1.3. Tercer acto: la tragedia y la comedia
(Pausa. Todo queda en silencio) ¡Adela! (Se retira de la puerta.) ¡Trae un
martillo! (La Poncia da un empujón y entra. Al entrar da un grito y sale.) ¿Qué?
La Poncia: (Se lleva las manos al cuello.) ¡Nunca tengamos ese fin!
(Las hermanas se echan hacia atrás. La Criada se santigua. Bernarda da un grito y avanza.)
La Poncia: ¡No entres!
Bernarda: No. ¡Yo no! Pepe: irás corriendo vivo por lo oscuro de las alamedas, pero otro día caerás. ¡Descolgarla! ¡Mi hija ha muerto virgen! Llevadla a su cuarto y vestirla como si fuera doncella. ¡Nadie dirá nada! ¡Ella ha muerto virgen! Avisad que al amanecer den dos clamores las campanas.
Martirio: Dichosa ella mil veces que lo pudo tener.
Bernarda: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! (A otra hija.) ¡A callar he dicho! (A otra hija.) Las lágrimas cuando estés sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! Ella, la hija menor de Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
(Telón rápido).
En la imagen tienes el Manuscrito original de la obra "La casa de Bernarda Alba", 19 de junio de 1936. Col. Fundación Federico García Lorca, Madrid (Fotografía con derechos protegidos © Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)

Actividad
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Imagen en Flickr de xornalcerto bajo CC. |
La tragedia
Este texto pertenece a una obra de Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba, en la que de forma realista nos introduce en una casa en la que viven solas unas mujeres de la misma familia. Bernarda, sus hijas y la criada Poncia, ven pasar el tiempo encerradas en la casa, en el luto que deben guardar y en el qué dirán. La obra nos cuenta la historia que surge del choque entre la figura represora de la madre, Bernarda, y el ansia de libertad y realización personal (sobre todo a través del amor y la maternidad) de sus hijas. Esta obra de García Lorca es una tragedia. Y la desgracia, la muerte de la hermana menor, Adela, que acabas de leer, es decir, el conflicto que finalmente se resuelve con la muerte de un protagonista es el componente fundamental de este tipo de obras dramáticas. Con esta obra el autor ha querido tratar el tema de la lucha del hombre contra el poder impuesto.

Actividad
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Imagen en Wikimedia Commons |
ABUELA: ¡Ay, Jesús, María y José! ¡Ay Cristo bendito! ¡Santa Águeda de mi corazón! ¡Santa Catalina de Siena!...
TOCHO: Déjese de santos y levante el ladrillo. No nos busque complicaciones y a lo mejor le dejamos pa la compra de mañana. ¡Venga, que se nos hace tarde y nos van a cerrar! ¡Qué pasa! ¡La pasta o la pego un tiro, ya!
LEANDRO: (Entrando desde la puerta.) ¿Qué? ¿Está sorda o no oye? ¡El dinero! (La abuela, que se ha quedado un momento petrificada, se arranca de repente por peteneras y se pone a dar unos gritos que pa qué.)
ABUELA: ¡Socorro! ¡Socorro, que nos roban!
LEANDRO: ¡Agarra a esa loca, que nos manda a los dos a Carabanchel!
TOCHO: ¡Calle! ¡Calle, condenada, o la...! (Tocho la sujeta a duras penas tapándole la boca, mientras Leandro echa el cierre al negocio, atrancando la puerta. Luego saca una navaja y avanza hacia la vieja y la cosa se pone negra y a punto de salir en El Caso, en primera página.)
LEANDRO: ¡A ver si nos estamos quieta! Esto no es una broma. Si grita otra vez le saco las tripas al aire a ventilarse. ¿Me oye?
TOCHO: ¡Será animal, no se pone a dar gritos así por las buenas! (Se oye un ruido arriba.) ¡Chiss, hay alguien arriba! ¡La escalera, cuidado! (Sujeta a la vieja apuntándola, mientras Leandro, navaja en mano, se esconde junto a la escalera para coger al que baje. Aparece entonces Ángeles, la nieta, delgaducha y con gafas.)
ÁNGELES: ¿Pasa algo, abuela? ¿Quiere las gotas?
TOCHO: Esto no se arregla con gotas. Bienvenida a la reunión, pequeña. ¡Baja, baja! Así somos cuatro y podemos echar un tute si cuadra.
La comedia
Después de leer este otro texto dramático habrás notado las diferencias con el de García Lorca. En primer lugar podemos notar que el lenguaje es distinto, no es tan solemne como el texto de Bernarda Alba, y está escrito en un registro coloquial (¡Señora, la pasta o la mando al otro barrio!, la abuela se pone a dar unos gritos que pa qué). Aunque la situación que presenta es un tanto dramática (un atraco a mano armada en un estanco). Sin embargo, el tono que le ha dado el autor a la situación está provisto de toques humorísticos. No pretende subrayar lo dramático del hecho, sino que es una excusa para tratarlo de forma desenfadada. Además, los personajes no son elevados, casi como símbolos, como hemos visto en el fragmento de Lorca, sino que se trata de seres normales y corrientes. El texto de La estanquera de Vallecas pertenece, por lo tanto, al género de la comedia.

Actividad
¿Te han quedado claras las diferencias entre tragedia y comedia? Vamos entonces a caracterizar cada uno de estos géneros dramáticos que hemos visto:
- La tragedia es un texto teatral que trata sobre hechos graves y dolorosos, protagonizado por personajes que luchan contra un destino desgraciado sin lograr vencerlo. Suele acabar con la muerte de alguno de los protagonistas, y además pretende impresionar, conmover y hacer reflexionar al público.
- La comedia trata sobre hechos amables, de poca importancia, con un tono desenfadado y divertido, que suelen acabar de forma feliz. Suele incluir elementos de humor y su finalidad fundamental es la de entretener al público.
Además de estos dos tipos de textos dramáticos seguro que has oído hablar de la tragicomedia. Como su nombre indica, se trata de una obra dramática que mezcla elementos tanto trágicos como cómicos. A diferencia de la tragedia y la comedia, que se crearon en la Antigüedad (civilización griega), la tragicomedia o drama es un género que surge en nuestro país en el siglo XVI, con la finalidad de ser una actividad pública y de entretenimiento. ¿Quieres leer un ejemplo de tragicomedia? Te presentamos este fragmento de una de estas obras: El mejor alcalde el Rey, de Lope de Vega, una de las grandes figuras de nuestro teatro:

Actividad
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Imagen de Paconi en Wikimedia Commons bajo CC. |
REY: ¿Tenéis vos alguna queja?
PELAYO: Sí señor, de este rocín
REY: Digo que os cause preocupación.
PELAYO: Hambre tengo, si hay cocina por aquí...
REY: ¿Nada os apetece de cuánto veis aquí colgado, que a vuestra casa llevéis?
PELAYO: No hay allá donde ponerlo. Enviádselo a Don Tello, que tiene de esto cuatro y seis.
REY: ¡Qué gracioso labrador! ¿Qué sois allá en vuestra tierra?
PELAYO: Señor, ando por la sierra, cochero soy del señor.
REY: ¿Coches hay allá?
PELAYO: Que no, soy quien guarda los cochinos.
Lope de Vega
El mejor alcalde, el Rey
(Adaptación)

