Resumen

Dolmen de la Pastora. Valencina de la Concepción. Sevilla
Dolmen de la Pastora. Valencina de la Concepción.
Imagen de J. C. Cazalla en Wikipedia. Lic. CC

El patrimonio andaluz tiene sus primeros ejemplos en la prehistoria. Tanto el paleolítico como el neolítico tienen importante presencia en nuestra región. De hecho, últimas investigaciones indican que el primer homínido que vivió en la Península Ibérica lo hizo en la provincia de Granada. Es el hombre de Orce.

En Neolítico nos ha dejado el primer patrimonio arquitectónico conocido: los megalitos. Menhires, cromlech y dólmenes son los tipos de estas edificaciones, que tienen en nuestra comunidad importantes ejemplos. Entre ellos destacan los de Antequera, que han sido recientemente incluidos en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Durante el Calcolítico aparecen en Andalucía tres culturas fundamentales para comprender este periodo:

  • Cultura de los Millares
  • Cultura del Vaso Campaniforme
  • Cultura del Argar
Dama de Baza. Siglo V a. C
Dama de Baza. Siglo V a. C
Imagen de S. Relanzón en Wikipedia. Lic. CC

El pueblo colonizador que más influencia tuvo en Andalucía fue el fenicio; un pueblo eminentemente comercial que llegó desde Asia menor y que se instaló durante siglos. Su influencia en la vida y la cultura de los pueblos locales fue fundamental. Los Hornos Púnicos de Torre Alta, en San Fernando, la zona arqueológica de Setefilla, en Lora y la factoría de Salazones de El Majuelo, en Almuñécar son tres de los mejores ejemplos de su patrimonio inmueble.

Tartessos, más allá de su real existencia como gran pueblo y gran reino peninsular durante la antigüedad, nos ha dejado un patrimonio de gran calidad y trascendencia. Las dudas sobre su origen o sobre su importancia son serias. lo cual no quita que algunas de sus piezas sean las más destacadas del patrimoino andaluz. Entre ellas, el Tesoro del Carambolo, es una auténtica maravilla estética y técnica.

Los íberos fueron los pueblos locales que habitaban el sur de la Península Ibérica hasta la llegada de los romanos. Fueron muy permeables a influencias exteriores, especialmente a fenicios y griegos. Aún hoy se mantienen importantes bienes inmuebles como la Muralla de Porcuna o la de Cástulo; aunque lo más destacado son sus piezas escultóricas, con la Dama de Baza como gran ejemplo de la capacidad creativa y estética de los íberos bastetanos.

Yacimiento de Cástulo
Yacimiento de Cástulo. Linares.
Imagen del IAPH

Un conjunto, yacimiento o zona arqueológica es un espacio en el que se concentran restos arqueológicos (materiales, estructuras y restos medioambientales) en el que es evidente la actividad humana.

Los yacimientos arqueológicos más importantes del neolítico son los dólmenes, entre los que destacan, como no, el conjunto megalítico de Antequera.

De época tartésica conservamos algunos yacimientos muy interesantes. Quizá el más importante sea el del Carambolo, en Sevilla, aunuqe no podemos dejar atrás a otros como Asta Regia, en Jerez de la Frontera y el de Tejada la Vieja, en Escacena del Campo, Huelva.

En cuanto a los yacimientos íberos, los más importantes se encuentran en Jaén, entre los que destacan los de Cerrillo Blanco y Cástulo. Sin olvidar, claro, el granadino de Cerro Cepero, en las postrimerías de Baza, al norte de la provincia de Granada.

Diana Cazadora. Itálica
Diana Cazadora. Itálica.
Imagen de M. Camacho en Ceres. MCDE

Durante más de 700 años, Roma impuso en la Bética su cultura, su lengua y sus instituciones. De ahí que su legado sea tremendamente importante para nuestra comunidad. Y cuando hablamos de legado hemos de incluir, por supuesto, su patrimonio, tanto mueble como inmueble.

El patrimonio inmueble lo podemos dividir en dos:

Urbanístico: la construcción de ciudades ex professo o la adaptación de las antiguas a las nuevas necesidades son una constante. Entre ellas destacan ciudades como Baelo Claudia o la propia Corduba.

Arquitectónico: la arquitectura romana es eminentemente práctica en el que lo que importa es, por encima de todo, su función. En Andalucía destacan construcciones de infraestructuras tales como el puente romano de Córdoba o el Acueducto de Almuñecar, pero también construcciones religiosas, como el templo de la capital cordobesa.

El patrimonio mueble lo podemos centrar en la escultura, aunque ejemplos también en artes decorativas que son muy interesantes, especialmente en vídrio o cerámica. Las piezas escultóricas más destacadas que tenemos son relieves (sobre todo sarcófagos del siglo IV d. C), esculturas de cuerpo entero (como las del siglo II d. C de Itálica) o los bustos, tanto religiosos (Fortuna torreada) como de retratos.

Vista aérea del teatro de Baelo Claudia
Vista aérea del teatro de Baelo Claudia.
Imagen de Rutas del Teatro de Andalucía. Consejería de Cultura

Los conjuntos arqueológicos andaluces que mejor representan el patrimonio andaluz de esta época son:

Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, en Bolonia, Cádiz. Su cercanía al mar le hacía ser un centro de comercio importante, sobre todo con el norte de África. Sus elementos más llamativos son: la muralla, el teatro, la basílica, y la fábrica de salazones y garum.

Conjunto Arqueológico de Itálica, en la localidad de Santiponce, Sevilla. Fue fundada al inicio de la conquista romana, siendo la primera ciudad fundada por Roma en la Península. Sus construcciones más importantes son: el anfiteatro, el teatro, las termas y la muralla.

Conjunto Arqueológico de Acinipo, cerca de la actual Ronda. Con una buena red de comunicaciones, fue un municipio de cierta importancia sobre todo entre los siglos I y II d. C. Los edificios más destacados de este conjunto son: el teatro, las termas y la necrópolis.

Conjunto Arqueológico de Munigua, localizado en Villanueva del Rñio y Minas, al norte de la provincia de Sevilla. Fue descubierto a finales del XVIII, lo cual le confirió una pronta protección y reconocimiento. Sus restos más importantes son: sobre todo el santuario, pero también el templo tetrástilo, el foro y las termas.