
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El mundo de Blake es un mundo imaginado, original y rompedor y su pintura, como no podía ser de otro modo, también lo es.

Blake, en esta obra muestra muchas de sus características: colores más o menos planos, potente dibujo, formas algo esquemáticas y no relacionadas con la realidad… Aunque te parezca extraño, hablamos de un autor que, por su esquema estético y por sus temas, casi nos acercan más a las ideas medievales que a las del romanticismo. Pero ojo, no creas que lo que ves es arcaico. Nada más lejos de la realidad. Su pintura, y ésta es un magnífico ejemplo de ello, es tremendamente novedosa y original, demasiado quizá para sus contemporáneos.

Este dios creador, de largas barbas y cabelleras blancas, desnudo y en una postura incómoda, aparece con un potente significado mágico, con esa mano de la que emana un doble haz de luz. El entorno, también imaginado, no tiene nada que ver con esos paisajes celestiales del renacimiento, el barroco o el neoclásico. En vez de los celestes del cielo y los tonos blancos de las nubes, Blake, plantea unas formas circulares algo extrañas, con unos tonos de color rojos y amarillos que acercan la escena al entorno solar que al cielo amable de los artistas modernos.

Curiosidad

William Blake se ha convertido en fuente de inspiración para muchos artistas posteriores tanto por su obra pictórica como por la literaria.

Un ejemplo de esta influencia la tienes en este vídeo, en la que Héroes del Silencio hace un tributo a la obra de Blake en este “Camino del exceso”. La unión de la música, las letras y las pinturas del pintor inglés da un resultado interesante: 

El camino del exceso Heroes del Silencio William Blake.
Vídeo de alex c alojado en Youtube

Reflexión

Para terminar con este apartado de la pintura romántica queremos que hagas esta actividad en la que indiques quién es el autor de las siguientes obras. Puede ser interesante porque ninguna de las que hemos incluido aparecen antes en los contenidos, así que tendrás que reflexionar y analizar sobre la estética y los modos compositivos de cada obra para llegar a una conclusión.

Una vez que sepas o creas saber quién es el autor, investiga sobre el título de la obra y su año de creación.

A por ello:

Importante

Alemania, con Fredrich, e Inglaterra, con Blake, son dos países determinantes en el desarrollo de la pintura romántica europea.

Friedrich es el ejemplo por excelencia de la pintura alemana del XIX, es un genio capaz de mostrar pasión y expresividad, pero también actitud contemplativa y reflexiva. Su pintura evoca movimiento, pero también calma. En su creación destaca, sobre todo, la naturaleza, a la que convierte en suma hacedora y en capaz de determinar los designios últimos del ser humano, al que suele presentar pequeño ante su inmensidad.

Blake es quizá el más origiinal e imaginativo de los creadores del romanticismo. Su obra casi nos acerca más al surrealismo (que aún tardará más de 100 años en aparecer) que a cualquier otro estilo. Su necesidad de mostrar un mundo fantástico y extraño, queda por encima del deseo de mostrar relación estética con las características de otros romanticismos.