Gastronomía
La gastronomía es otro ámbito donde la herencia hispanomusulmana adquiere una gran importancia. En Al-Andalus gustaba mucho compartir mesa con amigos y familiares. Las comidas representaban actos sociales que servían para estrechar lazos dentro de la comunidad y es ahora cuando se introduce el ceremonial que hoy día seguimos usando a la hora de comer. Se empieza con los entrantes y ensaladas, después se pasa los platos a base de carne y pescado y se termina con los postres. Hasta entonces se servía todo a la vez. Por otro lado, también se ha señalado un posible antecedente del tapeo en la costumbre de acompañar a los vinos con aperitivos que existía en las tabernas de esta época.
Las hortaliza, las legumbres, las frutas, el aceite y los cereales eran la base de la alimentación del pueblo llano andalusí, aunque a veces también hubiera sitio para un poco de carne, pescado, leche o queso. En la cocina andaluza de hoy encontramos muchos platos de origen andalusí y algunas de las técnicas de cocina más usadas actualmente provienen de la cultura hispanomusulmana: cocidos, albóndigas, empanadas, gachas, migas, salazones y escabechados o fritos son platos andalusíes que seguimos comiendo en nuestras casas y restaurantes. Otra costumbre de la cocina andalusí que se mantiene es el uso de especies y plantas aromáticas y la mezcla de lo dulce y lo salado, introduciendo los frutos secos y la miel en los guisos.
Tampoco podemos olvidarnos de la apreciada repostería andalusí de la que, por suerte, seguimos disfrutando. Puestos a destacar, haremos mención a las llamadas "frutas de sartén", es decir, buñuelos, churros, pestiños, piñonates, etc., y a los dulces elaborados a base de harina, azúcar, miel, frutos secos y huevos: mazapanes, turrones, alfajores, tocinos de cielo... Otro postre que debemos a los andalusíes es el delicioso arroz con leche.
Urbanismo y artesanía
Por último hablaremos de la huella andalusí que continúa presente en otros aspectos de la vida de los andaluces. Algunas ciudades y pueblos de nuestra comunidad conservan aún su trazado de época musulmana de calles estrechas y asimétricas. Este es la caso, por ejemplo de muchos pueblos de la Sierra de Cádiz. También las casas tradicionales de muchas de nuestras localidades guardan hoy la estructura de época islámica, distribuyéndose en torno a un patio porticado al que asoman las alcobas. El patio, al igual que en época romana, adquiere vital importancia en la vida cotidiana del ciudadano andalusí, convirtiéndose en eje de la vida familiar. Esta tradición ha llegado hasta nuestros días hasta el punto que la Fiesta de los patios de Córdoba que vimos hace un par de temas, mucho debe de su tradición al pasado musulmán de la capital cordobesa.
En artesanía, seguro que no te suena de nada la palabra zellige pero seguro que al ver las imágenes de abajo sin duda reconocerás haberte encontrado con este tipo de decoración en montones de sitios que has visitado: mosaicos a base pequeñas piedras pulimentadas que forman composiciones geométricas de gran belleza y complejidad. De claras reminiscencias islámicas también es la cerámica Fajalauza, que seguro que habrás conocido si has visitado la capital de la Alhambra. Y que decir de la taracea granadina, casi todos los hogares andaluces tienen algún objeto decorado con esta técnica de revestimiento.