4.3. Los grandes conjuntos morfoestructurales de la península y las islas

Las grandes unidades morfoestructurales del relieve español.

Para analizar cómo es el relieve de España es preciso conocer cuáles son los materiales que lo componen, en qué momento se han formado o cómo son los principales ejemplos de modelado.

Una vez que ya hemos analizado previamente todas estas características, es necesario que demos ya un paso más y conozcamos de qué forma se disponen las grandes unidades que configuran el relieve.

Para simplificar esta cuestión, es preciso hacer en primer lugar una división del mismo en grandes bloques que permitan conocerlo con mayor facilidad.

Por eso, habitualmente, se distinguen cuatro grandes apartados. Son los siguientes:

  • La gran meseta central, que al ocupar el centro de la península estructura y dispone la forma del resto del relieve peninsular.
  • Las cordilleras circundantes, que son los rebordes de la meseta. En ellas distinguimos el macizo Galaico, los Montes de León, la cordillera cantábrica, el sistema Ibérico y Sierra Morena.
  • Las unidades exteriores o periféricas, que se pueden subdividir en grandes arcos montañosos, como los Pirineos y los sistemas Béticos, y depresiones interiores, entre las que destacan la del valle del río Guadalquivir y la del valle del río Ebro.
  • Los archipiélagos balear y canario, así como las otras unidades ajenas a la meseta, bien sean las islas del mar de Alborán o bien las ciudades autónomas del norte de África.

Como puedes comprobar, el relieve de España en general y el relieve peninsular en particular, no es en modo alguno homogéneo, por el contrario, existen en él una gran cantidad de accidentes que hacen de nuestro país un conjunto bastante complejo a la hora de analizar las principales unidades que lo componen.

Unidades de relieve peninsulares y de las Baleares
Principales unidades de relieve peninsulares y de las Baleares
Imagen en Wikimedia Commons de Bas de Jong bajo CC

Importante

CONCEPTOS

  • Plegamiento: Ondulación de los estratos a consecuencia de los movimientos tectónicos.
  • Falla: Fractura de la corteza terrestre que se manifiesta en la discontinuidad de los estratos.
  • Sinclinal: Pliegue cuyas capas convergen hacia abajo, es decir, en forma de cuenco.
  • Anticlinal: Pliegue cuyas capas convergen hacia arriba, es decir, en forma de bóveda.
  • Estrato: Capas de rocas de origen sedimentario.
  • Tectónica: Fuerza capaz de producir un movimiento, deformación o ruptura.
  • Meseta: Forma del relieve que ocupa una gran superficie y que está poco accidentada. Por lo general suele estar al menos a una altitud 300 metros más elevada que las regiones que la rodean.
  • Penillanura: Superficie aplanada por la erosión que, tal y como su propio nombre indica, forma una "casi llanura".
  • Llanura: Extensión de terreno en la que no aparecen ni elevaciones ni depresiones.
  • Cordillera: Conjunto de montañas o de sierras enlazadas entre sí.
  • Sierra: Parte de una cordillera.
  • Sistema: Conjunto estructurado de cadenas de montañas interrelacionadas.
  • Erosión: Acción de desgaste de la superficie de la Tierra como consecuencia de la acción de diferentes agentes que influyen en ella. Entre estos sobresalen el agua, viento, hielo, nieve en incluso la propia acción humana). El transporte de materiales de cualquier tipo también forma parte de los procesos erosivos. 
  • Sedimentación: Acción de depositarse los materiales en un lugar determinado, tras haber sido transportados allí por un determinado agente erosivo: río, viento, mar, etc.
  • Zócalo: Conjunto de materiales de carácter metamórfico o cristalino, que forman una plataforma rígida. Posteriormente dicha plataforma ha sido recubierta por sedimientos en épocas geológicas posteriores e incluso se puede dar el caso de que más recientemente se haya producido un rejuvenecimiento del mismo como consecuencia de orogenias de tipo alpino.