8. Los recursos hídricos subterráneos y la gestión de su explotación

El agua potable es un recurso esencial para la vida animal y humana. Solamente existe agua dulce potable o en condiciones de fácil potabilización en la superficie de los continentes (ríos, lagos y glaciares) y en el subsuelo continental (acuíferos o aguas subterráneas).

Antes de seguir, conviene que repases lo aprendido en el tema 1 de la unidad 4 sobre el ciclo del agua y las aguas subterráneas.

Hasta hace poco, cuando hablábamos de reservas hídricas nos referíamos solo al agua almacenada en embalses de ríos. Pero cada vez se extrae una mayor cantidad de aguas subterráneas. Por tanto, en la gestión de los recursos hídricos, sabiendo que el agua es un recurso renovable porque continuamente está cambiando de compartimento en el ciclo del agua, habremos de tener en cuenta la fórmula del balance hídrico:

Fórmula balance hídrico
P = precipitaciones; ES = escorrentía superficial; I = infiltración; ET = evapotranspiración

Caso práctico

Acuíferos subterráneos de España Cuencas hidrográficas españolas
(Para ver las imágenes a mayor tamaño, pulsa sobre ellas)
Imágenes del Instituto Geográfico Nacional en Mapas de aguas en EspañaAutorización del IGN   


Observa los dos mapas y contesta razonadamente a las cuestiones:

1. Hay alguna cuenca hidrográfica en la que prácticamente no existan acuíferos?  ¿Quiere eso decir que no hay reservas de agua en esa cuenca?

2. ¿Por qué en el sistema ibérico y en el Prebético predominan los acuíferos calcáreos, mientras en las cuencas del Duero y Tajo predominan los detríticos?

3. La mayoría de las cuencas hidrográficas se extienden por dos o más comunidades autónomas. ¿Qué implicaciones tiene este hecho a la hora de gestionar esos recursos hídricos?

Esquema de bombeo de un pozo
Cono de depresión en un pozo
Imagen de Didiervberghe en Wikimedia commonsDominio público

El almacenamiento (las reservas, por tanto) del agua superficial de escorrentía, es fácil de medir en los embalses y depende en gran medida del clima, aunque también de la naturaleza del terreno y su facilidad para la infiltración. En cambio, la medida de las reservas hídricas de los acuíferos son muy difíciles de medir. En parte porque se supone que existen muchos acuíferos aún sin conocer y porque los más profundos son poco dinámicos y si se extrajera agua de ellos tardaría muchos años en renovarse.

En los acuíferos el agua llega por infiltración, se mueve por gravedad y por porosidad a favor de gradientes, se almacena y vuelve a salir al exterior en surgencias, fuentes o manantiales, que van a alimentar a los ríos o artificialmente, mediante pozos. 

Las descargas naturales de los acuíferos, se realizan directamente bajo la atmósfera (manantiales subaéreos) o bajo la superficie de océanos, lagos o ríos (manantiales subacuáticos). La causa más frecuente de la aparición de manantiales es la variación local de permeabilidad del terreno, que se puede deber a cambios en la naturaleza de la roca o a estructuras tectónicas como una falla. Son frecuentes en zonas de montaña (manantiales de ladera), cuando la superficie de terreno intercepta al nivel freático produciendo la salida del agua. Las aguas que se comercializan como “minerales” suelen tener su origen en manantiales poco contaminados de zonas de montaña. 

Las descargas artificiales (pozos) son método más habitual de explotación de acuíferos, mediante la perforación de pozos verticales que alcanzan el nivel freático local, desde donde se extrae el agua por bombeo. Cuando un pozo empieza a bombear agua subterránea, se produce un "vacío" que origina un cono de depresión a su alrededor, tanto más profundo y extenso  cuanto mayor sea el caudal de explotación y menor sea la permeabilidad del acuífero, debido a que el agua tiene que fluir hacia esa zona para llenar el "vacío" generado por la extracción.

El diámetro del pozo tiene poca importancia en el caudal de agua que suministra, que depende más de la permeabilidad de la roca y del radio del cono de depresión. Si los pozos de una zona están demasiado próximos, llegan a superponer sus conos de depresión, originando un descenso general del nivel freático y pudiendo secar los pozos menos profundos.

Importante

Para prever los recursos hídricos e intentar satisfacer las necesidades humanas, se debe hacer una gestión conjunta de las cuencas (de las aguas superficiales más las subterráneas).

La extracción de aguas subterráneas se puede hacer directamente en las fuentes, o mediante perforación del terreno a través de galerías o pozos.

Este artículo de Juan María Fornés en El Cultural.es habla de la importancia de las aguas subterráneas y de la necesidad de gestionarlas adecuadamente.