Una positiva iniciativa para la promoción de la artesanía andaluza ha sido la declaración de las Zonas o Puntos de Interés Artesanal, distinciones que otorga la Junta de Andalucía con el objetivo de identificar, registrar, hacer figurar en publicaciones y facilitar la participación en encuentros feriales a aquellos talleres artesanales galardonados.
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Fabricación de jaulas en Guadahortuna (Granada). Imagen de Eva Cote Méndez tomada de la web del IAPH. |
Puntos de Interés Artesanal son los locales o talleres en los que concurren especiales características de producción o comercialización de productos artesanos andaluces. Hay muchísimas localidades que cuentan con talleres que gozan de esta calificación. Muchos de ellos podemos encontrarlos en el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía. En este registro aparecen asociados a un sinfín de actividades artesanales: alfarería, cerámica, carboneo, producción de jabón artesanal, forja, herrería, hojalatería, platería, fabricación de carabinas, jaulas, campanas, cuchillos, romanas, cencerros; espartería, cestería, albardonería, rizado de palma, trabajo de la enea; oficios para la producción de material de construcción: cal, ladrillos, tejas, yeso, losa hidráulica, cantería y técnicas constructivas; curtiduría, guarnicionería, elaboración de calzado; elaboración de alfombras, encajes de bolillos, bordados, costura; carpintería, ebanistería, imaginería, elaboración de rostrillos, fabricación de colmenas, construcción de instrumentos musicales, tonelería….
Por su parte, el distintivo de Zona de Interés Artesanal se reserva para a los territorios en los que se concentran una serie de talleres artesanos que tienen unas especiales características de producción o comercialización y cuyos productos se identifican como genuinos. A día de hoy diez son las zonas que han sido reconocida como tal:
- Macael - Valle del Almanzora (Almería). Agrupa a 15 talleres, de los que todos (salvo uno dedicado a alfarería) se dedican a la talla de la piedra y el mármol.
- Ubrique, El Bosque, Benaocaz y Prado del Rey (Cádiz). Esta zona artesanal es conocida fundamentalmente por sus trabajos con cuero y marroquinería, ámbito por el que es muy conocida en el extranjero. Cuenta con 39 talleres certificados: 29 de marroquinería, 2 de rebaje de cuero y pieles, 2 de fabricación de artículos de piel, 2 de carpintería, 1 de albardas, 1 de curtiduría, 1 de repujado de cuero y otro más de elaboración de muebles de madera y mimbre.
- Valverde del Camino (Huelva. Esta zona la componen 13 talleres, de los que 5 se dedican a la carpintería, 4 a la elaboración de calzado, 3 a la marroquinería y otro a la tapicería.
- Vélez-Málaga (Málaga). Cuenta 14 talleres artesanos: 9 dedicados a la cerámica, 2 a las vidrieras artísticas, 1 a los bordados, 1 de modistería y otro a la ladrillería.
- Granada. En la capital de la Alhambra hay una docena de talleres artesanales que se dedican a la joyería, cerámica, perfumes y jabones, instrumentos musicales, marroquinería , esmaltes al fuego, taracea, ebanistería y elaboración de vidrio soplado.
- Úbeda (Jaén). La mayoría de sus 11 talleres están dedicados a la alfarería, aunque también los hay que están especializados en forja y herrería, en artesonado mudéjar, en vidrieras artísticas y en joyería.
- Zoco Municipal de la Judería de Córdoba. En este recinto se sitúan una serie de talleres en los que se produce cuero, marroquinería, cerámica, madera, cartón piedra, joyería y filigrana.
- Comarca de Los Pedroches (Córdoba). Nos encontramos con 17 talleres distribuidos por ocho municipios de la comarca y que se dedican a la carpintería, talla de madera, ebanistería, herrería, forja, cerrajería, marroquinería, curtiduría, calzado, taxidermia, cantería, piedra y mármol.
- La Rambla (Córdoba). Esta localidad cuenta con 25 talleres dedicados a la producción de cerámica y 14 específicos a la alfarería.
- Castro del Río (Córdoba). En la localidad se encuentran 8 talleres artesanales, 6 dedicados a la fabricación de muebles de madera de olivo, 1 a la forja y 1 más de alfarería. Esta zona, además de las técnicas y herramientas de trabajo tradicionales, también mantiene una estructura de producción gremial a base de maestros, oficiales y aprendices.