2.3. El papel de la mujer

A menudo, cuando leemos sobre Historia, da la sensación de que el mundo ha estado habitado sólo por hombres. Al menos en la mayoría de los libros de Historia son ellos, concretamente los hombres ricos y poderosos, prácticamente los únicos protagonistas de la historia. Pero esto es limitar la visión de la Historia de una forma extrema. Así que es importante desenterrar la idea de que la mujer es un elemento secundario dentro de la Historia y darle el lugar que requiere.

La mujer en la economía

No se puede entender la economía de la Edad Media sin el papel de la mujer. Su papel no se limitaba a las labores domésticas, sino que participaba en casi todos los sectores productivos.

En la economía rural la labor de la mujer era insustituible. No solo compartía con el hombre muchas de las tareas, sino que, además, muchas de ellas le correspondían solo a ella: buscar el agua, cocinar, llevar el trigo al molino, etc. En la ciudad, la mujer solía acompañar al marido en su oficio artesanal o comercial y en ocasiones lo sustituía. Conforme avanzó el tiempo, la mujer fue ocupando su espacio propio dentro del trabajo en la ciudad: los relacionados con los tejidos, la alimentación y los servicios, como tabernas o mesones. Pero también se incorporaron a sectores que muchos considerarían masculinos, como la construcción o la minería. A pesar de todo, y tal y como ocurre hoy en día en muchos oficios, los salarios femeninos estaban por debajo de los masculinos.

Campesinas en el feudo Trabajadoras en el taller
Mujeres trabajando los campos del feudo (Las muy ricas horas del Duque de Berry, 6v, siglo XV)
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.
Trabajadoras en un taller de tejidos de lino (manuscrito BNF latín 9333)
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.

La mujer en la sociedad

La sociedad medieval no era un lugar especialmente cómodo para la mujer, ya que las limitaciones con la que vivía eran muchas. Por norma general, las fuentes medievales hablan de la mujer sobre todo en relación a tres espacios: en el marco del matrimonio, dentro del convento, en el ámbito de la prostitución o como objeto inalcanzable de deseo en los romances corteses. Evidentemente, esta es una forma muy limitada y distorsionada de entender la vida de la mujer medieval. Pero sí es cierto que la presión social era muy fuerte a la hora de obligar a la mujer a elegir solo entre dos alternativas: el matrimonio o la vida religiosa. Eso no quita que muchas mujeres aprendieran a sacar el máximo partido a las pocas cartas que se les repartían.

La mujer en la política

El poder político de la mujer era escaso, pero eso no significa que no tuviera ninguno. Como norma general, la mujer no tenía voz ni voto en la familia, la sociedad y el Estado. Pero muchas lograron introducirse por los resquicios del sistema. Muchas mujeres lograron una posición de riqueza y de autoridad, incluso la posición de jefas de Estado, por viudedad, ya que asumían la posición del marido y quedaban libres de la tutela de un hombre. Aunque la mujer solía tener vetado su acceso a las reuniones políticas, en muchas ocasiones lograron participar en ellas. En alguna ciudad de Francia, por ejemplo, las mujeres llegaron a participar en la elección de diputados para los Estados Generales, que es como se llamaban las cortes francesas.

Para saber más

Doña Urraca
Doña Urraca (Tumbo de Santiago, siglo XIII)
Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público.

Varios ejemplos permiten ilustrar el poder político que algunas mujeres llegaron a tener.

Doña Urraca ha sido reconocida como la primera reina titular de la historia de España. Fue reina de León en el siglo XII. La muerte sin descendencia de su padre y el hecho de ser viuda la convirtieron en reina de un país que se encontraba en una situación muy complicada, tanto por las luchas internas por el control del trono, como por la presión de los reinos vecinos: al-Ándalus, la Corona de Aragón, etc. Sólo su habilidad, su carácter y su determinación le permitieron manejar una situación tan complicada.

Juana de Arco es un personaje muy distinto. Su vida transcurrió en el siglo XV, durante la Guerra de los Cien Años, que enfrentó a franceses e ingleses. Con apenas 18 años se convirtió en líder de un ejército de más de 5000 hombres, con los que obtuvo victorias importantísimas para Francia. Con apenas 19 años, fue capturada por los ingleses y condenada a la hoguera, acusada de brujería. Los franceses la han convertido en un símbolo de Francia.

La mujer en la cultura

En contra de lo que solemos suponer, durante la Edad Media no existía tanta desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso a la cultura . Entre los sectores sociales más modestos, la transmisión de saberes se producía de forma oral y ahí la actividad de la mujer (madres, tías, hermanas, abuelas...) era tan intensa como la de los hombres. Entre la gente más rica el acceso a la cultura estaba más restringido a las mujeres, pero la carrera eclesiástica les dio un espacio que supieron aprovechar. Los monasterios y conventos de monjas tuvieron el mismo papel de centro cultural que los monasterios y conventos masculinos. En muchos casos, la vida religiosa era la opción más viable para que una mujer alcanzara una formación superior. Las universidades permanecieron en su mayoría cerradas a las mujeres, pero las excepciones a esta norma general no eran raras.

De esa forma, las mujeres fueron también protagonistas activas de la cultura, incluso en sus niveles más elevados. No son pocas las mujeres escritoras, doctoras, poetas, dibujantes, etc. que conocemos en este período. Escritoras como María de Francia o Christine de Pizan, o doctoras como Hildegarda de Bingen o Trótula de Salerno, demuestran hasta qué punto la labor de la mujer fue fundamental en la vida cultural de la Edad Media.

corte de mujeres
Poder y cultura: Christine de Pizan presenta su libro a Isabel de Baviera, reina de Francia (manuscrito Harley 4431, siglo XV).
Imagen de The British Library. Dominio público.

Para saber más

La ciudad de las Damas
La Razón, la Rectitud y la Justicia ayudan a Christine de Pizan a construir la Ciudad de las Damas (Manuscrito BNF Francés 607, 2r) (s. XV). 
Imagen de la Biblioteca Nacional Francesa en Gallica. Dominio público.

Vamos a ver dos de las intelectuales más interesantes por su aportación a la cultura medieval.

  • Hildegarda de Bingen vivió en la actual Alemania en el siglo XII. Es una de las mujeres más excepcionales de su tiempo. Su vida transcurrió dentro de un convento y desde allí creó, compuso, estudió, publicó, etc. Su obra literaria es casi siempre teológica. De hecho sus escritos sobre Dios y sobre sus visiones fueron utilizados de forma constante por el papa. Pero no solo escribió sobre religión. Sus libros sobre ciencia, básicamente medicina, también fueron muy reconocidos. Estaban dedicados a las propiedades curativas de las plantas y animales y al origen de las enfermedades y su tratamiento. Su capacidad creadora es tal que llegó a componer más de 70 piezas musicales.
  • Christine de Pizán fue una escritora de origen italiano, que vivió sobre todo en Francia entre los siglos XIV y XV. Su obra ha llegado hasta nosotros como una de las más destacadas del panorama intelectual de la Edad Media. Cuando quedó viuda, decidió convertirse en escritora profesional, lo que era todo un riesgo para una mujer. Pero pronto logró el éxito, primero escribiendo baladas en las que se lamentaba de la muerte del ser amado, y más tarde penetrando en temas históricos, políticos y relativos a la condición de la mujer. Christine será una de las iniciadoras de uno de los primeros movimientos en defensa de la mujer que se conocen: La Querelle des femmes (la querella de las mujeres). Su obra más famosa es La Ciudad de las Damas, en la que hace una fuerte defensa de la mujer basándose en muchos personajes femeninos de la Historia y la mitología.

Por si te interesa y dispones de 5 minutos, en este vídeo puedes encontrar un ejemplo de la música de Hildegarda de Bingen y de las sorprendentes miniaturas que se le atribuyen.

El arte de Hildegarda de Bingen
Vídeo de mangott alojado en Youtube.

Importante

En la Edad Media la mujer estaba sometida al hombre, pero eso no significa que tuviera un papel pasivo o secundario:

  • Tenía un papel económico tan importante y variado como el de los hombres.
  • Aunque se intentaba limitar su función social al ámbito del matrimonio o la vida religiosa, muchas mujeres trataron de romper estos límites, sobre todo aprovechando la política y la cultura.
  • Muchas mujeres llegaron a tener protagonismo en la vida política, especialmente las viudas y herederas de los reyes.
  • Aparte de la función protagonista de la mujer en la transmisión de la cultura popular, muchas mujeres fueron protagonistas activas de la cultura más elevada.

Actividad de lectura

Nacida en Venecia en el año 1364, Christine de Pizán será una de las voces femeninas más significativas del panorama intelectual europeo del Medioevo. Con cuatro años abandona su ciudad natal, ya que su padre, Tommaso da Pizzano, debe trasladarse a la corte parisina de Carlos V de Valois para ponerse a su servicio en calidad de médico y astrólogo. A partir de este momento, Christine disfrutará de una vida cortesana colmada de lujos. Recibe una completa y esmerada educación debido a las amplias posibilidades que le ofrecía vivir en la corte (contará con la enorme Bibliothèque Royale) y especialmente al empeño de su padre, en contraste con la actitud de su madre, que a pesar de ser la hija de un hombre docto, el anatomista Mondino de Luzzi, se opone duramente a la instrucción de su hija en materias que no sean otras que las relacionadas con las tareas domésticas.

Lee el texto y haz una breve reflexión sobre la postura del padre y de la madre de Christine de Pizán comparándolas entre sí y con las posturas que se tenían o tienen por "habituales".