Hemos visto que el mudéjar es un estilo artístico que, pese a desarrollarse en los reinos cristianos peninsulares, contiene bastantes elementos del arte islámico. Los mudéjares eran los musulmanes que permanecieron viviendo en tierra cristiana después de la reconquista. No había muchos, sobre todo después de las expulsiones que vivieron a raíz de su revuelta de 1264, pero la mayoría de ellos eran albañiles y artesanos bien cualificados, lo que provocará que sus técnicas constructivas y decorativas se introduzcan en la arquitectura gótica que traían los vencedores, creándose un nuevo y genuino estilo. Por norma general, en el mudéjar, lo gótico predomina en lo estructural y lo islámico en los materiales usados y lo decorativo.
¿Por qué os contamos ahora esto si ya hemos visto muchas muestras del arte mudéjar en el apartado anterior? Pues porque ahora queremos enseñaros la influencia que ha tenido el arte mudéjar en la arquitectura contemporánea de España y Andalucía, sobre todo con la explosión del neomudéjar en los siglos XIX y XX. Este nuevo estilo será la versión española de la corriente historicista que imperó por toda Europa en la época. Era una arquitectura romántica y conservadora que buscaba imitar los estilos de épocas pasadas (principalmente medievales) que se consideraran como las tradicionales de cada nación. De este modo, por todo el continente proliferaron edificaciones de corte neobizantinas, neobarrocas y, sobre todo, neogóticas. En España, como el Románico y el Gótico se consideraban más de influencia francesa que propia, se optó más que nada por reproducir las características del mudéjar, un estilo que si se veía originario de nuestra tierra y que reflejaba bien la esencia andalusí y cristiana de nuestro pueblo.
Capillita del Carmen. Imagen de Anual en Wikipedia. Lic. CC.
Puestos a recuperar estilos del pasado, tiene su lógica que la iglesia española en estos años prefiriera que sus nuevas construcciones se basaran en el románico y el gótico. El neomudéjar estaba ligado a lo islámico y ellos preferían un estilo más puramente católico, así que apenas se construirían iglesias neomudéjares en Andalucía. El estilo aparecería entonces más asociado a construcciones de carácter civil y festivo como salones de fumar, casinos, estaciones de tren, plazas de toros, sedes de empresas o viviendas.
Vamos a dar un repaso a las creaciones más destacables de este estilo que son consideradas como patrimonio cultural:
Sevilla cuenta con bastantes bienes neomudéjares. Hay que contar con que, en plenos apogeo del regionalismo historicista, en esta ciudad se celebraría la Exposición Iberoamericana de 1929, lo que provocó que buena parte de los edificios que se construyeron para este acontecimiento se levantaran siguiendo los patrones del estilo neomudéjar. Fuera de las edificaciones generadas para esta exposición (los veremos a continuación), los monumentos mudéjares más importantes de esta ciudad serían:
Capillita del Carmen, de Aníbal González, seguramente el arquitecto más importante del regionalismo historicista andaluz.
Estación de Plaza de Armas de José Santos Silva.
Edificio Adriático de José Espiau.
Pabellón de la Asociación Sevillana de Caridad, otra obra de Aníbal González.
Edificio Ciudad de Londres, de Espaiú también.
Costurero de la Reina. Primer edificio neomudéjar construido en Sevilla.
La ciudad de Málaga también contó con una gran tradición neomudéjar. Los barrios burgueses de El Limonar o La Caleta se levantaron plagados de elegantes villas que seguían este estilo. Además de esto, la capital está repleta de edificios monumentales historicistas, entre los que destacan:
El Mercado de Atarazanas, de Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo: que se construyó a partir de un arco de las antiguas atarazanas musulmanas que se conservaba.
La Plaza de Toros de la Malagueta, del mismo autor.
La Casa de Correos y Telégrafos, de Teodoro de Anasagasti y Algán.
Villa Cele María, en el barrio de La Caleta. Imagen de Tyk en Wikipedia. Lic. CC.
Casa de Correos y Telégrafos de Málaga. Imagen de Olaf Tausch en Wikipedia. Lic. CC.
Dentro ya de la provincia de Cádiz, seguro que conocéis el Gran Teatro Falla de la capital, ya que allí es donde se celebra el concurso de agrupaciones del carnaval que tan seguido es en toda Andalucía. También de estilo neomudéjar son la Fábrica de Tabacos de Cádiz, el Patio del Casino Gaditano, la Estación de ferrocarril o el Edificio del Gallo Azul en Jerez de la Frontera, así como algunas bodegas de Jerez y Sanlúcar de Barrameda.
Estas que hemos visto son las zonas de Andalucía que más patrimonio neomudéjar poseen pero hay muchos más monumentos de este estilo repartidos por muchas localidades de nuestra comunidad. De entre ellos destacamos:
Estación de Sevilla en la ciudad de Huelva, realizada en 1888 por los arquitectos Jaime Font y Pedro Soto.
Edificio del Ayuntamiento de Aracena, de Aníbal González.
Casa Enríquez Barrios, situada en la Plaza de las Tendillas de Córdoba.
Antigua Facultad de Veterinaria de Córdoba, construida en los años veinte del siglo pasado y actual sede del Rectorado de la Universidad cordobesa.
Plaza de toros de Granada, levantada por el arquitecto Ángel Casas en 1928.
Palacio Alpériz en Dos Hermanas.
Edificio Gallo Azul Imagen de CEphotos en Wikipedia. Lic. CC.
Antigua Facultad de Veterinaria. Imagen de Rafael Jiménez en Wikipedia. Lic. CC.
Plaza de Toros de Granada. Imagen de Vitorino M en Wikipedis. Lic CC.
Para saber más
Fachada del Hotel Alfonso XIII. Imagen de Diego Delso en Wikipedia. Lic. CC.
Entre mayo del año 1929 y junio del 1930 se celebró en Sevilla la conocida como Exposición Iberoamericana de 1929, que estaba dedicada al hermanamiento entre los países de la Península Ibérica y los del continente americano . La feria fue un hito importantísimo para todos los ámbitos de la ciudad pero, observándolo desde la posición privilegiada que nos da el paso de tiempo, sin duda podemos decir que en lo que más le afectó el evento fue en su urbanismo. Sevilla, antes de que se celebrara la muestra, vivía una situación urbanística muy dificultosa, con problemas de envejecimiento, de pavimentación, de alcantarillado y de ordenación, por lo que el impulso que recibiría la ciudad en este campo gracias a la exposición supondría un punto de inflexión para su posterior renovación.
Hay que tener en cuenta que un evento de este calibre no solo afectan al urbanismo en sí del recinto de la exposición, sino que también conllevan transformaciones y mejoras en las infraestructuras de toda la ciudad, ya que debe prepararse para ser el centro de las miradas de todo el mundo y acoger un número de visitantes al que no está acostumbrada. De esta forma, en Sevilla para la exposición del 29 se crearon barrios enteros (El Porvenir, Ciudad Jardín o Heliópolis), se modificaron otros (Santa Cruz), se realizaron ensanches (Avenida de la Constitución), se derribaron viviendas, se abrieron plazas y parques, se construyeron todo tipo de edificios y se ornamentó abundantemente la ciudad. Como veis, el lavado de cara que sufrió la capital hispalense fue radical. Todo ello sin contar con todo lo que hubo que construirse en el propio recinto de la exposición, el cual se encontraba en un espacio que abarcaba el Parque de María Luisa, el Prado de San Sebastián y el Paseo de las Delicias hasta llegar a Heliópolis. Multitud de Pabellones, glorietas, monumentos y demás espacios fueron levantados en esa zona para el disfrute de los visitantes al evento.
Una vez que uno se hace consciente de la revolución urbanística vivió Sevilla, es el momento de que la ubique en la época en la que se produjo, y se dé cuenta de que es justo en el momento en el que el regionalismo historicista marcaba las pautas constructivas en toda Europa. Así, como no podía ser de otra manera, Sevilla se llenaría de edificios historicistas de todo tipo y algunos de ellos eran neomudéjares. De hecho, el arquitecto designado como jefe de obras de la exposición no era otro que Aníbal González, que como hemos dicho, es el principal exponente del regionalismo andaluz. Dicho todo esto, vamos a repasar las tres principales construcciones de este estilo más significativas de la exposición:
Plaza de España. Conocida por todo aquel que haya visitado la ciudad. La diseñó el propio Aníbal González y es la construcción más emblemática de la exposición del 29, además de ser el edificio más grande de todo el regionalismo andaluz. Está formada por un enorme palacio y una plaza elíptica de casi 300 metros de diámetro que simboliza el abrazo del Guadalquivir al continente americano. En sus bancos están representadas con azulejos todas las provincias de España, de ahí su nombre.
Pabellón Mudéjar. Hoy Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla. Construido también por Aníbal González, está situado en la Plaza de América, en pleno corazón del Parque de María Luisa. El edificio sigue las pautas constructivas de este arquitecto: ladrillo visto, ornamentación cerámica y madera. Durante la exposición fue el pabellón conocido como de Arte Antiguo.
Hotel Alfonso XIII. Era el hotel oficial de la exposición . Diseñado por José Espiau, fue construido entre 1916 y 1926 e inaugurado por el rey que le da su nombre en 1928. Presenta una gran riqueza decorativa a base de ladrillo, yeso madera y cerámica, y en su interior destacan los arcos, las columnas y los azulejos. En 2015 fue declarado el hotel más lujoso de Europa
Sevilla, 1929 Vídeo de Pacho 1952 extraído de Youtube
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Importante
El neomudéjar es la versión española de la corriente historicista que imperó por toda Europa que buscaba imitar los estilos de épocas pasadas que se consideraban como los tradicionales de la nación. Como el Románico y el Gótico se consideraban de influencia francesa, se optó por reproducir las características del mudéjar, un estilo que si se veía originario de nuestra tierra y que reflejaba bien la esencia andalusí y cristiana de nuestro pueblo. Es un estilo que aparece asociado a construcciones de carácter civil y de ocio como salones de fumar, casinos, estaciones de tren, plazas de toros, sedes de empresas, viviendas, etc.
Los monumentos mudéjares más importantes deSevillaserían la Capillita del Carmen, la Estación de Plaza de Armas, el Costurero de la Reina, el Pabellón Mudéjar o la Plaza de España.
EnMálagadestacan las villas mudéjares de los barrios de la Caleta y el Limonar, así como algunas edificios como el Mercado de Atarazanas, la Plaza de Toros de la Malagueta, del mismo autor o la Casa de Correos y Telégrafos.
Dentro ya de la provincia de Cádiz, tenemos el Gran Teatro Falla, la Fábrica de Tabacos de Cádiz, el Patio del Casino Gaditano, la Estación de ferrocarril o el Edificio del Gallo Azul en Jerez de la Frontera.
Otras construcciones mudéjares destacables son la Estación de Sevilla de Huelva, el edificio del Ayuntamiento de Aracena, la Casa Enríquez Barrios de Córdoba, la Antigua Facultad de Veterinaria de Córdoba, la Plaza de toros de Granada, o el Palacio Alpériz en Dos Hermanas.