2. Cultura: el calendario romano

Los romanos siempre buscaron la forma de medir el tiempo y fechar los acontecimientos que configuraban su historia. El calendario con el que lo hicieron no siempre fue el mismo y, aunque ahora profundicemos sobre su evolución en las diferentes épocas, resulta muy curioso que el calendario con el que hoy fechamos nuestros días, sea una herencia romana prácticamente idéntica al original.
Miniatura que representa las distintas labores en el campo a lo largo del año
Las labores de los meses
Imagen en Wikimedia. Dominio público
Atendiendo a la forma en que los romanos fijaron y distribuyeron los números de días y meses del año, se distinguen tres etapas: el calendario primitivo, el republicano y el juliano. Estas diferencias se debieron a reformas que buscaban resolver el desfase que existió entre la forma de contar el tiempo y el año solar.
  • El calendario primitivo tenía una base lunar. Parece que el año se dividía en meses, cuya duración, de acuerdo con su significado etimológico (mensis significaba "luna"), venía a coincidir con los ciclos lunares. Sabemos por sus nombres (primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo) que había diez, compuestos por 28-29 días que comenzaban coincidiendo con cada Luna nueva. El año, por lo tanto, empezaba en marzo y terminaba en diciembre, periodo activo del año, desde la perspectiva agrícola y militar. Cuando terminaba el año, comenzaba un período de tiempo no computado, que los romanos dedicaban en gran parte a rituales de purificación de cara al nuevo año.
Fases lunares según Galileo
Imagen en Wikimedia. Dominio público
  • El calendario republicano cambió el ciclo lunar por el ciclo solar como base para calcular el tiempo. La confección del calendario republicano se atribuye al legendario rey Numa. Este calendario fue una adaptación del año lunar al año solar, de ahí que a los 12 meses en los que se dividía un año, ocho fueran lunares y cuatro de 31 días. A ellos había que añadir cada dos años un mes intercalar (mensis intercalaris) cuya duración decidían los pontífices (de entre 20-22 días), para equilibrar el desfase que se producía entre su año de 355 días y el año real, de 365 días y medio.
    Este calendario también observó los días hábiles (fasti) y los días festivos (nefasti) del año.
Calendario Romano sobre una lápida de piedra
Calendario Romano
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  • El calendario juliano, como indica el nombre, resultó de la reforma del calendario anterior llevada a cabo por Julio César, a partir del asesoramiento de Sosígenes, astrónomo egipcio que fijó la duración exacta del año solar en 365 días y 6 horas. Los 365 días quedaron repartidos en 12 meses con la misma duración que los de hoy día y, el desfase de 6 horas que se generaba cada año se resolvió intercalando un día cada cuatro años entre el 24 y el 25 de febrero.

Curiosidad

El 24 de febrero era el día sexto antes de las Kalendas de marzo, por lo que el año que se añadía el día intercalar tras él, había un segundo 24 de febrero, llamado en latín bis sextum, de donde deriva la palabra bisiesto con la que hoy día designamos estos años.

 

AV - Pregunta Verdadero-Falso

Marca si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.

Pregunta 1

El calendario romano siempre fue el mismo mientras duró dicha civilización.

Pregunta 2

El calendario primitivo tenía base lunar.

Pregunta 3

El calendario republicano es una adaptación del año lunar al año solar.

Pregunta 4

El calendario juliano se llama así porque resuelve el desfase de 6 horas que se generaba cada año intercalando un día, cada cuatro años, entre los días 24 y 25 del mes de julio.