6.1. Los suelos: diversidad y tipología de los suelos españoles

El suelo y los horizontes edáficos

El suelo es un factor determinante para la vegetación que se desarrolla en el mismo. Su génesis es producto de la interacción de elementos orgánicos, es decir, que están o han podido estar vivos, y elementos inorgánicos, es decir, que no tienen vida, como es el caso de las rocas.

Al analizar el perfil de un suelo en profundidad, desde la superficie hasta la roca madre sobre la que se forma, es posible diferenciar una serie de horizontes en función de los cuales, se analiza la calidad y la fertilidad o la pobreza de dicho suelo. Estos horizontes son:

  • El A, que es el horizonte superficial y está compuesto por materia orgánica en descomposición (hojas, raíces, tallos, insectos, etc.) o humus, suele ser de color oscuro y su espesor es muy importante para explicar la fertilidad del mismo.
  • El B, también denominado horizonte de acumulación, pues en él se depositan las sustancias minerales que proceden de la descomposición de la roca madre, a la vez que se acumula la materia orgánica procedente del horizonte superficial A de ese mismo suelo.
  • El C, u horizonte meteorizado, que es el que sirve de transición entre el de acumulación y la propia roca madre en descomposición, que es la que soporta el basamento de dicho suelo.

Según las características que posean y la composición de los mismos, los suelos favorecerán un tipo de vegetación u otra, así en los climas oceánicos predominan las tierras pardas y húmedas sobre roca caliza, que suelen ser fértiles y en las que se dan cultivos como el maíz, mientras que cuando la roca madre es de tipo silíceo, sobre ella se da el bosque y el pastizal.

En climas mediterráneos existen suelos pardos dedicados principalmente a las dehesas; rojos que son muy fértiles y que por lo tanto se destinan a cultivos; negros, que también son muy fértiles, como los existentes en el valle del Guadalquivir; terras rossas o arcillas procedentes de la descalcificación de la roca caliza, de una fertilidad más reducida, y suelos grises que abundan en las zonas esteparias.

Existen también los llamados suelos intrazonales que presentan una gran variedad, como los volcánicos, salinos, arenosos, aluviales, encharcados, calizos, etc.

En los suelos hay que tener en consideración la pendiente que posean, ya que dependiendo de su grado habrá especies vegetales que puedan crecer en los mismos o tendrán la roca madre en la misma superficie. Esto sucederá en el caso en el que la pendiente sea tan pronunciada, que los suelos no pueden depositarse sobre la roca madre y formar los horizontes antes mencionados.

El humus
El humus ocupa la parte más superficial del suelo
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