2.4. Clonación humana: debate ético

En 1971, V. R. Potter utilizó por primera vez la palabra bioética. A ella se refirió como el diálogo entre la cultura científica  y la humanística.

En la bioética se unen los valores éticos de la Sociedad y los hechos biológicos conseguidos por los científicos. Aunque la ciencia es imparable, en 1974 se acordó la interrupción de los trabajos realizados con ADN recombinante. Fue la primera respuesta bioética. Con esta interrupción los científicos se plantearon hasta dónde podían o querían llegar en el estudio con el ADN.

En 1975 se convocó la Conferencia de Asilomar. En ella se pusieron las bases para el trabajo de la manipulación genética, y se establecieron diversos principios de bioseguridad con el objetivo de prevenir una fuga accidental de organismos recombinantes que afectaran al ser humano o a los animales. La recomendación clave señalaba que, en el estudio de virus humanos o animales, las bacterias utilizadas no debían poder sobrevivir fuera del laboratorio. De esta manera, se reducían en gran medida las posibilidades de liberación involuntaria de un "supermicroorganismo" al medio ambiente.

En 1993, el Comité Internacional de Bioética de la UNESCO estableció unas normas para evitar que la Biotecnología atente contra la dignidad humana. Pero, ¿cómo puede la Biotecnología atentar contra la biodiversidad o contra la dignidad humana? Los organismos genéticamente modificados se crean para resistir plagas, herbicidas o condiciones extremas. Por esto, son más fuertes que otras especies naturales. Al competir unas y otras por los recursos podría ocurrir que desaparecieran las especies naturales.

¿Y sobre la clonación?

En 2004, la UNESCO publica el documento La clonación humana: cuestiones éticas, que puedes leer en este enlace.

Reflexiona

Lee el documento de la Unesco "La clonación humana: cuestiones éticas" y después trata de responder a las preguntas. Clonación humana: ¿por qué no? y ¿por qué sí?