2.2. Sandro Botticelli y Andrea Mantegna

Una de las figuras destacadas del Quatroccento italiano es Sandro Botticelli. Botticelli pertenece a los últimos años del siglo y en él se pueden apreciar algunos rasgos de la evolución que se ha producido a través de los años: dibujo nervioso y ondulado, movimiento, sus paisajes primaverales, la importancia del cuerpo humano y la melancolía que aparece en todos sus rostros. Además, el color no es nunca un mero relleno del dibujo, sino el elemento que constituye la forma.

Quizás las dos obras más conocidas del pintor florentino son El nacimiento de Venus y la Alegoría de la primavera.  En esta última obra la escenografía y composición están perfectamente estudiadas: aparecen Venus, Mercurio, Cupido, Flora y la pareja Cloris y Céfiro dispuestos a celebrar la llegada de la nueva estación. La escena se desarrolla en un jardín florido con una gran variedad de flores Venus aparece en el centro elevada gracias a la perspectiva ascendente.

La primavera, Botticelli.  Imagen de  en Wikimedia Commons.  Dominio público

Además de estas dos obras mitológicas, Botticelli realizó obras tan impresionantes como La calumnia o las tablas de Nastaglio degli Honesti y obras religiosas como Virgen con el Niño o La calumnia de Apeles.

Mantegna también representa uno de los exponentes de finales del Quattrocento, en este caso, con un estilo más revolucionario; llama la atención sus figuras escultóricas, la profundidad de sus composiciones y sus pronunciados escorzos como vemos en Lamentación sobre Cristo muerto, una de sus obras maestras junto con el Tránsito de la Virgen. Otro ejemplo de cada una de sus características es el óculo de la Cámara de los Esposos del Palacio Ducal de Mantua.

Lamentación sobre Cristo muerto, Mantegna. Imagen de Pinacoteca di Brera en Wikimedia Commons. Dominio público	Techo de la Cámara de los Esposos, Mantega.  Imagen de Anamorphosis en Wikipedia Commons.  Dominio público

No podemos terminar con este periodo sin mencionar a Piero della Francesca por su manejo de la luz, la utilización del color y sus delicados matices algo visible en La Virgen, el Niño y Federico de Montefeltro o el Retrato del Duque de Montefeltro y su esposa.