Cuando el agua desciende por las laderas, después de las precipitaciones, se forman las aguas de arroyada.
Si las precipitaciones son intensas y caen sobre superficies irregulares la erosión y transporte de materiales produce surcos, más o menos paralelos, denominados cárcavas (imagen 1). En un principio son de pocos centímetros de profundidad, pero con el tiempo se van agrandando hasta originar surcos profundos denominados barrancos. Las cárcavas y barrancos son frecuentes en rocas blandas como las arcillas.
Cárcavas y Bad-land
Fotografía de Bad-land de Banco de Imágenes Geológicas en Flickr Licencia CC BY-NC-SA
Este proceso es especialmente importante en zonas áridas, con escasa vegetación y lluvias torrenciales. En ellos forman terrenos abarrancados y acarcavados que reciben el nombre de tierras malas o bad-land (imagen 2) ya que la erosión ha eliminado el suelo superior rico en nutrientes. En España son comunes en la zona del levante.