1.2. Colonizadores, Tartessos e íberos

Seguro que sabes que la ciudad andaluza más antigua, que se fundó hace más tiempo, fue Cádiz, aquel Gadir fenicio que está fechada en el año 1104 a. C. Es cierto que esta fecha es más mítica que otra cosa, pero recientes excavaciones hablan de restos de esta primera ciudad a lo largo del siglo IX a. C. Esto supone, para que te hagas a la idea de su antigüedad, unos 200 años antes de la fundación de Roma.

Quienes fundaron la ciudad gaditana fueron los fenicios, un pueblo comercial que provenía de Asia menor, en los territorios que actualmente ocupan, aproximadamente, Líbano, Israel y Siria. El momento de expansión económica de su capital, Tiro, llevó a establecer relaciones comerciales y a fundar colonias por casi todo el Mediterráneo, llegando a la Península Ibérica, como decíamos, en torno al siglo IX a. C. 

De la colonización fenicia aparecen ciudades como la citada Gádir, pero también Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra), Malaka (Málaga) y enclaves comerciales importantes que darían lugar a ciudades de cierta importancia tales como Salambina (Salobreña), Carteia (San Roque) o la propia Onuba (Huelva).

Su mayor desarrollo comercial fue entre los siglos VIII y VII a. C, coincidiendo con la expansión asiria por oriente medio. Esto le cerró las puertas comerciales a los fenicios hacia oriente, lo que les obligó a centrarse en la zona occidental. En nuestros territorios, los fenicios desarrollaron producciones como la pesquera, con las almadrabas de atún. Es muy posible que los fenicios introdujeran en el sur de la Península Ibérica las salinas a gran escala y un cultivo que hoy día forma parte de nuesto día a día y de nuestro patrimoino: el olivo

También los griegos llegaron a nuestras cosas. Su influencia, siendo importante, es menor que la fenicia, aunque su trayectoria cultural y económica - de gran calado - hacen que algunos de los mejores restos pertenezcan a esta época. No hay que olvidar que Tartessos, de la que hablaremos a continuación, mantuvo una estrecha relación comercial y cultural con los griegos, que llegaban por la superpoblación de su territorio y que establecieron colonias como Mainake (en una zona entre Málaga y Granada que aún no se ha determinado) y posiblmente Portus Menestheus (actual Puerto de Santa María).

Nuestro patrimonio tiene importantes ejemplos de este momento colonizador. Aquí te presentamos algunos de los más destacados:

Elementos patrimoniales de las colonizaciones de la antigüedad en Andalucía
Hornos púnicos de Torre Alta, San Fernando. Cádiz Datados entre el siglo VI y el siglo I a. C se corresponden con dos talleres alfareros púnicos y fenicios. En él se fabricaban diferentes recipientes en cerámica utilizados para el transporte de conservas de pescado. Hornos púnicos de Torre Alta, en San Fernando. Cádiz Fotografía de Yuntero en Wikipedia. Lic. CC
Zona arqueológica de Setefilla. Lora del Río. Sevilla. En el Castillo de Setefilla, situado en la Mesa de Setefilla, nos encontramos con un importante conkunto arqueológico con restos de diferentes épocas, entre el II milenio y el siglo VI a. C. Vista superior de la zona arqueológica de Setefilla. Lora del Río Imagen de Datuopinión.com
Factoría de salazones de El Majuelo. Almuñécar. Granada En el Parque del Majuelo tenemos los restos arqueológicos de la fábirca de salazones, una actividad de la que Almuñécar dependió económicamente durante años y que tuve su inicio en la época fenicia (siglo V a. c) y que s emantuvo activa hasta el siglo II d. C. Fábrica de salazones de Almuñécar. Imagen de J.L Filpo en Wikipedia. Lic. CC

Curiosidad

Dibujo de una de las espadas halladas en el depósito de la ría de Huelva
Espadas del Depósito de la Ría de Huelva.
Imagen tomada del artículo Dos notas sobre el depósito de la ría de Huelva

Allá por el año 1923, en pleno auge de la minería onubense, la compañía minera Tharsis solicitó el dragado del río Odiel para mejorar las condiciones de acceso y los trabajos de la mina onubense. A unos 9 metros de profundidad, la draga Cinta, mientras removía el lecho de la ría, encontró 7 espadas antiguas que no eran otra cosa que el avance de unos de los descubrimientos arqueológicos más llamativos de la provincia onubense. Las excavaciones sacaron a la luz casi 400 piezas en metal entre las que había espadas, puntas de lanza, puñales, broches de cinturón, fíbulas, alfileres...

A este hallazgo se le conoce como el depósito de la ría de Huelva, y habla de piezas que rondan el siglo IX elaboradas con distintos metales: bronce, cobre, hierro e incluso madera. Algunos años después aparecieron otros restos, como el de un casco de origen griego que hizo pensar en un origen oriental de estos objetos.

No está claro el origen de este yacimento. Algunas teorías apuntan hacia el hunidimiento de un barco que transportaba chatarra para ser fundida. A favor de esta teoría juegan el hecho de la gran cantidad de objetos metálicos encontrados en un mismo "paquete arenero", que fue el que apareció con el dragado e incluso restos en madera que pueden provenir del propio casco del barco. Otra teoría apunta hacia un tipo de rito funerario en la que el cadáver era situado a la orilla del río y las armas eran arrojadas al agua. A favor de esta teoría tenemos la homogeneidad de los materiales aparecidos.

En la actualidad los restos que no están en manos de colecciones privadas están en el Museo Arqueológica Nacional y en el Museo Provincial de Huelva.

Actividad de lectura

Antes de empezar a hablar de Tartessos queremos que leas este texto y responda a las siguientes cuestiones

"(...) un navío samio, que tenía por patrono a Colaios y que se dirigía hacia Egipto, fue arrojado fuera de su ruta a la isla de Platea; las samios confiaron todo el asunto a Corobios y le hicieron un depósito de víveres para un año. Ellos mismos, que, al partir de la isla, habían marchado con un enorme deseo de llegar a Egipto, navegaron fuera de su ruta, arrastrados por el viento del Este; y, sin dejar de soplar el viento, alcanzaron las columnas de Hércules y, conducidos por un dios, llegaron a Tartessos. Este lugar de comercio estaba sin explotar en esta época, de forma que, a su vuelta, estos samios realizaron con su cargamento el mayor beneficio que haya conseguido hasta ahora ningún griego, del que nosotros tengamos referencias exactas, si exceptuamos a Sóstrato, hijo de Laodamente de Egina, que ningún otro puede compararse con éste. De sus ganancias los samios dedujeron el diezmo, seis talentos y ordenaron fabricar un jarrón de bronce en forma crátera argólica."

Heródoto hablando sobre Argantonio, rey tartessio

  1. Investiga quiénes eran los samios.
  2. ¿Qué eran las columnas de Hércules?
  3. ¿Con quién se encontraron?
  4. ¿Qué beneficios obtuvieron los samios de este descubrimiento?
  5. Este texto procede de una obra de Heródoto, un historiador del siglo V a. C. En él, se afirma la existencia de este pueblo, los tartessos. ¿Dirías que esta fuente es suficiente como para aceptar la existencia de Tartessos?

Mapa de la zona de influencia de Tartessos
Mapa de la zona de influencia de Tartessos
Imagen de Te y Kriptonita en Wikipedia. Lic. CC

Existiera o no; fuera un reino con la trascendencia que muchos decía o no lo fuera, lo cuerto es que Tartessos forma parte de la historia andaluza. De la historia y de su patrimonio, claro.

Las teorías tradicionales hablan de una sociedad avanzada, con un importante desarrollo comercial, minero y agrícola, que se localizó en Andalucía occidental, posiblemente con su centro de acción en el actual Parque de Doñana y que tuvo su máximo esplendor entre los siglos VII y V a. C. Se habla de un reino cuya zona de influencia iba desde Gibraltar hasta Sierra Morena y desde el Atlántico hasta incluso Cartagena y que tuvo un rey, Argantonio (hombre de plata), que dicen que llegó a gobernar durante 100 años.

Lo cierto es que estas teorías, además de tener un importante aporte mitológico, llevan unos años siendo dejadas atrás para ser sustituidas por otras que dicen que, en realidad, Tartessos no fue sino un pueblo íntimamente relacionado con los fenicios, una parte más de su expansión.

Sea como sea, Tartessos, independientemente de su origen, nos interesa ya que nos aporta algunos de los mejores ejemplos del patrimonio arqueológico que podemos disfrutar en nuestra comunidad.

Quizá el más conocido y el que más trascendencia tuvo, por cuanto supuso la confirmación de la existencia de Tartessos como una cultura propia de nuestra tierra (al menos durante unas décadas) es el Tesoro del Carambolo. Hallado de forma fortuita por unos obreros en Camas, estamos ante una de las colecciones más importantes de Andalucía. El descubrimiento, de 1958 sacó a la luz 21 piezas de oro de 24 kilates formadas por brazaletes, colgantes con forma de piel de toro, plaquetas con decoración de rosetas, otras plaquetas con decoración de semiesferas y un collar. El total pesaba cerca de 3 kilos. Juan de Mata Carriazo, el historiador que las estudió, hablaba de ellas como "un tesoro digno de Argantonio".

Otra pieza importante de Tartessos es otro bien mueble, el conocido como Bronce Carriazo. Hablamos de una placa (pudo ser el bocado de un caballo) de apenas 15 cm de alto datado en torno al siglo VI a. C y que representa a la diosa Artarté, que aparece con una túnica de magas cortas decoradas con lirios y acompañada por dos aves cuyas alas se unen justo encima de la cabeza de la diosa. Curiosamente, este pieza fue descubierta por el historiador en un mercadillo de la capital hispalense allá por los años 50 del pasado siglo.

Ambos elementos, junto a otros cinco piezas más encontradas en las excavaciones del Yacimiento del Carambolo han sido recientemente (abril de 2016) inscritas como Bien de Interés Cultural por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Además de estos dos famosos elementos patrimonioales, Tartessos nos ha dejado importantes conjuntos arqueológicos; yacimentos destacados que veremos en el siguiente apartado.

Tesoro del Carambolo Bronce Carriazo. Exvoto de época tartésica
Tesoro del Carambolo.
Imagen de J.L Bernardes en Wikipedia. Lic. CC
Bronce Carriazo. Exvoto de época tartésica.
Imagen de J.L Bernardes en Wikipedia. Lic. CC

Para saber más

Fotografía del historiador Juan de Mata Carriazo
Juan de Mata Carriazo.
Fotografía del Dpto. de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla.

Las teorías sobre la existencia o no de Tartessos han variado mucho con los años.

Como has visto, las fuentes clásicas hablan de la existencia de este reino, con una enorme importancia y una riqueza sin parangón en la Península Ibérica. La cuestión es que durante siglos no hubo constancia material de la existencia real de Tartessos. Hasta septiembre de 1958 cuando unos obreros que trabajaban en un club de tiro en Camas, Sevilla, descubrieron un recipiente de barro dentro del cual había un tesoro de valor incalculable: el Tesoro del Carambolo. El arqueólogo Juan de Mata Carriazo llevó a cabo el estudio de las piezas y las excavaciones en la zona, pero su conclusión era sencilla: por fin había constancia tangible de la existencia de Tartessos. El oro macizo de estas piezas demostraban, además, la enorme riqueza del pueblo que las había diseñado. No podía haber dudas.

No fue hasta la década de los 90 del siglo pasado cuando se plantearon dudas serias al respecto. El hecho de no haber encontrado más yacimientos que confirmaran la existencia de Tartessos volvía a poner en duda su existencia. No parecía que tuviera mucho sentido que una sociedad y una cultura tan importante no hubiera dejado más huellas de similar valor. Además, tampoco se habían descubierto restos de la ciudad más importante de esta cultura. Las dudas persistían.

Los trabajos arqueológicos llevados a cabo entre los años 2003 y 2005 sostuvieron aún más esta teoría: Tartessos no era más que una parte de la colonización fenicia por el sur de la Península Ibérica. El Carambolo no era un asentamiento indígena, tartéssico, sino un santuario fenicio dedicado a la diosa Astarté. Sí había cierto mestizaje entre el pueblo de origen fenicio que llegó y el local, pero nada más.

En la actualidad hay tres líneas teóricas sobre Tartessos:

  • Fue una evolución de la población local al relacionarse con los colonizadores fenicios.
  • Es un proceso de aculturación de los pueblos locales con la llegada de los fenicios
  • Sí hubo un reinado tartessio de cierto peso como lo demuestran similitud en los restos arqueológicos hallados en otras zonas como Badajoz o Coria del Río.

En cualqiuer caso, parece que las líneas científicas abogan más por la teoría fenicia que por la tartéssica propiamente dicha. No en vano, el propio Museo Arqueológico de Sevilla, en el que se aloja en Tesoro del Carambolo indica en su cartela que el origen es, efectivamente, fenicio.

Si quieres saber algo más sobre las interpretaciones del origen de Tartessos, aquí te dejamos tres artículos que te pueden resultar muy interesantes:

Dama de Baza. Siglo V a. C Mapa de la Península Ibérica con los diferentes pueblos íberos
Dama de Baza. Siglo V a. C
Imagen de S. Relanzón en Wikipedia. Lic. CC
La Península Ibérica de los íberos
imagen de Alcides Pinto en Wikipedia. Lic CC

Los otros pueblos que ocuparon el territorio andaluz hasta la llegada de los romanos fueron los íberos. Túrdulos, turdetanos, oretanos y bastetanos son los pueblos íberos que se desarrollaron en nuestra región. Hay que tener en cuenta que, aunque con elementos diferentes, lo cierto es que mantenían estructuras sociales y culturales similares, de ahí que todos se agrupen en torno a ese concepto de íbero, que en realidad hace referencia a los pueblos que ocuparon gran parte de la Península Ibérica desde el siglo VI a. C hasta la llegada de los romanos.

Los íberos eran descendientes de las comuniaddes prehistóricas establecidas en Andalucía y en la fachada mediterránea, pero además, tenían una característica determinante: vivieron bajo la intensa influencia de los pueblos colonizadores (sobre todo fenicios, pero también griegos) y de esa cultura tartésica que, como hemos visto, también estaba íntimamente relacionada con los fenicios.

Esta influencia es determinante sobre todo en lo que nos ocupa: el patrimonio ya que todas las piezas y elementos patrimoniales que conservamos tienen una íntima relación con las formas, los usos y las estéticas colonizadoras y tartésicas. Eso no quita, claro, que tuvieran un lenguaje y una idiosincrasia propia.

Podemos dividir el patrimonio íbero de nuestra región en dos grandes grupos: el arquitectónico y el escultórico.

  • En arquitectura tenemos algunos ejemplos destacados, básicamente en la provincia de Jaén. En la primera destacaca el conjunto arqueológico de Cástulo, a unos 5 kilómetros de Linares. En él podemos encontrar los restos de la muralla íbera y algunas tumbas. Ambas tienen un marco cronológico amplio, entre los siglos VI a. C y I d. C. También en la provincia de Jaén, en plena Sierra de Cazrola, tenemos la Cámara sepulcral de Toya, datada en torno al siglo V a. C, perteneciente a una necrópolis íbera y que se conserva bastante bien. Otro importante ejemplo lo tenemos en Porcuna, una localidad jiennense, cercana a la provincia de Córdoba y que posee los restos de una muralla íbera de gran interés.
    Muralla ínera de Cástulo. Jaén Acceso a la cámara sepulcral íbera de Toya Muralla íbera de Porcuna. Jaén
    Muralla íbera de Cástulo. Jaén.
    Imagen en la web del Conjunto arqueológico de Cástulo. Consejería de Cultura.
    Cámara sepulcral de Toya.
    Imagen del IAPH
    Muralla íbera de Porcuna. Jaén.
    Imagen de rutadelosiberos.ideal.es

  • En escultura es donde tenemos los mejores ejemplos de patrimonio, en este caso mueble, del arte íbero en Andalucía. Son varios los conjuntos y las piezas importantes que la cultura íbera nos dejó. De ellos, los más destacados son los siguientes:
    • Las esculturas de Porcuna. Halladas en Cerrillo Blanco, Jaén, datan del siglo V a. C. Su estética está relacionada con los últimos momentos de la escultura arcaica griega y los primeros pasos de la clásica. Las dos piezas más destacadas son el Guerrero íbero y el Oso de Porcuna.
    • En Osuna, Sevilla, nos encontramos con otro grupo realmente interesante. Las podemos subdividir en dos grupos: por un lado las zoomorfas, entre las que destacan el Protomo (con forma de carnero) y el Toro, esta última de más antigüedad (en torno al siglo V a. C mientras que la anterior es íberorromana, es decir, posterior al siglo III a. C; por otro lado, tenemos las antropomorfas, casi todas procedente posiblemente de un monumento funerario en forma de torre datadas entre los siglos II y I a. C y entre las que destacan la figura de la mujer flautista, conocida como El Sillar de Osuna y la del soldado soplando un cuerno.
    • Y, como no, la pieza íbera más importante de cuantas han sido descubiertas en nuestra región y, tras la Dama de Elche, de todo el país: la Dama de BazaEsta pieza es una escultura a la vez que urna cineraria (en el lado derecho tiene un hueco que servía para depositar las cenizas del diftunto o difunta), de casi metro y medio de altura que fue encontrada en 1971 en unas excavaciones en la localidad granadina de Baza, en la necrópolis del Cerro Santuario. La Dama de Baza aparece sentada en un trono alado (uno de los símbolos de la divinidad de la representación), vestida con tres túnicas, un manto que le cubre la cabeza y adornada con diferentes joyas: collares, pendientes, tiara y gargantilla.
      Guerrero de Porcuna. S. V. a. C Oso de Porcuna Toro de Osuna El Sillar de Osuna. Relieve íbero Soldado íbero de Osuna
      Guerrero de Porcuna. S. V. a. C.
      Imagen de J. Serrano en Wikipedia. Lic. CC
      Oso de Porcuna.
      Imagen de Escarlati en Wikipedia. Lic. CC

      Prótomo íbero de Osuna.
      Imagen de Luis García en Wikipedia. Lic. CC

      Toro de Osuna
      Imagen de Lius García en Wikipedia. Lic. CC
      Sillar de Osuna.
      Imgen de Ángel Martínez en Ceres.mcu
      Soldado íbero de Osuna.
      Imagen de Ángel Martínez en Ceres.mcu

Rellenar huecos

El texto que viene a continuación está basado en los contenidos que has leído a lo largo de este apartado. Complétalo con las palabras que faltan rellenando los huecos.

La fundación de Cádiz (Gadir) en el año 1104 a. C es un dato más relacionado con los que con las fuentes. Estas, dicen que el primer poblamiento situado allí data de, aproximadamente, el siglo . a.C.

La primera colonización que llega al actual territorio andaluz y la que más importancia ha tenido ha sido la . De hecho, la mayor parte de los restos patrimoniales del momento pertenecen a esta cultura. Es más, los pueblos que aquí vivían recibieron una fuerte por su parte. Uno de los elementos más destacados del patrimonio fenicio en Andalucía se encuentra en y no es otra cosa que la fábrica de salazones.

ha sido la gran cultura de la antigüedad andaluza. Durante décadas se buscaron sus huellas, la demostración fehaciente de su existencia más allá de las fuentes clásicas. Estas aparecieron en torno a 1950, aunque investigaciones posteriores han demostrado que considerar a Tartessos como una gran cultura local es, cuando menos, aventurado. Las últimas teorías hablan de un pueblo local, indígena, que recibió una fuerte influencia . En cualquier caso, nos han legado un importantísimo, entre el que destaca, el del .

Los son el conjunto de pueblos que habitan el sur de la Península Ibérica hasta la llegada de los . Su cultura y su vida se ven muy infulenciadas tanto por Tartessos como por la presencia . Edificaciones como la muralla de , o esculturas como el toro de son dos de los mejores ejemplos del patrimonio íbero que aún conservamos.

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Importante

El pueblo colonizador que más influencia tuvo en Andalucía fue el fenicio; un pueblo eminentemente comercial que llegó desde Asia menor y que se instaló durante siglos. Su influencia en la vida y la cultura de los pueblos locales fue fundamental. Los Hornos Púnicos de Torre Alta, en San Fernando, la zona arqueológica de Setefilla, en Lora y la factoría de Salazones de El Majuelo, en Almuñécar son tres de los mejores ejemplos de su patrimonio inmueble.

Tartessos, más allá de su real existencia como gran pueblo y gran reino peninsular durante la antigüedad, nos ha dejado un patrimonio de gran calidad y trascendencia. Las dudas sobre su origen o sobre su importancia son serias. lo cual no quita que algunas de sus piezas sean las más destacadas del patrimoino andaluz. Entre ellas, el Tesoro del Carambolo, es una auténtica maravilla estética y técnica.

Los íberos fueron los pueblos locales que habitaban el sur de la Península Ibérica hasta la llegada de los romanos. Fueron muy permeables a influencias exteriores, especialmente a fenicios y griegos. Aún hoy se mantienen importantes bienes inmuebles como la Muralla de Porcuna o la de Cástulo; aunque lo más destacado son sus piezas escultóricas, con la Dama de Baza como gran ejemplo de la capacidad creativa y estética de los íberos bastetanos.