3. Sistemas avanzados para el desarrollo de las capacidades físicas condicionales y coordinativas

Para desarrollar las capacidades físicas condicionales y coordinativas existen diferentes métodos que nos permiten optimizar el desarrollo de las mismas, utilizando aquel o aquellos que consideremos que se corresponden más exactamente con las exigencias del deporte o con nuestro objetivo a alcanzar.

Así pues, para el desarrollo de la fuerza, los métodos a utilizar son (Platonov, 2001):

• Método isométrico.
• Método concéntrico.
• Método excéntrico.
• Método pliométrico.
• Método isocinético.
• Método de la resistencia variable.

Para el desarrollo de la resistencia, los métodos a utilizar son (Mirella R., 2001):

• Método continuo.
• Método interválico.
• Método de la carrera continua con variación de la velocidad (CCVV) de C. Bosco.
• Método de competiciones.
• Método de la reducción de las pausas.

Para el desarrollo de la flexibilidad, podemos utilizar algunos de los tres grupos metodológicos (Bompa, 2007):

• Método activo, que comprende un método dinámico y un método balístico
• Método pasivo.
• Método combinado o de facilitación neuromuscular propioceptiva (FNP).

La velocidad podemos desarrollarla a través de los siguientes métodos:

• Método de repeticiones (velocidad de acción).
• Condiciones facilitadas (velocidad cíclica).
• Aplicación “obligada” de frecuencia supramáxima (ergómetro de motor, cinta rodante; velocidad cíclica).
• Derrumbamiento de la barrera de velocidad (velocidad acíclica).
• Extinción de la barrera de velocidad (velocidad acíclica).
• Ejecución de los mismos ejercicios que en competición (velocidad gestual).

Por último, respecto a las capacidades coordinativas, indicar que podemos distinguir los siguientes tipos (Platonov, 2001):

• Capacidad para valorar y regular los parámetros dinámicos y espaciotemporales de los movimientos.
• Capacidad para mantener una posición (equilibrio).
• Sentido del ritmo.
• Capacidad para orientarse en el espacio.
• Capacidad para relajar voluntariamente los músculos.
• Coordinación de los movimientos.

De hecho, si seguimos a Massafret (2001), este nos señala que las capacidades coordinativas son la óptima relación entre el sistema nervioso y la musculatura esquelética. Por tanto, su desarrollo nos permitirá alcanzar mayor dominio de las acciones motoras y, por tanto, mayor capacidad de rendimiento, como vemos en la figura 1.

Figura 1. Representación esquemática de los fundamentos y formas de manifestación de las capacidades coordinativas (adaptado de Weineck, 2005).
Imagen de elaboración propia

Una vez indicadas dichas capacidades, podemos decir que no se manifiestan en estado puro en el entrenamiento ni en la competición, sino que interaccionan unas con otras, por lo que la metodología a utilizar para su desarrollo va a venir determinada en algunos casos por los propios factores fundamentales que determinan el nivel de desarrollo de los principales tipos de coordinación.

Aun así, Harre (1987) plantea una serie de medidas metodológicas para el desarrollo de las capacidades coordinativas:

Pero es el entrenamiento de estas capacidades el que nos ayudará a lograr la mejora de las mismas, si bien esta no será desmesurada, ya que las capacidades físicas coordinativas tienen un alto componente genético (Bompa, 2007). Este autor explica que tal vez por esa razón no existen muchos métodos para el desarrollo de la coordinación, en comparación con la variedad existente en otras capacidades físicas, como la fuerza o la resistencia, por ejemplo. Por su parte, Weineck (2005) comenta que, a la hora de elegir los contenidos y herramientas del entrenamiento de las capacidades coordinativas, es necesario tener en cuenta que la adaptación solo se produce cuando se aplican estímulos nuevos de forma constante, para lo cual será necesario emplear distintos métodos de entrenamiento. En la misma línea se expresa Bompa (2007), que manifiesta que un programa exitoso para el desarrollo de la coordinación debería basarse en la adquisición de una elevada variedad de destrezas, por lo que los deportistas de alta competición deberían experimentar destrezas de otros deportes, que en última instancia mejorarán las capacidades físicas coordinativas.

Pero, como siempre ocurre a la hora de trabajar con un deportista, es necesario tener en cuenta sus características y adaptarse a ellas, por lo que los sistemas empleados para desarrollar sus capacidades físicas, en este caso coordinativas, deben adecuarse a sus posibilidades. Además, dentro del ámbito del alto rendimiento deportivo, en la búsqueda constante del perfeccionamiento de las distintas capacidades físicas podemos contar con sistemas y herramientas que a través de la mejora de esa capacidad física concreta, pueden servir para reducir un segundo el tiempo en una carrera de 3000 metros obstáculos, una centésima en una prueba de natación, etc. Por tanto, su conocimiento es fundamental y en este punto abordaremos algunos de ellos.

Bicicleta ergométrica.
Imagen de elaboración propia

En primer lugar, el uso del análisis cinemático permite, indudablemente, incidir sobre la capacidad de análisis del sujeto, que puede comprobar a través de su propia imagen su repertorio de movimientos, los cuales podrá recordar la próxima vez que los realice, mejorándolos al observar dónde se producen los fallos durante la ejecución, con la ayuda de su entrenador. Así, esta es una herramienta muy útil a la hora de corregir errores y mejorar los movimientos del sujeto, los cuales son parte de las capacidades coordinativas, como hemos visto anteriormente. Además, de cara al entrenador permite evaluar a los deportistas y el entrenamiento programado, concluyendo si este es adecuado o no para la mejora de la coordinación.

En esta línea, Silvatti et al. (2012) emplearon un análisis cinemático 3D para comprobar si el entrenamiento de natación en nadadores expertos producía diferencias coordinativas respecto a nadadores principiantes. Y, en efecto, a través de este sistema, estos autores mostraron la coordinación del tronco durante las respiraciones en los nadadores, que resultó ser mayor en los expertos que en los principiantes. Esta conclusión es lógica si tenemos en cuenta que, como hemos mencionado antes, un deportista de alto nivel puede ver un análisis cinemático de su ejecución en el propio medio de práctica, lo cual a lo largo del tiempo le permite ir mejorando en la coordinación de sus movimientos, los cuales probablemente en origen no eran tan diferentes a los del nadador amateur.

En segundo lugar, el uso de un ergómetro facilita la mejora de determinados factores del rendimiento físico, así como la variedad de movimientos. Al respecto, Kendall y Fukuda (2011) mostraron que el ergómetro puede ser utilizado por deportistas que practican deportes de combate, porque implica la coordinación de movimientos del tren superior e inferior del cuerpo, para desarrollar la máxima potencia, fuerza y velocidad. De esta forma, esta herramienta es un excelente modo de mejorar la coordinación intermuscular, que permitirá realizar correctamente los movimientos, e intramuscular, que facilitará el aumento de potencia, fuerza y velocidad.

Imagen de elaboración propia

En tercer lugar, el uso de metrónomos u otros aparatos sonoros, como mp3, es muy útil cuando la mejora de un determinado movimiento es muy compleja, o bien este se realiza correctamente desde el punto de vista técnico, pero su desarrollo no es uniforme. Por ejemplo, José es un corredor de 5000 metros cuya técnica de carrera es prácticamente perfecta, pero su problema reside en la continuidad de la misma, ya que en ocasiones corre demasiado rápido y otras veces muy lento. Su problema está en el ritmo, en este caso de carrera, que es una parte fundamental dentro de las capacidades coordinativas. Si empleamos un metrónomo y le indicamos la correspondencia del sonido con su zancada, aprenderá e interiorizará ese ritmo, coordinando perfectamente sus zancadas, lo cual le ayudará a obtener un mayor rendimiento.

Por último, si nos centramos en la aplicación a un deporte y un elemento concreto, podemos referirnos al tenis, en el que en muchas ocasiones no logramos mejorar nuestra coordinación para impactar correctamente a la bola. En ese caso, es útil emplear un elemento externo que nos ayude a realizar una correcta ejecución y mejore nuestra coordinación de movimientos aunque prácticamente no seamos conscientes de ello. Posteriormente, esta mejora coordinativa nos permitirá interiorizar la secuencia correcta y realizarla sin ayuda externa.

En definitiva, estos son solo algunos ejemplos que pueden mejorar directa o indirectamente las capacidades físicas coordinativas, y que repercutirán en la eficiencia mostrada por el sujeto en su práctica deportiva.

Metrónomo.
Imagen de elaboración propia