1.1. Los Medici
En la segunda mitad del siglo XV, cuando Miguel Ángel vino al mundo, el centro político, cultural y filosófico de toda Europa era Florencia, la ciudad estado donde se gestaba la recuperación de las ideas del mundo clásico y que se denominó Renacimiento. Un tal Cosme de Médici, apodado el Viejo, fue el fundador de esta poderosa dinastía. Junto a su padre Juan, fundan el Banco Médici a finales del siglo XIV, con sedes en Londres y París, convirtiéndose en el hombre más rico de la época. Gracias a su poder económico y sus influencias consiguió hacerse con el mando de la ciudad y creó una de las cortes más refinadas del mundo, donde artistas, filósofos, dramaturgos, músicos y demás humanistas leían y traducían a los sabios y recuperaban los ideales de belleza grecorromanos. Cosme funda la Academia Platónica con el fin de recuperar el saber de la antigüedad. Fue Cosme el Viejo quien encarga a Brunellleschi la famosa cúpula de la catedral.
![]() |
Los Médici en un fresco de B. Gozzoli en 1462 |
A la muerte de Cosme fue su joven nieto, Lorenzo, el que con tan solo veinte años tomó las riendas de la dinastía, y al que se le conocía como Lorenzo el Magnífico, que engrandeció la erudita corte de su predecesor con pensadores de la talla de Pico della Mirandola, Poliziano o Marsilio Ficino. Bajo el mandato de Lorenzo, verdadera edad de oro florentina, se produjeron los mecenazgos de Donatello y Leonardo, entre otros aparte del de Miguel Ángel. Se reconstruye la basílica de San Lorenzo, y se erigen los palacios Pitti y Médici, así como los jardines del Belvedere y la Galería de los Uffizi.
![]() |
Retrato de Lorenzo de Médici |
Ese famoso jardín de San Marcos era una especie de academia al aire libre donde además de Miguel Ángel, otros artistas estudiaban las serenas esculturas clásicas, bajo la dirección de un discípulo de Donatello, el maestro Bertoldo. Entre estos artistas se encontraba Pietro Torrigiano, y juntos fueron a admirar los frescos de Masaccio de la Iglesia del Carmine, y mientras que a uno le entusiasmaron, al otro no le gustaron tanto, comenzando a discutir tan airosamente que la cosa terminó con un brutal puñetazo de Torrigiano que le ocasionó a Miguel Ángel la rotura de su nariz, quedando deformado para siempre tal y como atestiguan sus retratos y autorretratos.
Parece que fue el presagio de malos tiempos para Florencia y para el joven Miguel Ángel. Lorenzo murió súbitamente en 1492, y su sucesor, Piero de Médici, no le encargó grandes obras ni parece que le tenía la misma gran estima que su predecesor. Por otra parte, los ejércitos franceses y españoles amenazaban a la ciudad, y un fraile dominico llamado Girolamo Savonarola estaba agitando a las masas con sus sermones en contra del lujo de la familia gobernante, llegándoles a acusar de herejes, pues tal era su devoción hacia el paganismo griego y romano. La cosa terminó mal para todos: Piero huyó de la ciudad, Miguel Ángel se traslada a Roma y Savonarola acaba quemado en la hoguera.
Los Médici gobernaron la ciudad hasta el asesinato en 1537 del primer duque de Florencia, Alejandro de Médici, pero siguieron ejerciendo una gran influencia durante más de dos siglos, saliendo de esta saga familiar nada menos que tres papas y dos reinas de Francia, entre otras muchas figuras destacadas.
Pues en esta época de esplendor de la Toscana nació Miguel Ángel Buonarroti en 1475 en Capresse, cerca de Arezzo. Desde muy joven demostró grandes cualidades artísticas pero su padre se negó a que estudiara como aprendiz a algún taller ya que en esa época era una actividad de muy poco prestigio social. Pero no pudo resistirse, y en 1488 Miguel Ángel ingresó en el prestigioso taller de la familia de los Ghirlandaio.
![]() |
Ejecución de Savonarola |
En esa época el jovencísimo Miguel Ángel visitaba el jardín de San Marcos que los Médici habían poblado de magnificas esculturas de la antigüedad clásica, y se encontró con el mismísimo Lorenzo. Éste le preguntó que a qué se dedicaba, y tras decirle Miguel Ángel que era aprendiz en el taller de los Ghirlandaio, Lorenzo fue a ver sus obras y tan impresionado quedó que inmediatamente se llevó al joven genio a su corte, quedando Miguel Ángel instalado allí y rodeado de los más grandes humanistas del momento.
Ese famoso jardín de San Marcos era una especie de academia al aire libre donde además de Miguel Ángel, otros artistas estudiaban las serenas esculturas clásicas, bajo la dirección de un discípulo de Donatello, el maestro Bertoldo. Entre estos artistas se encontraba Pietro Torrigiano, y juntos fueron a admirar los frescos de Masaccio de la Iglesia del Carmine, y mientras que a uno le entusiasmaron, al otro no le gustaron tanto, comenzando a discutir tan airosamente que la cosa terminó con un brutal puñetazo de Torrigiano que le ocasionó a Miguel Ángel la rotura de su nariz, quedando deformado para siempre tal y como atestiguan sus retratos y autorretratos.
Parece que fue el presagio de malos tiempos para Florencia y para el joven Miguel Ángel. Lorenzo murió súbitamente en 1492, y su sucesor, Piero de Médici, no le encargó grandes obras ni parece que le tenía la misma gran estima que su predecesor. Por otra parte, los ejércitos franceses y españoles amenazaban a la ciudad, y un fraile dominico llamado Girolamo Savonarola estaba agitando a las masas con sus sermones en contra del lujo de la familia gobernante, llegándoles a acusar de herejes, pues tal era su devoción hacia el paganismo griego y romano. La cosa terminó mal para todos: Piero huyó de la ciudad tras la entrada de las tropas francesas en 1494, Miguel Ángel se traslada a Roma y Savonarola acaba quemado en la hoguera.
Se había terminado para siempre esa Florencia culta, refinada, en donde se gestó el Renacimiento y se dio por acabada la Edad Media para dar comienzo a la Edad Moderna.
A los humanistas de la corte de los Médici les debemos la implantación del Renacimiento y el fin de la Edad Media. Marsilio Ficino fue el filósofo que estuvo al frente de la Academia Platónica. Entre sus ideas, cabe destacar su visión antropocentrista del hombre, centro del universo, y afirmó que la melancolía era una característica del genio creador. Su discípulo Pico della Mirandola estableció nexos de unión entre la filosofía griega, el paganismo romano, el cristianismo y el judaísmo, así como entre el ideal de belleza y la espiritualidad. Y ambos influyeron notablemente en Miguel Ángel y en toda su producción artística.
Tras dejar Florencia y establecerse algún tiempo en Bolonia, Miguel Ángel se traslada a Roma, donde comienza su peculiar relación con el Vaticano, realizando su majestuosa Piedad. Vuelve a Florencia por unos años, entre 1502 y 1504 para realizar su monumental David, y ya no volverá a la capital de la Toscana hasta 1513 para acometer varios encargos de los papas León X y Clemente VII, ambos de la dinastía Médici, para ya establecerse definitivamente en Roma a partir de 1534, donde fallecerá en 1564, causando una de las pérdidas más lamentadas de todo el arte.
Sepulcro de Miguel Ángel diseñado por Vasari |
Importante
El mayor genio de todo el siglo XVI nació en la Toscana en 1475 y murió en Roma en 1564. Su mecenas fue el gran Lorenzo de Médici, perteneciente a la poderosa familia que gobernaba Florencia. Estudió a los clásicos y se formó con grandes humanistas de la talla de Pico della Mirandola y Marsilio Ficinio, y sus ideas neoplatónicas del ideal de belleza como reflejo del mundo de las ideas marcó toda su producción.