4.2. El historicismo
El Romanticismo, como sabemos, propició el nacionalismo y, con él, la búsqueda de un pasado ideal, una patria perdida. Esto supone un sentimiento de nostalgia. La exploración del pasado se hizo en la nacional y en pleno siglo XIX eso significaba la España surgida con la Reconquista. De ahí que la arquitectura principalmente volviera al pasado para buscar modelos, y los encontró en los estilos medievales de manera que puede decirse—a pesar de la presencia de aislados resurgimientos platerescos o barrocos—que el medievalismo es lo que caracteriza al historicismo arquitectónico decimonónico en España. Claro que junto a este medievalismo, se dio un movimiento de recuperación de la arquitectura popular—por llamarla así—en la que cabe destacar el regionalismo sevillano. Pero vayamos por partes.
Entre los estilos medievales—visigótico, bizantino, románico…—el que se llevó la parte del león fue, sin duda, el gótico de manera que en España se levantaron bastantes edificios neogóticos, pero también se concluyeron en este estilo edificaciones medievales que se encontraban sin terminar. Un buen ejemplo puede ser la Catedral de Sevilla, cuya fachada principal muestra tres portadas siendo la central neogótica: comparándola con las otras dos, propias del gótico tardío, se puede apreciar el significado del historicismo. La Basílica de Santa María la Real de Covadonga es el ejemplo clásico de arquitectura historicista: de planta neorrománica y gran unidad de estilo, se edificó entre 1877 y 1901. La iglesia de San Juan Bautista, en Arucas (Canarias), construida durante el siglo XX, es un ejemplo de neogótico totalmente descontextualizado, pues en las Islas Canarias el gótico no desempeñó ningún papel. Otros edificios—civiles y religiosos—tuvieron una inspiración semejante; pueden mencionarse el Palacio Episcopal de Astorga, obra de Gaudí, o el Castilllo de Butrón en Vizcaya.
Dado que estamos en España, es lógico pensar que también fueron fuente de inspiración las arquitecturas hispano-musulmanas: la Alhambra, la Giralda o la Mezquita de Córdoba, etc. Lógicamente, también el múdejar, característico de España, tuvo su impacto. Así ganó importancia el arco de herradura lobulado, los artesonados, los salones musulmanes, etc. Desde un cierto punto de vista, al menos, se trata de estilos que tienen certificado de nacimiento y defunción, pues no podían responder a las nuevas necesidades que se le planteaban a la arquitectura.
Por otro lado, el regionalismo sevillano, en el que destaca la figura de Aníbal González, nutrió durante un tiempo esa corriente historicista. Duró desde comienzos del siglo XX a los años treinta, pero evolucionó desde un historicismo rígido hasta el regionalismo. Edificios característicos pueden ser la Plaza de España, el Pabellón Mudéjar, el Museo Arqueológico o el Pabellón Real, todos ellos en Sevilla.
Basílica Santa María la Real de Covadonga. Imagen de Jgoni26 bajo CC BY-SA 3.0 es en Wikipedia. |
Pabellón Mudéjar, Sevilla. |

Importante
- El historicismo hace referencia a un pasado ideal, una exploración de la España de la Reconquista.
- Surge el movimiento medievalista y a su vez, una vuelta a la arquitectura popular con el regionalismo sevillano.
- Destacan construcciones neorrománicas como Santa María la Real de Covadonga y neogóticas como la portada central de la Catedral de Sevilla.
- Además hay una vuelta a la arquitectura hispano-musulmana y mudéjar.
- En el regionalismo sevillano destaca Aníbal González y algunas de sus obras como el Pabellón Mudéjar.

Reflexión
¿Por qué el historicismo en España vuelve a la Reconquista? ¿En qué momento se produce esta? ¿Cuánto tiempo dura?