"Se encontró allí, debajo de un algarrobo, al lado del santuario. Se la encontró un leñador, no, un ganadero. Se la llevó a su choza, porque se creía que era una muñeca, para sus hijas. Cada vez que se acostaban, por la mañana no estaba la Virgen. Y volvía al sitio y estaba allí la Virgen. Se la llegaron a traer a Villamartín. Efectivamente, al día siguiente, cuando se despertaba la gente, tampoco estaba. Entonces decidieron decir que la Virgen quería estar allí, y se construyó una pequeña choza, que luego se fue ampliando a lo que tenemos ahora". Leyenda de la Virgen de las Montañas de Villamartín. |
Consideramos tradición oral la manera de transmitir generacionalmente (de abuelos y padres a hijos) la cultura de una comunidad mediante el uso de la lengua hablada. Esta transmisión ayuda a que se conserven los conocimientos, las creencias y las experiencias que son valiosos para una sociedad. La tradición oral no es solo importante para las civilizaciones sin escritura o las comunidades con poca alfabetización, ya que, en las sociedades letradas, la oralidad es un método de comunicación muy necesario para el desarrollo personal y social.
Como pasa con otras formas del patrimonio cultural inmaterial, las tradiciones orales corren riesgo de desaparición por los efectos de las formas de vida contemporáneas. El abandono de las zonas rurales en favor de las ciudades, la emigración a zonas más ricas y, sobre todo, las prisas con las que se nos obliga a vivir, está provocando que muchas tradiciones no se transmitan de una generación a otra. Los abuelos no tienen ya a su lado al nieto para contarle una leyenda, los padres no tienen tiempo y los hijos tienen tal cantidad de entretenimiento instantáneo disponible que la transmisión de la tradición oral se está convirtiendo en una heroicidad hoy en día.
Todos somos conscientes de la calidad de vida que la tecnología nos aporta pero también hay que hacer un esfuerzo para preservar las tradiciones y expresiones orales manteniendo su presencia diaria en nuestras vidas. Para ello es muy importante que sigan existiendo ocasiones para la transmisión de conocimientos entre personas de diferente edad, fomentar que se junten los ancianos con los jóvenes. A nivel individual, esto puede hacerse desde el hogar, la escuela o las fiestas pero a un nivel superior, las instituciones también deben poner de su parte para contribuir a salvaguardar las tradiciones orales en toda su variedad y riqueza. Esto puede hacerse tanto registrando toda tradición oral que no queremos que desaparezca, como promoviendo actividades en las que se fomente la transmisión de estas tradiciones y expresiones.
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Los vecinos de Almedinilla representan cada año la leyenda de la Encantá para mantenerla viva. Imagen de Mª del Rosario Ortiz Amores tomada de la web del IAPH. |